El 15 de marzo es el punto de inflexión que ha marcado el Ayuntamiento de Madrid para su proyecto de Madrid Central, por el que ya se restringe la circulación en todo el distrito de Centro de la capital. En este momento, los vehículos que acceden a esta área reciben un aviso sin sanción, pero a partir del citado día todos los lo hagan sin permiso recibirán una multa.
Hasta el momento, unas 14.000 personas han entrado sin autorización sin que por ello el Consistorio les haya impuesto sanciones económicas. El Gobierno municipal se comprometió a interponer esas sanciones antes de las elecciones de mayo de 2019.
El proyecto se puso en marcha -entre críticas del PP y Ciudadanos- en noviembre, y se trata del plan en movilidad más ambicioso de la legislatura: una zona de 472 hectáreas por la que solo pueden circular los residentes, sus invitados (un máximo de veinte al mes), los coches con etiqueta Cero Emisiones y Eco y los vehículos B y C que acudan a un aparcamiento público, además de suministradores y prestadores de servicios, entre otros.
Más uso de transporte público
Según ha informado este jueves la portavoz del Ejecutivo municipal, Rita Maestre, este jueves en la rueda de prensa posterior a la Junta de Gobierno, la puesta en marcha de Madrid Central ha conllevado un aumento del uso del transporte público en la zona del 3% los días laborales y el 6% los festivos, y una bajada del tráfico en la Gran Vía del 25% en los días laborables. También las zonas aledañas a los límites de Madrid Central están menos congestionadas que antes de su entrada en vigor: el tráfico ha caído un 3,8% en la calle San Bernardo y un 10% en la calle de Toledo.
"Las medidas que se han puesto en marcha tienen un objetivo claro: la reducción de la contaminación", ha recordado Rita Maestre.
