José María Aznar era una especie de "olla que ha dejado escapar la presión" y, de paso, se ha erigido en portavoz de un sector desencantado de la militancia y del votante popular, pero de ahí a que piense en volver va un abismo, según el análisis que hacen en el Gobierno, Génova, Grupo Parlamentario y muchos de sus antiguos colaboradores de Moncloa, según ha podido recabar Vozpópuli. Era difícil encontrar hoy un popular que se aviniera a hablar del torpedo a la línea de flotación que soltó ayer el ex presidente del Gobierno durante su entrevista en Antena 3.
Ministros y diputados han intentado evitar el contacto con la prensa. La conmoción es grande, aunque esperan que, como en todo, "pase la tormenta". Un alto cargo de Génova admite que Aznar "quiere marcar distancias y que se le tenga en cuenta". Un antiguo colaborador monclovita califica de "advertencia" sus declaraciones, coincidentes con el sentir y el pensar "de un buen sector de nuestros votantes". Un ex ministro alude a la "naturaleza humana. Cuando repites mucho las cosas quieres que te escuchen", pero una cosa es esa y otra la vuelta a la política. Por ese lado no se alberga ningún temor.
También hay coincidencia a la hora de afirmar que actúa por libre, por su cuenta, aunque su análisis no sea muy distinto del que hace la presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre, con quien la separan, sin embargo, las críticas que ésta ha vertido contra la alcaldesa de la capital y su esposa, Ana Botella. Botella, por su parte se ha quejado no pocas veces de falta de apoyo del PP madrileño tras la tragedia del Madrid Arena. Por ese lado, descartan un frente común aunque tenga concomitancias "con el proceso previo al congreso de 2008", rememoran en Génova.
"En el Gobierno no ha sentado bien a nadie", indican fuentes gubernamentales, aunque el grueso del ataque se lo haya llevado el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, al que ven cada día "más tocado", más cuestionado, quizá uno de los eslabones ahora más débiles del consejo de ministros.
Un miembro del Grupo Parlamentario que fue cargo en Génova cree que, "si somos hábiles, en lugar de renegar de Aznar nos debemos apoyar en sus críticas para decir que sí, que nuestro proyecto es bajar los impuestos y atender a las clases medias, y que haremos todo ello en cuanto podamos. Alimentar el fuego de la olla a presión sería mucho peor".
Paradójicamente a Rajoy, que le ha pillado toda la polémica en Bruselas en una cumbre europea, le ha defendido el portavoz del grupo catalán, Josep Antonio Durán Lleida. En los pasillos del Congreso ha afirmado que Rajoy "no se lo merece" además de no guardar buen recuerdo de la segunda legislatura de Aznar, que ha calificado de "nefasta" para el país. Aunque a estas alturas, que te defiendan los nacionalistas catalanes no parece que le vaya a hacer ningún favor al inquilino de la Moncloa.