En estos momentos, el líder de Unió, Josep Antoni Duran i Lleida, está más cerca de los postulados que defiende Miquel Iceta en el socialismo catalán que con los que abandera Artur Mas al frente de la Generalitat. La actitud del democristiano, después de 35 años de enlace estratégico con Convergencia, no es ningún secreto para Mas. Este sabe que ni respalda el proceso soberanista ni ve con buenos ojos la descapitalización que ha hecho de CiU a favor de los intereses de Esquerra Republicana y de su líder, Oriol Junqueras.
Fuentes de la dirección de Unió expresan de esta forma tan gráfica lo que Duran le ha dicho a Mas: “Cuando tu mujer se mete en la cama con otro, solo queda el divorcio”. Y son los preparativos de la separación los que tienen atareados a los dirigentes democristianos de la coalición, convencidos de que Junqueras ha conducido al presidente de la Generalitat a un negocio que solo sirve para alimentar el granero de votos de Esquerra.
Duran opina que Mas se ha encamado con Junqueras y ha descapitalizado electoralmente a CiU
Ochenta y tres años después de su nacimiento como formación nacionalista y cuando acaban de cumplirse 35 de su matrimonio con la Convergencia Democrática levantada por Jordi Pujol, Unió ultima los preparativos de una convención en la que, muy probablemente, se formalice la ruptura del casamiento. En estos momentos, los dirigentes democristianos no ven apenas margen para evitar esta separación después de contemplar como Mas ha terminado encamándose con Esquerra abandonado a la coalición a su suerte. Una infidelidad imposible de perdonar.
El presidente de la Generalitat, sin margen para recular
“Sabemos que ha llegado tan lejos en su huida hacia delante que Mas apenas tiene espacio para recular. Y todos los caminos que puede tomar nos conducen al desastre”, afirma un alto cargo democristiano, perplejo ante la gestión que el presidente de la Generalitat ha terminado haciendo del proceso y convencido de que a ello hay que responder como lo haría cualquier matrimonio afectado por la traición de uno de los cónyuges.
Si bien no se ve cercano un adelanto electoral en Cataluña, una posibilidad que Mas sigue tratando de evitar a toda costa, en Unió no se observan, de momento, posibles salidas que puedan ayudar a mantener en pie la coalición nacionalista y, menos aún, que contribuyan a afianzarla como organización hegemónica en esta comunidad. Todas las encuestas, sin excepción, colocan a ERC como primera fuerza política y anticipan su penetración determinante en cientos de ayuntamientos a partir de los comicios de mayo. Es algo que ve con preocupación, pese a su silencio cómplice, una parte importante del tejido empresarial y financiero catalán, el mismo que está dispuesto a poner dinero para que Unió se asegure la supervivencia y pueda, incluso, tejer alianzas con un PSC camino de la recomposición.
Duran e Iceta, a favor de la 'tercera vía'
Desde que Miquel Iceta sustituyó a Pere Navarro al frente del socialismo catalán el pasado verano, las relaciones entre el PSC y Duran i Lleida se han estrechado bajo la bandera de la llamada ‘tercera vía’ y de la apuesta por una reforma constitucional que alumbre un Estado Federal. Se trata de un guion que queda ya demasiado corto para Mas y que es del todo insuficiente para Junqueras, obsesionado con una declaración unilateral de independencia en cuanto los republicanos conquisten la tesorería de cientos de ayuntamientos.
La ruptura con Unió obligaría a Mas a remodelar su Gobierno para dar salida a tres consejeros
Todos los caminos, insisten en Unió, conducen al divorcio de Convergencia. Tanto si hay elecciones anticipadas con una candidatura conjunta entre los nacionalistas y Esquerra como si se evitan con un simulacro de referéndum el próximo 9 de noviembre, como pretende Junqueras, la ruptura de un matrimonio que ha durado más de tres décadas parece inevitable. Como también lo sería, en este segundo caso, una remodelación del Gobierno catalán, teniendo en cuenta que su consejero de Interior, Ramón Espadaler, ya ha tomado las riendas de Unió para preparar el relevo de Duran y que la vicepresidenta, Joana Ortega, y el responsable de Agricultura, Josep María Pelegrí, militan también en las filas democristianas. El terremoto tendría su réplica en el Grupo Parlamentario que se sienta en el Congreso, donde la mitad de los diputados son de la cuerda de Duran. “Pésimo negocio para todos, Mas incluido”, resumen en Unió.