El rey Juan Carlos I utilizó tras abdicar varias cuentas opacas, así como diferentes testaferros para ocultar el pago en el año 2015 de un viaje de lujo a la Polinesia francesa.
En concreto, el monarca pagó a través de varias sociedades instrumentales unos billetes de avión desde Los Ángeles a Tahití con dinero de la Fundación Zagatka de origen no declarado, informa 'El Confidencial'.
La fundación estaba controlada por su primo Álvaro de Orleans y habría sido empleada durante años por el emérito para ocultar su fortuna en el extranjero.
No solo fue utilizada por el padre de Felipe VI durante sus años como jefe del Estado, sino que, según las últimas informaciones, también la usó después de su abdicación en junio del año 2014, cuando ya había perdido su condición de inviolable.
El ex jefe del Estado viajó a Los Ángeles para despedir el año 2015 y, el 1 de enero de 2016, abandonó dicho destino para viajar a Papeete, capital del archipiélago polinesio. Allí celebró su 78 cumpleaños.
Los cinco billetes de ida y vuelta a Papeete desde Los Ángeles tuvieron un coste de unos 32.900 euros
Hasta el 9 de enero, el emérito no regresó a la ciudad californiana.
Los billetes: 32.900 euros
Este lunes se hace público que los cinco billetes de ida y vuelta a Papeete desde Los Ángeles -Juan Carlos I y sus acompañantes-, tuvieron un coste de 26.311 libras esterlinas, unos 32.900 euros al cambio entonces.
Esos gastos no se pagaron con fondos de su asignación de las cuentas del Estado ni tampoco mediante la partida destinada a la Casa Real. Este dinero salió de una cuenta en Credit Suisse controlada por la Fundación Zagatka.
Esta entidad la fundó, presuntamente, en el año 2033 su primo Álvaro de Orleans con dinero de una comisión millonaria por la venta de Banco Zaragozano a Barclays Bank.
Los fondos no del viaje no fueron a parar a la agencia que había gestionado los billetes, sino al primer exmarido de Corinna Larsen
Al exmarido de Corinna Larsen
En el año 209, esta cuenta recibió una importante inyección de fondos de la constructora OHL por la presunta intermediación de Juan Carlos I en la venta de unos territorios en México.
Los fondos no del viaje no fueron a parar a la agencia que había gestionado los billetes, sino al primer exmarido de Corinna Larsen, Philip Adkins. En ese momento, Larsen y Philip ya no mantenían ningún tipo de vinculación.