El Informe de Seguridad Nacional 2016 del Gobierno apunta a que España ha sido amenazada directamente por el ISIS a través de las redes sociales y advierte del aumento de los ciberataques, especialmente en el sector de las infraestructuras críticas, y de la actividad relacionada con el ciberespionaje. Estos son algunas de las cuestiones que figuran en el informe aprobado recientemente y que presenta el director del gabinete del presidente del Gobierno y secretario del Consejo de Seguridad Nacional, Jorge Moragas, ante la Comisión Mixta Congreso-Senado de Seguridad Nacional.
Tras indicar que la magnitud del terrorismo se manifiesta de forma global, el documento destaca que "la continua situación de inestabilidad en las fronteras surorientales mantiene un indeseado estancamiento". "A pesar de las últimas pérdidas territoriales y de financiación del ISIS en Siria e Irak, la frágil situación en el norte de África, el Sahel, Oriente Medio, el Cuerno de África y el golfo de Guinea no permite relajar la vigilancia e intervención en forma de apoyo y de seguridad cooperativa por parte de la comunidad euroatlántica, iniciados en la última década".
Recuerda que el terrorismo ha asolado también el territorio europeo, con atentados en Bruselas, Niza, Munich, Normandía y Berlín. Apunta a que "España ha sido amenazada directamente por el ISIS a través de las redes sociales como objetivo de sus actuaciones por el doble motivo de integrar la Coalición Global contra el DÁESH, así como por formar parte del territorio reivindicado por los radicales y al que se refieren como Al Andalus".
El informe destaca que en 2016 se ha realizado una intensa labor antiterrorista por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, apoyada por la eficacia de los servicios de inteligencia e información y "las operaciones policiales desarrolladas han tenido como resultado un alto número de detenciones practicadas, especialmente contra redes y células yihadistas".
Respecto al terrorismo autóctono, el documento indica que "no se observan indicadores consistentes que apunten hacia un refuerzo e incremento sustancial de sus capacidades", y precisa que "la actividad de ETA es muy limitada y no se puede descartar la eliminación total de esta organización terrorista". Por su parte, agrega el informe, "la actividad violenta de calificación terrorista de otras facciones ha descendido a los niveles más bajos registrados en la última década".
En materia de ciberseguridad, el informe indica que el pasado año se ha consolidado la tendencia de los últimos años, caracterizada por un aumento del número de ciberataques, su grado de sofisticación y sus consecuencias e impacto. "El incremento del número de incidentes relacionados con la ciberseguridad se manifiesta de forma muy significativa en el sector de las infraestructuras críticas, donde se ha triplicado la cifra con respecto a años anteriores". Respecto a la creciente sofisticación, el documento resalta que el uso de la web profunda (deep web) y de técnicas especiales de cifrado dificultan sobremanera las acciones para hacer frente a actividades de carácter delictivo a través de la red.
En el ámbito de la contrainteligencia, pone de manifiesto que la actuación de los servicios de inteligencia extranjeros en España se ha centrado, fundamentalmente, en la captación de fuentes, la realización de acciones de influencia a favor de sus objetivos y el desarrollo de ataques cibernéticos. Asimismo afirma que se detecta "un aumento de la actividad dirigida hacia el reclutamiento de ciudadanos que resultan de interés por razón del acceso a la información, así como el incremento de la actividad relacionada con el ciberespionaje".
Otros de los ámbitos que aborda el informe es la inmigración ilegal y señala que en 2016 se produjo un aumento del 54 por en las llegadas por mar con respecto al año anterior. Destaca la fuerte presión migratoria en Ceuta y Melilla, donde a los asaltos a los perímetros fronterizos se le añade un acuciante exceso de ocupación de los Centros de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI). En este sentido, afirma que la cooperación con Marruecos resulta esencial para frenar los flujos migratorios que desde África llegan a España.