La ministra de Igualdad, Irene Montero, se ha mostrado este jueves "segura" de que las protestas que se están produciendo frente a su casa y la del vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, o la del ministro de Transportes, José Luis Ábalos, "se van a generalizar" y van a acabar afectando "seguramente" a otros políticos, como al líder del PP, Pablo Casado, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, o el líder de Vox, Santiago Abascal.
De este modo, Montero se ha reafirmado en la idea que ya lanzó Iglesias el pasado martes, cuando alertó del riesgo de que se generalizaran este tipo de concentraciones frente a los domicilios de políticos, y de la posibilidad de que las próximas las protagonice "gente de izquierdas" frente "al apartamento" Ayuso, la casa Abascal o de los Espinosa de los Montero.
En declaraciones a TVE, Montero ha asegurado que "por desgracia" está segura de que esta práctica "se va generalizar". "Si se está viendo que esto es un método de protesta normalizado, que muchísima gente usa como forma para defender sus ideas, por desgracia también ocurrirá seguramente con otros dirigentes políticos como la señora Ayuso, Casado, o Abascal", ha vaticinado.
"Creo que eso por desgracia terminará pasando, igual que mucha gente que va a seguir saliendo a las calles", ha añadido, al tiempo que ha aprovechado para defender que del mismo modo que se manifiestan las personas de "extrema derecha" contra el Gobierno, también es razonable que lo haga "la gente normal" a favor de sus barrios y de la sanidad pública, "mientras no se salten las normas".
Acusa a PP y Vox de alimentar la crispación y el odio
Preguntada en concreto sobre el enfrentamiento que se produjo en el barrio madrileño de Moratalaz durante la cacerolada contra el Gobierno, entre un grupo de extrema derecha y otro de extrema izquierda, que acabó con un herido, y sobre si cree que se debe a la crispación que existe, Montero ha afirmado que es "evidente" que la hay, y ha responsabilizado de ello al PP y Vox, porque "llevan muchas semanas alimentando un clima de odio".
Eso sí, ha añadido que "igual que hay personas que se están manifestando libremente en la calle Núñez de Balboa protestando contra el Gobierno, es evidente que también iba a haber muchos ciudadanos que iban a ejercer ese derecho a salir a las calles a defender lo público, y a defender sus ciudades y sus barrios y la vida en común".
Y preguntada sobre la defensa que tanto Iglesias como ella y otros dirigente de Podemos hicieron de los escraches de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) contra políticos, definiéndolos como "jarabe democrático", ha afirmado que no se desdice de nada, y ha insistido en que "los ciudadanos tienen derecho a expresar su opinión, siempre cumpliendo con las condiciones del estado de alarma".
Y en este punto, ha vuelto a avisar de que "desgraciadamente esa práctica de ir a las casas de dirigentes políticos se puede generalizar y puede implicar que no vayan solo a casa de miembros del Gobierno sino de otros dirigentes, si los ciudadanos así lo entienden". En todo caso, ha restado importancia a las protestas frente a su vivienda y ha asegurado que a la política "uno tiene que venir llorado de casa". "Mi obligación es pensar en España, incluso aunque haya todas las noches gente en la puerta de mi casa. Mi obligación es pensar en el bien común", ha apostillado.