Javier Ayuso Canals, director de Comunicación e Imagen de BBVA entre 2002 y abril de 2009, fue uno de los testigos a los que los agentes de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía tomaron declaración para confirmar las extorsiones de Luis Pineda y Ausbanc a entidades bancarias bajo la apariencia de contratos publicitarios. Ayuso manifestó a la Policía que cuando él llegó a la entidad, ésta ya tenía contratada publicidad con Ausbanc, que cada año aumentaba la cuota muy por encima de las que le correspondía a la difusión de sus medios con el argumento de que los mismos eran cada vez más importantes.
El propio Ayuso reconoce que los precios “no eran razonables, no se correspondían con la circulación, número de ejemplares e importancia de tales medios”, pese a lo cual “BBVA aceptó dicha renovación porque por casos precedentes tenía conocimiento de que las entidades que no se publicitaban en sus medios eran objeto de una campaña de desprestigio y denuncias –dice Javier Ayuso a la Policía-. Implícitamente dejaba claro que era una relación de ser amigos o no amigos”.
Los ataques contra la entidad comenzaron cuando a finales de 2006 redujo la cuota publicitaria un 40%
La presión de Pineda se hizo tan insoportable que el BBVA decidió a finales de 2006 reducir la cuota publicitaria un 40%, pasando de 260.000 a 160.000 euros anuales, y además pasar de un convenio anual a dos convenios semestrales. “Esta decisión conllevó más publicidad negativa a través de la revista y de denuncias de perjudicados en Ausbanc”, señala Ayuso en su declaración ante la Policía, lo que decidió a la entidad a suprimir definitivamente su relación con la asociación en el año 2008.
He comprado acciones, iros preparando
Ese año, el día anterior a la Junta General de Accionistas, Javier Ayuso recibió una llamada de Luis Pineda para decirle que había comprado acciones de BBVA, que iba a asistir a la junta y “que se preparasen”. Efectivamente, Pineda tomó la palabra en la junta y realizó un duro ataque a la entidad, a su presidente, Francisco González, y al propio Javier Ayuso, además de intentar impugnar la junta, lo que no consiguió. Una operación que repitió al año siguiente junto a otras dos personas más del entorno de Ausbanc que también compraron acciones. En esta ocasión, “se manifestaron de forma más agresiva”, según el testimonio del entonces responsable de Comunicación. “Claramente había una relación causa efecto –declara Ayuso-. Supuso un perjuicio a BBVA tanto las campaña de desprestigio como las denuncias”.
Ataques que continuaron en el tiempo con la sustitución de Ayuso por Ignacio Moliner. Éste prestó también declaración ante los investigadores para corroborar las palabras de su antecesor en el cargo. “Luis Pineda me llamó en una ocasión, pero decliné hablar con él. Creo que en alguna ocasión se remitió a la entidad alguna carta procedente de Ausbanc, pero desconozco si era con intención de intentar que el BBVA volviese a anunciarse. Desde que comencé a trabajar en dicho puesto, desde Ausbanc, y concretamente su presidente, Luis Pineda, comenzó una campaña en mi contra con diversas difamaciones a través de sus publicaciones y de las redes sociales”.
Un informe de la UDEF sobre las extorsiones al BBVA señala que “una de las consecuencias de la no renovación de los contratos publicitarios fue, en el caso del BBVA, la personación del presidente de Ausbanc, Luis Pineda, en las juntas generales de accionistas, con la clara intención de reventar las mismas e impugnar los acuerdos que en ella se tomen, con la problemática que tal actitud supone para la entidad”. Los agentes aluden a la publicación en el diario Mercado de Dinero (publicación de Ausbanc) en noviembre de 2014 de un artículo que hacía referencia a una demanda “en ejercicio de acción de responsabilidad extracontractual” presentada por Pineda contra Francisco González por haber consentido que durante la junta de accionistas celebrada el 15 de marzo de 2013 otro accionista insultara al presidente de Ausbanc durante su intervención en la misma. Unos hechos por los que Pineda solicitó una indemnización de 100.000 euros.