Madrid

Absuelven a un joven tras ser acusado por su novia de intentar planificar su violación grupal

La titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer Número 1 de Alcobendas dictamina que no existen indicios suficientes para acreditar un presunto delito de coacciones

  • Imagen de la mano de un juez, con la toga negra que visten en las vistas orales. -

El Juzgado de Violencia sobre la Mujer Número 1 de Alcobendas ha decretado es sobreseimiento libre del caso contra un joven acusado por su novia de intentar planificar una agresión grupal contra ella. La chica denunció a su novio, con el que llevaba 8 meses de relación, después de escuchar como el joven de 27 años presuntamente contaba intimidades suyas lo que le provocó una sensación de miedo e intimidación.

La pareja volvía de fiesta cuando, alrededor de las 7 de la mañana fueron a un local privado con algunos amigos. La joven que se encontraba cansada y con sueño decidió irse a dormir a la planta baja a pernoctar. Ocho horas después, pasado ya el mediodía, la joven despertó y fue cuando -según declaró ante la Policía- pudo escuchar como su novio compartía con los demás lo que ambos hacían cuando se quedaban solos en la intimidad.

"Vente pal local, que te los vas a pasar bien, este pone la puta", esta fue la frase que la joven denuncia haber escuchado por parte de uno de los amigos de su novio mientras hablaba con otra persona por teléfono. La denunciante manifestó que estas palabras le ponen muy nerviosa, "ya que tenía miedo a lo que estas personas estaban pudieran hacer contra ella". Cuando sube al piso de arriba, sorprende a los presentes que no sabían que ella podía estar eschando, lo que provoca que su novio comience a ponerse nervioso y que el resto adopten un semblante serio.

Según aparece recogido en la denuncia, a la que ha tenido acceso Vozpópuli, uno de los chicos reacciona diciéndole a su novio: "Como te haya escuchado… vamos jodidos". Este comentario pone en alerta a la joven que se queda sentada en una silla, nerviosa y sin saber cómo reaccionar, cuando su novio -ante la insistencia de ella de salir del local para ir a buscar algo de comida- le pone la mano en el muslo, ella le frena y este le da un empujón.

Tras esto, defiende que uno de los otros chicos le acaricia la cabeza y que "con cara de querer decirle algo" abandona el lugar. "Bueno chavales yo me voy, disfrutar mucho… Igual si veo a tu padre me chivo", le comenta al novio de la joven antes de irse. Según el testimonio de la joven, esta consigue marcharse del local en compañía de su pareja para ir a comprar algo de comida. Después de realizar la compra, ambos regresan al local, sin embargo, en el último momento la chica decide quedarse fuera, "ya que tiene miedo a lo que pueda suceder".

Entonces, el denunciado accede al local donde continúan sus amigos para sus cosas. En ese momento, según declaró en comisaría, pudo escuchar como su novio susurraba: "Creo que esta se va a quedar ahí sentada, se quiere ir a casa, ¿qué hacemos?".

La joven vuelve a casa en un taxi

Finalmente, abandonan el local en el que había pasado la mañana y se dirigen a un bar para comprar tabaco. Justo aparcado en frente se encuentra aparcado un vehículo de VTC, conducido según ella por un conocido del denunciado. En ese momento, la chica le pide que pida a un "taxi" para irse a su casa.

No obstante, ella vuelve a sospechar de las intenciones del joven, ya que el coche que viene a recogerla es el mismo que había visto aparcado frente al bar y ante la desconfianza y el "miedo a que la llevaran a algún lugar extraño y le hicieran algo se aleja del lugar y llama a su madre para que le pida un taxi, el cual la en su domicilio.

La joven ratificó ante la Policía haber escuchado cómo su pareja hacía ese tipo de comentarios frente a sus amigos. Según defiende ella, el comportamiento de los presentes en el local, todos hombres, le hizo sentirse "intimidada por miedo a que pudiera sufrir una agresión grupal".

Por su parte, el acusado que puso su defensa en manos de Beatriz Uriarte, de Ospina Abogados, niega que en ningún momento hablara cosas íntimas de ella con sus amigos, así como que le diera un empujón o que insistiera en que volvieran al local o que le impidiera irse a su casa. Su abogada sospecha de los motivos de tardar quince días en denunciar, por lo que manifiesta que su cliente no reconoce ninguna de las expresiones que su entonces pareja pone en su boca, como tampoco ninguno de los testigos. Ante la situación de versiones contradictorias, pidió su absolución.

Ahora, la jueza le da la razón y archiva el caso. La titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer Número 1 de Alcobendas dispone en un auto al que ha tenido acceso este medio que ante la declaración de las partes y uno de los testigos "no se desprende que existan indicios suficientes de un presunto delito de coacciones".

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