La Gremial del Taxi, la asociación más importante del sector con cerca de 6.000 afiliados, se enfrenta a una asamblea general “complicada” tras la decisión de sus actuales directivos de pedir autorización para vender su sede.
El edificio de la calle Santa Engracia 84-86 es la joya de la corona de la Gremial. La actual junta ya hizo una primera hipoteca el año pasado de 1,2 millones de euros para hacer frente a la complicada situación de la agrupación.
En la actualidad esta asociación tiene unos cincuenta empleados que prestan todo tipo de servicios a los cerca de 6.000 afiliados del que ha sido tradicionalmente el grupo más fuerte del taxi madrileño. Actualmente hay varios grupos que no comparten la política de los actuales directivos capitaneados por Miguel Ángel Leal.
Miembros de la anterior junta directiva han afirmado que, por primera vez en la historia, no se ha enviado la convocatoria a la Asamblea General y a la Extraordinaria por carta y sólo se ha comunicado por la página web de la Gremial.
Critican que se haya convocado la reunión el día 15 de julio cuando ya hay muchos profesionales de vacaciones. Julio Moreno, el anterior presidente, propuso una subida de cuotas de 50 euros para hacer frente a la crisis económica de la entidad. No se aceptó su propuesta.
El anterior presidente propuso una subida de cuotas de 50 euros para hacer frente a la crisis económica de la entidad, pero su propuesta no se aceptó
La oposición culpa a la directiva de no favorecer la unidad del sector por no acudir con la Federación y la asociación Élite a las protestas contra los coches con licencia VTC.
Los críticos están animando a los afiliados a acudir a la Asamblea General y la Extraordinaria para no autorizar la venta de la sede y pedir la dimisión de la junta y la convocatoria urgente de elecciones. Uno de los grupos críticos afirma que la actual junta va a presentar un balance negativo de cerca de 600.000 euros en el ejercicio de 2017 cuando prometieron tener unos beneficios de 27.000 euros.
Ven como única solución subir las cuotas, ya que no se puede continuar con la misma situación en la que los gastos superan con mucho los ingresos. “Sólo si el socio aporta fondos podremos evitar hipotecar nuestra sede”, añaden.