Los magistrados del Tribunal Supremo que en estos momentos están inmersos en deliberaciones, como por ejemplo los encargados de los recursos interpuestos por los condenados en los casos Gürtel y Palau, evitan realizar deliberaciones por internet para impedir posibles jaqueos, según explican diversas fuentes jurídicas a Vozpópuli.
Los magistrados han adoptado esta decisión con la intención de mantener el secreto de las deliberaciones, que según explican diversas fuentes a este periódico se harán de forma presencial cuando finalice el confinamiento y las autoridades sanitarias lo permitan.
El pasado 17 de marzo la Sala de Gobierno del Tribunal Supremo tomó la decisión de que todos los magistrados debían respetar la cuarentena establecida por Gobierno, permaneciendo recluidos en sus domicilios. Además, el acuerdo encargaba a cada presidente de Sala que estableciera las medidas organizativas adecuadas para el teletrabajo de los magistrados.
Ataques a magistrados
Pese a que las deliberaciones telemáticas están permitidas, los magistrados son conscientes de que estas exigen un sistema de videoconferencia totalmente seguro: "Y cuantas más personas hayan de participar, más complicado es", destaca un magistrado, que reclama su anonimato.
Por ello, los magistrados tratan de evitar las videoconferencias, pues muchos de ellos recuerdan que los siete magistrados del Tribunal Supremo que juzgaron el procés sufrieron el jaqueo de sus correos electrónicos. El colectivo Anonymous Catalonia, detrás del que presuntamente estarían varios piratas informáticos afines a la causa independentista, reivindicó ese ciberataque.
Los piratas informáticos aseguraron haber tenido acceso al correo profesional del presidente de la Sala de lo Penal del Alto Tribunal, Manuel Marchena. Y como prueba difundieron una captura de pantalla con la bandeja de entrada del correo electrónico del magistrado.
Por internet
Para evitar este problema, los magistrados han limitado las videoconferencias, aunque sí se han realizado algunas de ellas. Por el contrario, han aprovechado la reclusión en sus domicilios para leer y redactar documentos vinculados a las ponencias. Y en cuanto a las deliberaciones concretas, han estado intercambiando papeles, borradores y sugerencias por Internet.
"Pero todo queda pendiente de las deliberaciones presenciales y conjuntas", completa un magistrado consultado por este diario que prefiere no decir su nombre. Este trabajo, sostienen las diferentes fuentes consultadas, permitirán que las futuras reuniones presenciales puedan ser más rápidas, porque los magistrados ya han podido "identificar soluciones, problemas y discrepancias", explican.
"Solo si hubiese algo urgente que no admite demora", prosigue el mencionado magistrado del Tribunal Supremo, "acudiríamos a otro sistema", concluyen las fuentes consultadas por Vozpópuli.
