Luis Bárcenas se acogió a la amnistía fiscal ideada por Hacienda con el fin de librarse de la prisión preventiva. “El extesorero del PP habría sido arrestado de inmediato de no haberse amparado en la Declaración Tributaria Especial. La estrategia de regularizar sus fondos en el extranjero no sólo estaba diseñada para escapar del delito fiscal, sino también para repatriar el dinero y evitar que lo metan en prisión preventiva por tener recursos fuera y, por lo tanto, presentar riesgo de fuga”, explica un abogado.
Además, Bárcenas no necesitaba hacer público que había recurrido a la amnistía fiscal. “Tan sólo tenía que comunicárselo al juez”, sostiene el abogado. Sin embargo, éste decidió pegar un tiro contra Cristóbal Montoro y demostrar así que tenía munición con la que amenazar al PP.
El ministro se defiende
Y el titular de Hacienda se lo ha tomado como una vendetta personal, hasta el punto de enzarzarse con Bárcenas en una guerra de continuas declaraciones, filtraciones, comunicados, desmentidos y doble lenguaje.
“Mientras que otros en el PP se mantienen al margen por lo que Bárcenas pueda hacerles, Montoro tiene claro que ni va a caer ni va a ser chantajeado por un delincuente”, comentan fuentes próximas al ministro.
Los errores de Montoro
Sólo que los impulsos de Montoro le han llevado a cometer serios errores. Primero, aseguró que el extesorero no había acudido a la regularización, y tal aseveración la hizo sin matizar con claridad la salvedad de que Bárcenas quizá pudiese haberla solicitado a través de una persona jurídica, como así fue.
Segundo, afirmó que la amnistía no borra delitos. No obstante, para aprobarla se añadió una disposición adicional única a la Ley Orgánica 7/2012 del 27 de diciembre. Ésta establece en el Código Penal que cualquier Declaración Tributaria Especial (la amnistía) sea considerada como entregada dentro del plazo legal, lo que exonera de la evasión de impuestos.
Paso a paso, el ministro se ha adentrado además en una pelea con los inspectores de Hacienda, quienes siempre han sido muy críticos con la amnistía.
Cada vez que interviene en público, Montoro se hunde más en el fango, al adoptar una actitud demasiado agresiva, más propia de alguien en la oposición que de un ministro.
“Bárcenas ha dejado en evidencia la amnistía de Hacienda. Se veía venir que podía ocurrir una cosa así. Han aprobado una regularización de la que se puede aprovechar un imputado, algo que no podría suceder con una declaración complementaria, que sólo sirve de atenuante. Ahora Montoro se ve tocado y ha decidido jugárselo todo para poder sobrevivir políticamente”, afirma una fuente cercana al Ministerio de Hacienda.
Los errores de Bárcenas
Sin embargo, Montoro parece haber recompuesto su estrategia y ha encontrado importantes fisuras en la defensa de Bárcenas. La aparición de una nueva cuenta bancaria en Suiza podría acabar con los huesos de Bárcenas en la cárcel. Conforme avanza la trama, el cerco se va estrechando.
A las órdenes de Montoro, el servicio jurídico de la Agencia Tributaria ha contraatacado elaborando un informe que señala incongruencias en la argumentación de Bárcenas. La maquinaria del Estado se mueve. Pero esas conclusiones aún tendrán que conseguir el visto bueno del juez, siempre celoso de la seguridad jurídica.
El inconveniente es que la amnistía se ha diseñado de tal modo que no impide expresamente que alguien citado por un delito se pueda beneficiar, ya que en un principio las declaraciones no se iban a revisar. “Se puede alegar origen ilícito, pero eso aún hay que demostrarlo ante los tribunales”, razona un fiscalista.
Otro tanto sucede con las fechas barajadas. Hacienda aduce que Bárcenas ubica el origen de los fondos en 2006 y que, sin embargo, la sociedad Tesedul con la que se regulariza se creó en 2008, por lo que cuestiona la veracidad de la declaración. No obstante, esta sociedad es extranjera y resulta complicado determinar el día de su constitución, pues el año 2008 podría representar simplemente el inicio de las actividades en España.
¿Camino de la prisión preventiva?
Los argumentos más fuertes de la Agencia Tributaria descansan en el hecho de que Bárcenas usó una pantalla para ponerse al corriente con el Fisco. Sus fondos figuran bajo el nombre de una sociedad foránea, Tesedul, y él no se ha presentado como el titular real hasta que lo manifestó su abogado. Aunque no ostente la titularidad jurídica, el extesorero del PP tenía la obligación de explicitar que era el titular real, de modo que el dinero no se le puede atribuir y su regularización es baldía.
La Agencia Tributaria también alega que el artículo 305.4 del Código Penal impide que una regularización sea válida si el Ministerio Fiscal o el juez de instrucción han iniciado actuaciones.
Al final, el juez tendrá que dictaminar sobre la pelea y si Bárcenas acaba en prisión preventiva. Para salvar su posición, Montoro ha ametrallado al extesorero. ¿Pero acumula éste munición con la que devolver el fuego?