Aún no han empezado las vacaciones y las colas debido al nuevo sistema de control de salida de Barajas han comenzado a colapsar el aeropuerto. A principios de mayo, cuando entraron en vigor las nuevas normas, se iniciaron los atascos que se han vuelto a reproducir estos días cuando hoy empieza el primer turno de las vacaciones de verano.
Los pasajeros tienen que soportar colas interminables para pasar el control, lo que hace algunos ciudadanos teman perder el vuelo y lo que pierden son los nervios. Se han producido en los últimos días escenas desagradables entre los que se cuelan y los que se quejan del caos de las filas.
Los diferentes países del espacio Schengen exigen que los pasajeros muestren sus documentos antes de salir y al llegar al destino. Hasta hace unas semanas bastaba con mostrar el DNI o pasaporte al funcionario y se pasaba el control de llegada y salida.
Pero las nuevas normas exigen que los documentos pasen por un lector. La operación que antes duraba 5 segundos se retrasa hasta 20 segundos lo que, multiplicado por los miles de pasajeros, provoca unas colas interminables.
Personas que han sufrido las colas en los últimos días afirman que se forma una auténtica masa en la entrada a los controles y no se sabe quién es el último, lo que provoca la tensión y el conflicto.
Uno de los policías que trabaja en los controles decía el pasado martes que Aena no ha ampliado las playas de entrada, que son estrechas, y no hay personas suficientes para regular el flujo de ciudadanos.
Un portavoz del SUP dijo a este periódico que en la actualidad en Barajas falta un 25% de los agentes que serían necesarios. Añadió que las compañías aéreas concentran en unas determinadas las salidas, lo que provoca aglomeraciones.
Aena contesta que desde que entró en vigor la nueva normativa ha puesto 350 verificadores y personal auxiliar para ayudar a las personas que tengan dificultades.
Han mantenido numerosas reuniones con el Ministerio del Interior para agilizar en lo posible el proceso de identificación, pero por lo que parece sin mucho éxito.
