Las solicitudes de patentes por parte de las universidades españolas caen en picado en los últimos cinco años. También las licencias acordadas, que se han visto reducidas a la mitad en el mismo periodo. ¡Que inventen ellos!, que diría Unamuno. En 2015, las peticiones por parte de los centros públicos a la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEMP) para obtener derecho exclusivo sobre una invención ascendían a 563, mientras que en 2019 se redujeron a 355.
En el caso de las licencias firmadas, es decir, de los mecanismos de autorización para ceder los derechos de la propiedad intelectual universitaria a otra entidad, se han visto reducidas prácticamente a la mitad durante el mismo periodo. De las 414 que se acordaron en 2015 se ha pasado a un total de 219 en 2019, último año del que se tienen cifras.
Estos son algunos de los datos recogidos por la OEMP y en el Informe de la Encuesta de I+TC 2016, 2017 de la RedOTRI y RedUGI de la Comisión Sectorial Crue-I+D+i que se destacan en el informe universitario anual de la Fundación Conocimiento y Desarrollo (CYD), que preside Ana Botín y que fue presentado este miércoles, tal y como publicó Vozpópuli.
La transferencia de conocimiento es una de las principales funciones de la universidad, pero el nivel de cooperación con el sector privado aún tiene margen de mejora a tenor del estudio. A diferencia de otras universidades, las españolas van a remolque en cuanto a solicitudes de patentes, licencias y 'spin off'.
La transferencia de conocimiento es una de las principales funciones de la universidad, pero el nivel de cooperación con el sector privado aún tiene margen de mejora
"La protección del conocimiento resulta clave durante el proceso de transferencia y comercialización de la investigación y en los últimos años se ha observado un aumento de los acuerdos de confidencialidad en detrimento de las solicitudes de patentes", señala el Informe CYD 2020.
Estas últimas se utilizan habitualmente como una aproximación para medir la orientación comercial de la investigación universitaria y, en los últimos años, especialmente desde 2017, a raíz de la entrada en vigor de la nueva Ley 24/2015, de Patentes, el número de solicitudes que las universidades realizaron por vía nacional en la OEPM ha ido disminuyendo paulatinamente. En 2019 ha habido una ligera recuperación con respecto a 2018, pero aún existe una distancia notoria al comprar con las cifras de 2015.
355 solicitudes de patentes en 2019
En concreto, en 2019, se solicitaron 355, un aumento del 8,56% en comparación con el año anterior. Aún muy lejos de los datos de 2015 y, en general, de la última década. Sin embargo, sigue aumentando el peso que tienen estas solicitudes sobre el total de las realizadas en el país: el 26,14% de ellas correspondieron a universidades públicas.
Según explica la Fundación CYD, esta nueva Ley endurece algunas de las condiciones exigidas para otorgar el derecho de patente, de ahí que su número se haya visto reducido. Desde la OEPM indican que, hasta la introducción de la actual Ley, hubo un aumento en la solicitud de patentes cuya motivación era más curricular que por la protección de una invención con un potencial valor de mercado, que ha de ser objetivo principal de una patente.
El 26,14% de las solicitudes de patentes de 2019 correspondieron a universidades públicas
En cuanto a la evolución de patentes presentadas por las universidades españolas vía Tratado de Cooperación, conocido como PCT, también presentan una tendencia decreciente. La cifra de estas solicitudes se situó en 154 en 2019 frente a las 209 de 2015. Este Tratado permite solicitar la protección de las invenciones mediante una única solicitud en los estados contratantes del convenio en los que se quiera obtener protección.
Las universidades públicas españolas también suspenden en licencias de patentes y en la proliferación de spin-off. "Las licencias de patentes o basadas en otro tipo de innovaciones para comercializar los resultados de investigación son un instrumento útil para ceder los derechos de la propiedad intelectual universitaria a otra entidad bajo unas determinadas condiciones de uso acordadas por ambas partes", explican desde la Fundación CYD.
De 414 licencias en 2015 a 219 en 2015
La misma reconoce que "no es una práctica consolidada en las universidades españolas" y que el volumen de ingresos procedente de este tipo de contratos "es muy reducido". "Si observamos el número de licencias firmadas en los últimos años, tras alcanzar un máximo en 2015, con 414 licencias, la cifra no hecho más que reducirse en los últimos años hasta llegar a las 219 licencias firmadas en 2019", destaca el análisis.
No obstante, aunque el número de licencias no haya aumentado, sí que se observa un aumento en el volumen de ingresos procedentes de patentes u otras innovaciones. En 2018 se alcanzaron los 4,2 millones de euros y en 2019 los 4,1 millones de euros, frente a los 3,7 de 2017.
El ingreso por licencia haya aumentado de los 10.590 euros en 2017 a los 18.860 en 2019
"Este aumento del volumen generado ha hecho que, en promedio, el ingreso por licencia haya aumentado de los 10.590 euros en 2017 a los 18.860 en 2019. A pesar de este aumento observado en el último año, no es un volumen comparable al generado por otras vías de transferencia como la I+D por encargo, la I+D colaborativa o el apoyo técnico y prestaciones de servicios a empresas, que son mucho más empleadas por las universidades", recoge el informe.
Por otro lado, el número de spin-off creadas en las universidades españolas también ha mostrado una tendencia decreciente en los últimos años, que pareció recuperarse levemente en el año 2019 al anotar 84 empresas creadas al alero de los centros. Además, en ese año aumentó el número de spin-off participadas por universidades (45) frente a las 22 que lo estaban en 2018.
Aumenta significativamente la cifra de Personal Docente Investigador (PDI) vinculados a las spin-off creadas en 2019, que ascendió a 163. Pero ese mismo año únicamente 31 firmas ampliaron capital, el menor valor observado en la serie desde 2012.
