Al otro lado del teléfono Jorge Buxadé, jefe de la delegación de Vox en el Parlamento Europeo. Abordamos qué supone la vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca para la formación de Santiago Abascal. "Estuve hace dos semanas en el Madison Square Garden en un mitin de Trump, con varios jefes de delegación de Patriots, y sus discursos eran muy claros: defensa frente a la inmigración, protección de fronteras, seguridad en las calles, reducción brutal del gasto político y defensa de la economía americana", enumera las banderas comunes, los grandes estandartes de esa alt right internacional de la que Trump es faro. "Su victoria significa la derrota del modelo globalista y supone la confirmación de que el camino emprendido por Vox es el correcto", se congratula del regreso del republicano a la Presidencia de los Estados Unidos.
Una vuelta al puesto de mando de la política mundial cuatro años después de abandonarla que, en clave doméstica, significa, en principio, una buena noticia para Santiago Abascal. Porque sólo Vox apostó por Trump en detrimento de Kamala Harris. Y porque sólo Vox espera sacar rédito político a una victoria llamada a poner patas arriba el tablero ideológico global, que ya vence hacia el costado derecho. Además, como subrayan otras fuentes de la formación consultadas por Vozpópuli, Vox ha cultivado su relación con el Partido Republicano mientras el resto de partidos pululan cerca de la órbita demócrata. Sólo el PP no se decantó oficialmente por ninguno de los dos candidatos, si bien Cuca Gamarra aseguró en julio que la "fuerza" de Kamala Harris había "revolucionado la política". Génova redujo la afirmación a una opinión personal y no tuvo reflejo en el resto de dirigentes populares.
La Fundación Disenso ha tejido lazos de colaboración con The Heritage Foundation, uno de los principales think tanks republicanos, con una importancia ideológica capital en la Administración Reagan; Vox ha hecho hueco a los republicanos en sus convenciones y Abascal fue único líder político nacional presente en la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC), considerada el Woodstock de la derecha americana, el último febrero, en Maryland. De allí salió una foto que el líder de Vox distribuye como una postal navideña. Mientras Pedro Sánchez como Alberto Núñez Feijóo felicitaron con sendos tuits a Trump de pura cortesía institucional, la publicó de nuevo este miércoles junto al mensaje elogioso de quien parece celebrar un triunfo electoral propio. "¡Enhorabuena al presidente Donald Trump! Hoy tenemos que celebrar también la importancia del voto hispano en esta victoria del mundo libre. Es la hora de los patriotas. Es la hora de la libertad", escribió en la red social X.
Un parecer diametralmente opuesto al del expresidente José María Aznar, en cuyo PP militó Abascal, que a través de un editorial de la Fundación FAES alertó del peligro de un "populismo adobado de planteamientros proteccionistas" capaz de contagiar a las democracias europeas. "No es una buena noticia", zanjaba el laboratorio de ideas presidido por Aznar, "ni para España ni para la Unión Europea en su conjunto, ni tampoco para la OTAN". Para Buxadé, precisamente, es "muy importante" la reacción de Bruselas, puesto que sería "un extraordinario error que la Unión Europea prefiriera estar en manos de China y no de Estados Unidos". Esa es la disyuntiva que plantea directamente Vox con la vuelta de Trump en la arena internacional.
¿Y habrá viento de cola electoral? "No hay una traslación matemática", concede Buxadé, "pero es muy importante porque nos demuestra que se puede ganar frente a la práctica totalidad de los medios de comunicación, frente a todas las empresas tecnológicas menos X [propiedad de Elon Musk, máximo colaborador de Trump durante la campaña y ariete electoral crucial] o frente a la ONU". "Es un 'sí se puede' frente a las élites", sigue Buxadé en conversación con este periódico. Y es que, como analizaba este mismo miércoles en Vozpópuli el politólogo Juan Tovar, "Trump es élite, pero ha sabido conectar con los obreros y Kamala no". Para el jefe de la diplomacia de Vox en Bruselas, la victoria del republicano es "heroica" porque demuestra que "se puede derrotar a los adversarios políticos pese a no contar con los poderosos". Una paradoja, habida cuenta de quién es Trump, un magnate cuya fortuna asciende, según la Bloomberg Billionaires Index, hasta los 7.700 millones de dólares. "El pueblo ha mandado a las élites un mensaje muy potente", estima.
JD Vance, ¿sucesor de Trump en 2028?
Trump vuelve al poder, además, con un vicepresidente muy diferente a aquel Mike Pence que pasó desapercibido en su primera legislatura (2016-2020). Hablamos de JD Vance, un político que responde al tan preciado fenotipo americano del self-made-man, y que se postulará desde el minuto uno a la carrera electoral para 2028. ¿El motivo? Que el presidente 45 y 47 de los Estados Unidos –lo de habitar la Casa Blanca en dos periodos no consecutivos es una hazaña tan sólo conseguida por Grover Cleveland (1885-1889 y 1893-1897)– no podrá hacerlo de nuevo dentro cuatro años porque la vigesimosegunda enmienda de la Constitución norteamericana impide gobernar más de dos mandatos, sean o no consecutivos.
Hablamos de un hombre natural de Ohio y de 40 años –casi la mitad que Trump, que peina 78– que hunde su popularidad en Hillbilly Elegy, su autobiografía, publicada en 2016 y adaptada en 2020 –alfa y omega del primer trumpismo– por Ron Howard para Netflix en formato miniserie. El libro copó los ránquines de ventas en Estados Unidos durante semanas y la serie amplificó su mensaje. "Es una de las grandes sorpresas", subraya Buxadé, que resalta el "espacio llamativo" que Trump ha dado Vance desde la misma noche electoral, triunfal entre la familia del candidato electo. La apuesta de Vox por el voto joven hacen de Vance la baliza perfecta para potenciar este nicho.