España

El obispo de Alcalá arremete contra Rajoy por la ley del aborto: "El PP está infectado por el lobby homosexual"

Acusa al líder de la oposición, Pedro Sánchez, de olvidar "la violencia criminal contra dos millones de niños abortados: decapitados, troceados, envenenados, quemados" y sin embargo denunciara en televisión la fiesta del Toro de la Vega. 

  • Juan Antonio Reig Pla con el Papa.

El obispo de Alcalá de Henares, Juan Antonio Reig Plà, ha indicado que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha actuado "con deslealtad" a su electorado y "con insensatez" al retirar la reforma de la ley del aborto que, a su juicio, "pretendía limitar cuantitativamente el holocausto silencioso que se está produciendo" y ha advertido de que los partidos políticos mayoritarios se han convertido en "verdaderas estructuras de pecado".

"Conviene denunciar, con todo respeto a su persona, que el presidente del Gobierno ha actuado con deslealtad respecto a su electorado al no cumplir su palabra en esta materia, explicitada en su programa electoral; también ha actuado con insensatez pues ha afirmado que lo sensato es mantener el derecho al aborto, es decir, el derecho a matar a un inocente no-nacido, el crimen más execrable", subraya Reig Plà en un comunicado publicado este jueves y recogido por Europa Press. 

Según señala, "ha llegado el momento de decir, con voz sosegada pero clara, que el Partido Popular es liberal, informado ideológicamente por el feminismo radical y la ideología de género, e infectado como el resto de los partidos políticos y sindicatos mayoritarios, por el lobby LGBTQ".

Además, Reig Pla acusa a Rajoy de "faltar a la verdad" pues, según recuerda, "su partido tiene mayoría absoluta en el Parlamento y, sin embargo, afirma que no hay consenso, algo que no ha aplicado a otras leyes o reformas infinitamente menos importantes".

Asimismo, advierte de que "no es justificable moralmente la postura de los católicos que han colaborado con el PP en la promoción de la reforma de la ley del aborto a la que ahora se renuncia". "Cuando no sea posible evitar o abrogar completamente una ley abortista, un parlamentario, cuya absoluta oposición personal al aborto sea clara y notoria a todos, puede lícitamente ofrecer su apoyo a propuestas encaminadas a limitar los daños de esa ley y disminuir así los efectos negativos", recuerda.

El prelado también precisa que el jefe de la oposición, Pedro Sánchez, se ha mostrado "falto de rigor intelectual y con un déficit de sensibilidad ante la dignidad de la vida humana" y califica de "asombroso" que telefoneara a Sálvame para denunciar la fiesta del Toro de la Vega y, sin embargo, "olvide la violencia criminal contra dos millones de niños abortados: decapitados, troceados, envenenados, quemados".

Además, recuerda las palabras de Sánchez en la Estación de Atocha, cuando habló del "tren de la libertad" desde el que mujeres reclamaban "el derecho a decidir" y compara este tren con los de Auschwitz. "Debería llamarse, no el tren de la libertad sino el tren de la muerte, del holocausto más infame", remarca.

Nuevos partidos que defiendan el derecho a la vida

Por otro lado, el obispo afirma "con dolor" que, en ocasiones, "algunas instancias de la Iglesia Católica en España no han propiciado, más bien han obstaculizado, la posibilidad de que aparezcan nuevos partidos o plataformas que defiendan sin fisuras el derecho a la vida, el matrimonio indisoluble entre un solo hombre y una sola mujer, la libertad religiosa y de educación, la justicia social y la atención a los empobrecidos".

Por todo ello, Reig Plà pide insistir en la educación sexual y en la responsabilidad de las relaciones sexuales, "es decir, educar para el amor"; la abolición total de toda ley que permita el aborto provocado directo; una respuesta civil organizada y capaz de movilizar las conciencias; y estudiar la posibilidad de regenerar los partidos políticos mayoritarios.

También aboga por acompañar "con misericordia" a las mujeres que se encuentran en situaciones "muy duras", que se plantean abortar, y que a veces se ven "presionadas para que aborten por el padre de su hijo, por su entorno personal y laboral y por la sociedad", y recuerda que el aborto es "un crimen" y que tanto "el que mata" como "los que cooperan voluntariamente con él cometen un pecado" que la Iglesia sanciona con pena canónica de excomunión.

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