Luis Bárcenas se ha convertido en el chivo expiatorio para imputados y testigos que van compareciendo ante el juez Pablo Ruz por la investigación de la supuesta contabilidad B del PP. Este lunes les ha tocado el turno al arquitecto Gonzalo Urquijo, que realizó la reforma de la sede del PP ahora bajo sospecha, y Cristóbal Páez, quien fuera gerente de la formación cuando Bárcenas asumió la tesorería. Ambos negaron que aquellos trabajos se pagaran en negro y coincidieron en señalar que si hubo alguna irregularidad, ésta la cometió el extesorero. Una estrategia de culpar al ahora político encarcelado que anteriormente habían esgrimido los diferentes dirigentes del partido que han tenido que pasar por la Audiencia Nacional para declarar por los llamados 'papeles de Bárcenas'.
El arquitecto de las obras asegura haber firmado 80 recibís para el PP por indicación de Bárcenas y que éstos le pudieron "dar mucho juego" en la contabilidad de la formación
El primero en comparecer fue Gonzalo Urquijo, el propietario de la empresa Unifica Servicios Integrales SL que realizó las obras en Génova 13 entre 2005 y 2011 y al que se le investiga por haber recibido presuntamente 888.000 euros en dinero de la caja B del partido como parte del pago por aquellos trabajos. El arquitecto, cuyo despacho fue registrado por la Policía el pasado mes de septiembre, aseguró que el 'recibí' manuscrito de 200.000 euros que la UDEF encontró en un cuaderno de su propiedad y que coincide con uno de los apuntes contables del extesorero, se lo había dictado el propio Bárcenas mientras él viajaba en taxi, pero que no recordaba si finalmente lo había pasado a limpio y, posteriormente, cobrado.
Urquijo se defendió asegurando que él hacía todo lo que le decían desde el PP porque quería cobrar cuanto antes todo el dinero que le debía y que, además de ese, él hizo unos 80 recibís por indicación de los responsables de fianzas de la formación política. En este punto, el arquitecto cargó contra el político ahora encarcelado: "A lo mejor le interesaba tener esos recibís". Urquijo incidió en esta idea cuando señaló que esos documentos mercantiles podían "dar mucho juego" al partido conservador en un momento, recalcó, en el que la principal fuente de gastos de la formación eran, precisamente, las obras de remodelación de su sede central.
El siguiente en declarar fue Cristóbal Paéz, quien ocupó la gerencia del PP en sustitución de Bárcenas cuando éste asumió el puesto de tesorero. Su declaración era muy esperada por las acusaciones, ya que en su anterior comparecencia ante el juez Ruz en agosto, entonces como testigo, había mostrado su total distanciamiento tanto del partido, que le había despedido, como de Bárcenas. Ahora, su papel en la gestión de las obras bajo sospecha se antojaba clave para desvelar detalles de cómo se pagaron éstas, ya que en los correos electrónicos intervenidos a Urquijo y sus trabajadores era señalado como la principal persona de contacto entre esta empresa y el PP. Sin embargo,Páez negó conocer nada sobre los supuestados abonos en 'negro' de aquellos trabajos y este lunes limitó su papel a la firma de los certificados de obras cuando éstas se iban concluyendo.
"Todo el dinero lo controlaba él"
El exgerente, a quien se le mostró una factura intervenida en las oficinas de la empresa que realizó la reforma en la que aparecía su firma como ordenante de un pago, negó que él hubiera autorizado ningún abono, y alegó que si bien la firma si podía ser la suya no recordaba haberla plasmado en dicho documento, del que sólo consta una fotocopia en el sumario. De hecho, descargó toda la responsabilidad de los pagos en el que entonces era su jefe, Luis Bárcenas. "Todo el dinero lo controlaba él", aseguró antes de afirmar tajantemente que "ni he visto ni me consta que las obras de pagaran en negro".
La mano derecha de Bárcenas en la tesorería del PP ha recalcado ante el juez que "todo el dinero" lo controlaba el político ahora encarcelado
Páez llegó a negar que conociera la existencia de una contabilidad B en el partido, aunque ratificó su anterior declaración ante el juez Ruz, la realizada como testigo el pasado 12 de agosto. Entonces, el exdirigente del PP confirmó la veracidad de dos apuntes de las anotaciones contables del político ahora encarcelado que le señalaban como receptor de sendas entregas de dinero por un total de 12.000 euros. En aquella comparecencia asumió que dichas cantidades eran en 'negro' y, de hecho, confesó que no las había declarado a Hacienda.
La última en comparecer este lunes ha sido una empleada de la empresa que hizo la reforma, María Rey, quien también señaló a Bárcenas como el único responsable de uno de los pagos por aquellas obras. La trabajadora de Unifica aseguró que en una ocasión que fue a la sede del PP, el extesorero le entregó un cheque como parte de la cantidad que el partido adeudaba por la reforma y que éste le hizo firmar un recibí. No obstante, María Rey destacó que el trato diario sobre el desarrollo de los trabajos lo llevaba con Paéz y con Antonio de la Fuente, cuñado del político ahora encarcelado y entonces responsable de seguridad del edificio. La declaración de este último, prevista para este lunes, ha sido pospuesta al jueves junto a la de otra empleada de Unifica también citada como testigo.