El 5 de mayo de 2004. Luis Bárcenas se reunía a comer en el elitista restaurante Combarro de Madrid con el ciudadano suizo Frederic Mentha, su gestor en el banco Lombard Odier. Hacía ya cinco años que tenía una cuenta en la oficina en Ginebra de esta entidad financiera con un saldo que para entonces era ya de 8,7 millones de euros. En el transcurso de la comida, el entonces tesorero del PP y recién elegido senador por Cantabría, presumia de haber cumplido la palabra que dio a los responsables del banco cuando abrió el depósito: la de ingresar regularmente elevadas cantidades dinero en la misma. De hecho, aprovechaba la ocasión para anunciarle que como las supuestas promociones inmobiliarias en las que participaba iban "a buen ritmo", en breve llevaría nuevas remesas.
Bárcenas analizaba al detalle todas las comisiones que el banco le cobraba por operar y llegó a amenazar "amablemente" con vaciar la cuenta si no se las rebajaban
En el encuentro, el político popular terminó proponiendo al banquero suizo un cambio en la forma de operar con ellos que hasta entonces había mantenido y que consistía, básicamente, en viajes a Ginebra para ingresar directamente maletines de dinero. Barcenas le planteó si podía hacer los ingresos en efectivo en la oficina que el propio Lombard Odier tenía en Gibraltar, otro territorio offshore. El motivo que alegó era que poseía "una gran propiedad en la zona residencial de Guadalmina", en Marbella [su mujer, Rosalía Iglesias Villar, tiene varios apartamento a su nombre en una urbanización de lujo de esta localidad malagueña] y que cuando se encuentrase allí le resultaba más cómodo. La documentación no concreta, sin embargo, si finalmente llegó a realizar ingresos en dicha sucursal del Peñón.
Este encuentro del extesorero con el banquero suizo está recogido en una de las decenas de 'notas de viaje' elaboradas por empleados del Lombard Odier en la que reflejaban los detalles de sus encuentros con el cliente LUBAG (Luis Bárcenas Gutiérrez), y que se han incorporado ahora al sumario del 'caso Gúrtel' como parte de la última comisión rogatoria enviada por Suiza al juez Pablo Ruz. Notas sobre las tres cuentas corrientes que Bárcenas tuvo sucesivamente en este banco helvético desde 1999 y en las que llegó a acumular en su máximo apogeo hasta 25 millones de euros en 2007. Notas en las que sus autores hacen un retrato de la vida a todo lujo que derrochaba el entonces tesorero del PP y, sobre todo, de su obsesión por controlar cada movimiento de sus cuentas y de rebajar las comisiones que la entidad le cobraba por sus operaciones.
"Del 0,55% al 0,30%"
Un buen ejemplo de todo ello es una nota del 28 de noviembre de 2003. El empleado del Lombard Odier señalaba en ella que Bárcenas tenía intención de pasar el fin de semana esquiando en Tignes, una estación situada a 165 kilómetros de Ginebra, pero que había aprovechado el viaje para pasarse por el banco y repasar los movimientos de la cuenta que entonces tenía abierta y que había sido bautizada como 'Novis'. "Aprecia que en dos de los tres últimos [movimientos] para compras en la Bolsa española se le ha aplicado una comisión del 0,55% en vez del 0,30%", señalaba Mentha. En la propia ficha de presentación del cliente, ya se le describía como una "persona muy simpático pero siempre muy preciso sobre los gastos y las comisiones" y que "controla sistemáticamente toda su correspondencia hasta el mínimo detalle".
El extesorero es descrito en la ficha de cliente como "muy simpático", pero obsesionado por controlar "los gastos y las comisiones"
Así, el 2 de mayo de 2003, el gestor Frederic Mentha [imputado en España acusado de blanquear para la mafia china, como adelantó Vozpópuli] recogía que Bárcenas estaba "decepcionado con nosotros" y, más en concreto, con las comisiones que le estaban cobrando por sus operaciones. "Me amenaza amablemente con cerrar la cuenta", detallaba el banquero suizo, que a continuación reflejaba que había intentado hacerle entender que "las tarifas son excepcionales" por su bajo coste. Sin embargo, Bárcenas argumentaba que "trae sus ganancias cada año a nuestra oficina y que no necesita ningún consejo en materia de inversión". Mentha concluía la nota asegurando que el extesorero "vuelve a la carga cada dos por tres" sobre las comisiones, pero que él había permanecido "impasible a sus peticiones".
