Caras largas. Pesimismo. Desorientación. Y el gobierno regional reunido. Mientras, el presidente de la Asamblea de Madrid, José Ignacio Echevarría, amenazaba a la diputada del PSOE, Amparo Valcarce, con expulsarla si continuaba hablando en el Pleno de Presupuestos sobre el ático que González compró en Marbella.
La Asamblea de Madrid se reunió el miércoles para debatir los Presupuestos de 2013, pero no había nadie a primera hora en el banco del Gobierno. Estaban reunidos tras conocerse que una juez ha imputado a Lourdes Cavero, la mujer del presidente de la Comunidad de Madrid, y que apunta a Ignacio González en un auto que ha remitido a la Audiencia Nacional.
Hace algunos años el PP, con Esperanza Aguirre, era un grupo compacto. Una piedra. Pero ya en los últimos meses de Aguirre esa unidad se rompió y hoy hay ya una corriente de damnificados de Aguirre y González que tienen pensamiento propio. No son ni uno ni dos ni tres.
Uno de estos diputados decía este miércoles, en privado: "¿vamos a estar así hasta el final de la legislatura?. Alguien tendrá que pedir que se vaya y que venga alguien que ponga este barco en pie hasta las próximas elecciones". Se atevía incluso a sugerir el nombre de Lucía Figar como la persona que podría liderar el PP madrileño hasta las próximas elecciones autonómicas.
La oposición dentro del PP cree que esta situación deja muy tocado a González, del que dicen "no será candidato" y "puede terminar como Camps", aunque luego los juzgados digan que todo lo hizo legalmente. Otro diputado llegaba a decir que todo dependerá del juez que le toque. Otro parlamentario señaló que el miedo atenaza a los viceconsejeros que firmaron contratos de Gürtel porque sus consejeros se negaban a hacerlo. "No podemos encarar la campaña electoral con Gürtel y el apartamento de González en la calle, nos van a crucificar". En todo caso, señalaba "estamos desorientados".