El entorno del ex presidente del Gobierno José María Aznar ve con profunda preocupación la investigación judicial abierta en la Audiencia Nacional por el juez Pablo Ruz en torno a los papeles de Luis Bárcenas. Y es que las anotaciones ahí contenidas, referidas a una supuesta contabilidad "B" del PP en el que se registraron presuntas entradas millonarias de dinero así como sobresueldos que quedaban al margen del control de Hacienda, toca de lleno a la época en que Aznar presidió el partido. Es cierto que él es uno de los pocos dirigentes de la cúpula popular que no aparece explícitamente citado en esos papeles, que van desde 1990, justo el año en que fue elegido presidente de los populares en sustitución a Manuel Fraga, hasta 2008, ya con Mariano Rajoy en el liderazgo del partido.
De momento, Ruz ha imputado a Bárcenas y también a su antecesor en el cargo, Álvaro Lapuerta, y a ocho empresarios cuyos nombres aparecen en las notas que todos los expertos atribuyen al ex tesorero, así como a Pablo Crespo, número dos de la trama Gürtel y ex dirigente del PP gallego. Por su parte, el abogado Jorge Trias Sagnier acudió en calidad de testigo tras afirmar que él no sólo conocía la existencia de esa contabilidad "B" sino que la había tenido en sus manos. Del mismo modo declararon como testigos el presidente del Senado, Pío García Escudero; el que fuera diputado popular por Navarra Jaime Ignacio del Burgo y otros miembros del PP vasco como Santiago Abascal y Calixto Ayesa. Todos ellos habían confirmado la verosimilitud de una serie de anotaciones que constan en los papeles.
No hay nada previsto respecto a qué hará Ruz con los otros nombres que aparecen en las listas y que han negado de manera tajante haber percibido sobresueldos en dinero negro. Y esos son desde el mismísimo presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, pasando por la práctica totalidad de la dirección de aquellos años: Francisco Álvarez-Cascos, Rodrigo Rato, Javier Arenas, Jaime Mayor Oreja o Ángel Acebes, todos ellos, querellantes contra "El país" y, "subsidiariamente" contra Bárcenas. También está la actual secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, contra la que el ex tesorero tiene una inquina especial. Aunque todavía queda mucho camino por recorrer y la Fiscalía mantiene silencio, los "aznaristas" no descartan con un profundo disgusto que la situación derive hasta el punto de que Aznar pudiera ser llamado a declarar a la Audiencia Nacional, aunque fuera simplemente como testigo.
Un antiguo colaborador niega que Aznar haya abierto "fuego amigo" contra Rajoy por temor a los tribunales. "Aznar no es un cobarde", asevera. El día 10 le espera el club Siglo XXI junto a su amigo Zaplana
No es la primera vez que albergan este temor en su entorno. Lo mismo ocurrió en 2004, año que "caducaron" las dos legislaturas que Aznar se había fijado al frente del Gobierno. Entonces muchos le recomendaron que formara parte de las listas electorales siguiendo el modelo de Felipe González, que no dejó la Cámara Baja hasta ocho años después de salir del gobierno, para que continuara como aforado.
Por aquel entonces la sombra que se cernía sobre Aznar era la guerra de Iraq. De hecho, no faltaron las actuaciones judiciales contra el ex presidente. Ya en enero de 2004 se presentaron ante los tribunales decenas de querellas y demandas por la participación de España en este conflicto y en junio de 2009 la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo archivó la querella presentada por la plataforma "Juicio a Aznar", próxima al PCE.
En todo caso, las distintas fuentes consultadas por Vozpópuli niegan que el "aznarazo", por el cual el ex presidente abrió fuego contra el Gobierno de Mariano Rajoy y jugueteó con la idea de la vuelta, fuera producto de la cobardía por el riesgo de verse abocado a un presunto horizonte judicial. "Aznar no es un cobarde", asevera uno de sus antiguos colaboradores de Moncloa. Con quien más contacto mantiene de aquella época es con Alfredo Timermans, que fuera secretario de Estado para la comunicación entre 2002 y 2004 y antes subdirector de su gabinete en la Moncloa, y con Javier Fernández-Lasquetty, actual consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, que sustituyó a Timermans en la subdirección del gabinete. Lasquetty fue posteriormente secretario general de FAES. Sus contactos también son frecuentes con el actual presidente del club Siglo XXI, Eduardo Zaplana, el mismo que le ha invitado junto a otros ex presidentes del Gobierno a unas jornadas con motivo de un ciclo de conferencias sobre los 35 años de la Constitución.