Llegó en taxi y se fue en taxi. Y sin medidas cautelares que limiten sus movimientos. Jordi Pujol Ferrusola, el primogénito del expresidente de la Generalitat, ha declarado este lunes en la Audiencia Nacional durante algo más de cinco horas para intentar explicar el origen de su fortuna, el cobro de comisiones a 17 empresas y los millonarios movimientos de fondos que hizo con origen o destino en 13 países. Una declaración en la que la mayor parte del tiempo, cerca de cuatro horas, lo han ocupado las preguntas del juez Pablo Ruz, quien en las últimas semanas había preparado la comparecencia con ayuda de expertos de Hacienda.
El primogénito de Jordi Pujol sólo se refugió en el silencio cuando el juez le preguntó por sus cuentas en Suiza y la herencia que las nutrió de fondos
El magistrado no ha querido dejar nada al azar y, de hecho, había convocado a un intérprete de catalán por si el hijo del político pedía declarar en su lengua materna. No hizo falta. Jordi Pujol Ferrusola contestó a las preguntas en castellano, aunque dejó sin respuesta todas las relacionadas con sus cuentas en Andorra y la supuesta herencia que las nutrió de fondos. Junto a estos significativos silencios, su principal línea de defensa ha sido destacar que cuando realizó los negocios bajo sospecha, su padre ya no estaba al frente del Ejecutivo catalán.
El primogénito del expresidente estaba citado para las diez de la mañana en la madrileña sede de la Audiencia Nacional. Media hora antes llegaba al edificio judicial acompañado de su abogado, Cristóbal Martell, que comparte con su padre. Con gafas de sol, el pelo algo más largo y con más canas de las que muestra en las fotografías que se conocían de él, Jordi Pujol Ferrusola accedió rápidamente al edificio para evitar que las cámaras captaran su imagen y subió a la sexta planta, donde Ruz le iba a tomar declaración. Vestía una chaqueta azul, un pantalón gris y una camisa a rayas. Bajo el brazo, un portafolio. Era la prueba de que, como habían anunciado horas antes personas de su entorno, no se iba a acoger a su derecho a guardar silencio y pensaba contestar a la mayor parte de las preguntas que se le planteasen.
Adjudicaciones del tripartito
Y así ha sido. Durante cinco horas y diez minutos, el hijo del político catalán ha respondido a casi todas las cuestiones que le han planteado el juez, la fiscal Belén Suárez, el abogado del Estado y los letrados las defensas, tanto el suyo como el de su mujer, Mercè Gironès, que declaró justo después que él. Gran parte del interrogatorio lo ha capitalizado el propio magistrado, quien, según fuentes jurídicas, ha planteado cuestiones relacionadas con el movimiento de 32 millones de euros en divisas entre 2004 y 2012 con 13 países, la adquisición de seis vehículos de lujo a precio de ganga, la compra de un chalé en el lujoso barrio barcelonés de Pedralbes y, sobre todo, el cobro de 8 millones de euros en comisiones por variopintas operaciones que iban desde pelotazos urbanísticos a la participación en negocios de electricidad en Gabón a 17 empresas que recibieron adjudicaciones de la Generalitat.
Según fuentes de su defensa, el hijo del expresidente ha insistido una y otra vez que no existe ninguna irregularidad en sus negocios ni en los trabajos que ha realizado para el Govern, y que todos los pagos recibidos de esas empresas se corresponden con trabajos reales. También ha recalcado que todas sus ganancias han sido declaradas al fisco. Además, ha esgrimido que buena parte de las operaciones bajo sospecha, incluidos los millonarios movimientos de divisas, se produjeron después de diciembre de 2003, cuando su padre ya había abandonado la jefatura del Gobierno catalán y al frente del mismo estaba el tripartito catalán con los socialistas Pasqual Maragall y José Montilla. De hecho, hizo hincapié en que muchas adjudicaciones en las que le implican se hicieron, precisamente, con ayuntamientos bajo la batuta del PSC.
Silencio sobre las cuentas de Andorra
También ha asegurado que su fortuna procede de diversas inversiones exitosas y que los célebres 32 millones de euros que movió entre cuentas de diversos países eran en realidad sólo 7 millones y, además, estaban todos justificados. "El interrogatorio ha sido muy exhaustivo y sus respuestas también lo han sido", han señalado fuentes cercanas a la defensa del hijo del expresidente de la Generalitat. Éstas también recalcan que Jordi Pujol Ferrusola ha insistido una y otra vez que no ha recibido ningún tipo de 'mordida'. Eso sí, se ha negado a contestar a las preguntas que el magistrado había preparado sobre las cuentas en Andorra y sobre la supuesta herencia que nutrió las mismas.
De las cinco horas de declaración, cuatro las ha ocupado el magistrado con un interrogatorio "exhaustivo", según fuentes de la defensa
Jordi Pujol Ferrusola abandonaba finalmente la Audiencia Nacional a las cuatro de la tarde con las mismas acusaciones que pesaban sobre él cuando llegó: blanqueo de capitales y delito fiscal. Eso sí, sin que el juez adoptase ninguna medida cautelar contra él ya que ni la Fiscalía ni ninguna de las otras partes personadas las habían solicitado. Instantes después entraba su exmujer, Mercè Gironés, quien durante dos horas también ha negado las acusaciones que pesan sobre ella. En una línea de defensa calcada a la de su marido, ha insistido en la legalidad de todos los movimientos económicos sospechosos en los que aparecen presuntamente implicadas ella o sus empresas. También ha evitado responder sobre cuentas en Andorra y la herencia de padre de Jordi Pujol Soley. Este martes declarará ante el juez su socia en varias de las empresas investigadas.
