El expresidente del Govern y exministro de Medio Ambiente, Jaume Matas, ha vendido su fastuoso palacete de Palma de Mallorca para hacer frente al pago de cerca de 900.000 euros a la Audiencia como reparación del daño en el caso Nóos. La propiedad, tasada en 2,4 millones de euros, ya había sido puesta a disposición del tribunal días antes de que empezara el juicio.
En el juicio de Nóos, Matas afronta una petición de pena de 11 años de cárcel por parte del fiscal, aunque la solicitud de condena podría variar a la baja si las acusaciones tienen en cuenta la atenuante (de la venta del piso y el resarcimiento del dinero), así como la confesión por lo que declaró ante el tribunal.
La opulenta vivienda de la que ahora se ha desprendido el exministro fue uno de los primeros indicios que hicieron saltar las alarmas a los investigadores que llevaban el caso
La opulenta vivienda de la que ahora se ha desprendido el exministro fue uno de los primeros indicios que hicieron saltar las alarmas a los investigadores que llevaban el caso. Sita en la calle Sant Feliu, el palacete -de casi 600 metros cuadrados- tiene 13 habitaciones y está decorado con diversos objetos de lujo, como una alfombra de casi 13.000 euros, grifos de 400 euros o sofás de 3.000 euros. Reformarlo y amueblarlo costó a los Matas casi tres millones de euros, según informó en su día Interviú. La propiedad fue objeto de dos registros al comienzo de la instrucción del caso Palma Arena, el segundo, que tuvo lugar en 2009, ocasionó un importante revuelo mediático.
Matas está acusado de malversación, prevaricación, fraude a la administración y tráfico de influencias al contratar al Instituto Nóos de Iñaki Urdangarin. En su declaración como acusado ante el tribunal el 11 de febrero, Matas admitió que ordenó contratar a Urdangarin por ser miembro de la Familia Real y deportista de élite y "falló estrepitosamente la justificación y el control del gasto" de los contratos por 2,5 millones del marido de la Infanta Cristina.
