"El grupo y el Gobierno está unido y no hay peligro y con Ciudadanos (Cs) las cosas van bien, independientemente de que ellos intenten desmarcarse por hechos como la detención de González". Esta declaración de un diputado podría ser un resumen de la situación que atraviesa el Grupo Popular en la Asamblea de Madrid, que con Cs, sujeta al Gobierno de Cristina Cifuentes.
Curiosamente la evolución de los acontecimientos, con los casos de corrupción, ha supuesto un afianzamiento de Cristina Cifuentes al frente de su propio grupo. Al principio de la legislatura la presidenta no las tenía todas consigo.
"Todo el mundo había metido mano en la lista electoral y aquello era un lío", afirma un diputado popular. Pero la dimisión de Aguirre como presidenta del Partido Popular y el último episodio de la detención de González ha unido más a los diputados.
Había gente de Aguirre, el equipo de Cristina Cifuentes, algunos colocados por Ana Botella e incluso restos de colaboradores de Alberto Ruiz-Gallardón. Todo un lío. Hoy todo está más claro: todos son de Cifuentes. Casi nadie quiere saber nada de Aguirre, Ana Botella es un recuerdo para muchos, y la corriente de Ruiz-Gallardón no existe.
El jueves el ambiente en la Asamblea era terrible para el PP. Isabel González, la hermana del expresidente, estaba enganchada al teléfono para conocer las últimas novedades sobre sus dos hermanos, su marido y su padre, los cuatro imputados por el juez Eloy Velasco. Su cara era un poema.
Pero no todo era pena en el PP. La detención de Ignacio González ha supuesto para algunos un suspiro: "por fín"; "se veía venir"; "ya era hora"; "ha tardado". Eran frases en boca de algunos.
Algunos diputados eran enemigos declarados de González, como Jesús Gómez, ex alcalde de Leganés, al que se le atribuye haber entregado a Juan Carlos Vera documentación sobre los negocios en Suiza de Ignacio González. En esos años Miguel Bernad, secretario de Manos Limpias, recibió una información sobre una presunta cuenta de González en Suiza.
El PP tiene en la actualidad tres diputados en peligro y tres enfermos. Juan Soler está en el punto de mira de los jueces por una operación sobre un teatro en Getafe cuando era alcalde. Bartolo González, exalcalde de Alcalá de Henares, está apuntado por el 'caso Púnica', aunque aún no hay una imputación formal. Josefa Aguado puede ser investigada por su actuación cuando era responsable de Deportes de la Sociedad de Fomento en Arganda del Rey y adjudicó concursos a empresas de Francisco Correa.
El PP cree que ninguno planteará problemas si se produce la imputación formal porque todos han firmado el compromiso ético.
Los enfermos
Otro asunto es el de los enfermos. La oposición se negó a aprobar el voto telemático como ha sucedido en el Ayuntamiento de Madrid. El PP tiene en la actualidad tres bajas: Isabel Redondo, González-Moñux y Tomás Serrano. Este último se recupera tras sufrir un infarto hace algunos días. El grupo espera que se recuperen y puedan acudir al Pleno de presupuestos.
¿Y Ciudadanos? Ignacio Aguado lo ha dicho estos días. "Están cumpliendo el pacto de legislatura". Pero cada jueves el portavoz de Ciudadanos le recrimina a Cristina Cifuentes que el PP es un nido de corrupción. A lo que la presidenta le contesta que desde que dirige el Gobierno no se ha producido ninguno. Y además ya ha advertido a los suyos que cuando haya la mínima duda, se expulse al 'maldito'.
En el PP, de momento, están tranquilos porque después de las broncas de los plenos de los jueves "luego votan con nosotros en las cosas importantes". El grupo del Gobierno tiene ya el apoyo de Ciudadanos, pero cree que habrá sustos y que les harán "alguna faena", pero ya estamos preparados. "Estamos seguros de que nos van a dar estabilidad hasta el final de la legislatura", añaden.
¿Y si no? La presidenta le dijo a este periódico a principio de legislatura que no temía quedarse sola: "Trabajaré hasta el último día".