En otras ocasiones, Bárcenas reclamaba información sobre qué hacer para mantener en secreto sus cuentas. Así, el 9 de septiembre de 2003, los empleados del Lombad Odier recogían en una nota que el extesorero había ingresado ese día 80.000 euros en efectivo y que su gestor había aprovecha su visita para detallarle las nuevas normas de fiscalidad que la Confederación Helvética iba a aplicar entonces a los residentes en la UE. "Le explico las ventajas de constituir una sociedad o una fundación. A la vista de su situación familiar (sic), consideramos que lo mejor será crear una fundación". detallaba el banquero suizo. Año y medio después creó la panameña Sinequanon para poner a su nombre las cuentas. El empleado del banco añadía en esa misma nota que el extesorero le había pedido que le comentase los peligros que tenía utilizar una tarjeta de crédito relacionada con su cuenta. Sería precisamente una tarjeta lo que descubriría años después a la Justicia española la existencia de la fortuna secreta del extesorero en Suiza.
Detalles privados y públicos
El autor de las notas del Lombard Odier incluía también en sus reseñas detalles sobre la vida privada de Bárcenas. Así, por ejemplo, en un escrito detallaba que el cliente tenía dos hijos, uno de 19 años fruto de su primera mujer y otro adolescente de su relación con Rosalia Iglesias, su actual esposa y también imputada en el causa. Así mismo, reflejaba que muchas de las visitas que realizaba a las oficinas del banco en Ginebra estaban motivadas por viajes para practicar"su pasión", el esquí y el alpinismo. En otras, especificaba que iba con su mujer e, incluso, que en una de ellas, en el puente de diciembre de 2006, había acudido con toda la familia a pasar "un fin de semana largo a [la estación de] Val d'Isère". Incluso detallaba que tras una visita en junio de 2007 junto a su esposa para "consultar" el estado de sus cuentas, habían partido "enseguida hacia Lyon a fin de cenar en Chez Bacchus", un célebre restaurante de esta ciudad francesa. En otro encuentro, éste de agosto de 2005, el gestor suizo aseguraba que durante la comida estuvo hablando con el entonces senador "sobre la vida política, económica y social de Suiza, España y América del Sur".
El exsenador justificó ante el banco suizo su imputación en el 'caso Gúrtel' como fruto de "disensiones" de su partido y de "presiones políticas"
Estos escritos internos del Lombard Odier también se hacía referencia a partir del año 2009 al caso Gürtel y, más en concreto, a la implicación de Bárcenas en el mismo. Así, el 12 de febrero de 2009, seis días después de que estallase el escándalo y coincidiendo con la entrada en prisión de Francisco Correa, Bárcenas dio una orden telefónica a Mentha de que atendiera al que a partir de ese momento iba a ser su testaferro, el broker español Iván Yáñez. Él no iba a poder acudir con tanta frecuencia a las reuniones con los respresentantes de la entidad a la vista de las “disensiones” existentes en aque momento en el seno del PP. Seis meses después, el banquero suizo se veía con Yáñez y con el abogado argentino Edgardo Patricio Bel, que habían acudido a Ginebra a abrir una cuenta para el extesorero a nombre de la sociedad uruguaya Tesedul. Según recogió en su correspondiente escrito, éstos le aseguraron entonces que el extesorero era "víctima de presiones 'políticas' en su país. Piensan que la situación debería mejorar rápidamente".
En la propia ficha de la apertura de esta última cuenta, se recogía que el exsenador "está momentaneamente implicado" y se le catalogaba de PEP, cliente de alto riesgo por su condición de político. Una categoría que el otro banco suizo donde tuvo cuentas, el Dresdner Bank, le aplicó prácticamente desde el comienzo de su relación con él y que, sin embargo, el Lombard Odier no consideró necesario hasta entonces. Y ello a pesar de que otra nota interna de la entidad financiera reconocía que su caso había sido sometido a un análisis "detallado y profundo" por parte del departamento jurídico de la entidad. A esas alturas, el caso Gürtel era "bien conocido y seguido por la banca", detallaba el gestor suizo antes de reflejar que iba a consultar cómo actuar a partir de ese momento con varios de sus superiores. Sin embargo, la cuenta siguió operativa hasta 2013 e, incluso, registró importantes movimientos de dinero, entre ellos las transferencias de dinero para que Bárcenas y su testaferro español se acogieran a la amnistía fiscal de finales del año pasado. Pero también para adquirir acciones. En febrero de 2012 pagó con parte de saldo la adquisión de 7.000 acciones de Gas Natural.