El grado de hartazgo de amplios sectores del PP contra Luis Bárcenas comienza a superar lo intolerable, y puesto que se parte de la base de negar todo tipo de verosimilitud a sus acusaciones, no son pocos en el Partido Popular los que creen llegado el momento de ir a saco de una vez contra su persona, sin medias tintas. La evolución lógica, llegado este punto, aducen, es que la demanda por vía civil presentada contra él en marzo se convierta en una querella por la vía penal, y, además, se incorpore al periódico El Mundo exactamente por los mismos motivos por los que se demandó a El País hace cuatro meses.
Incluso alguno de los que firman a título personal la demanda conjunta apuntan a la necesidad de ir a la querella, a pesar de que entonces "la decisión la tomaron los servicios jurídicos del partido", que veían con mucho más recorrido judicial una demanda que una querella. Entonces también se debatió mucho la conveniencia de demandar al diario de Pedro J. Ramírez que fue el que dio la primera información respecto a la existencia de sobresueldos millonarios en el PP, aunque sin el aporte documental de los "papeles de Bárcenas" que días después publicó El País.
Ahora no son pocos los que creen llegado el momento de ir también contra el otro gran diario de tirada nacional, pero eso es, precisamente, lo que echa atrás a una parte de la cúpula popular, poco partidaria de enemistarse también con "El Mundo" aunque las cosas no les vayan precisamente bien ni con uno ni con otro. El PP adujo en su demanda contra el medio que dirige Javier Moreno la “difusión premeditada e irresponsable, inexplicable... de documentos (presumiblemente prefabricados ad hoc)”, con “la clara intención de dañar la imagen y buena reputación del PP y de sus dirigentes y empleados”, argumentos que, según han señalado fuentes populares a Vozpópuli, podría aplicarse también al periódico de Unidad Editorial.
Génova asume que éste no es más que el principio de una estrategia destinada a que no se hable de las cuentas en el extranjero del ex tesorero
La dirección del PP busca la mejor manera de administrar el nuevo escenario creado por su ex tesorero tras el ingreso en la madrileña prisión del Soto del Real. Le acusan de extender una cortina de humo para distraer la atención de las causas reales de su encarcelamiento, esto es, la existencia de movimientos de fondos entre cuentas bancarias en el extranjero que no estaban bloqueadas, amen, de la "fabricación ad hoc" de una prueba en Argentina para documentar una presunta compra-venta de cuadros con los que intentar disfrazar la vinculación de su esposa, Rosalía Iglesias, con la Gürtel.
Precisamente, los ojos del PP se dirigen ahora hacia la cónyuge de Bárcenas, Rosalía Iglesias, de la que no dudan serán la que vaya proveyendo de nuevos papeles a los medios de comunicación. El de ayer, publicado por El Mundo parece que fue un recado, otro, contra la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, tras afirmar en rueda de prensa que "las mentiras no se documentan". Pudieron ser las palabras de la que se ha convertido en la bestia negra del ex tesorero las que desencadenaron que los originales le llegaran a Pedro J. Ramírez y saben en el PP que no serán los últimos.
Esperanza Aguirre, por su parte, aprovechó su discurso de ayer ante el comité ejecutivo del PP de Madrid, para señalar que si ha habido "irregularidades" en la financiación del partido, éste tendrá que "reconocerlas" y explicarlas, y no "mirar hacia otro lado". Defendió que el PP no puede esperar a la Justicia o a iniciativas como la conocida como Ley de Transparencia, ya que los ciudadanos están "metiendo" al PP ya en el "mismo saco" que a "los socialistas y comunistas de los ERE" y "a los de Convergencia i Unió". Y, al hilo de esta reflexión, recuperó su frase mítica del "no me resigno", pronunciada en 2008 en pleno enfrentamiento con Rajoy, cuando dijo que "no me resigno a que nos metan el mismo saco".
"España y los españoles necesitan que nuestro partido esté limpio, que lo diga y que lo demuestre, y si ha habido personas que han caído en la corrupción, lo que tenemos es que descubrirlos y denunciarlos con más fuerza que pueda hacerlo la Justicia", y eso dará al partido "una ventaja moral y política sobre todos ellos", informa Efe.
Las palabras de Aguirre fueron replicadas por la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, al salir en defensa de la dirección nacional del partido. Tras señalar que lo que Bárcenas "ha sido una desgracia para todo el PP", subrayó que no es posible "creer a un presunto delincuente como él antes que a la secretaria general o presidente del partido", según ha podido saber Vozpópuli.
