Una visita comercial en el peor momento. La Dirección de Operaciones de Madrid Espacio y Congresos (MEyC) invitó a “varios promotores musicales” al concierto de Halloween del pasado 1 de noviembre que acabó con cuatro jóvenes muertas y una quinta gravemente herida. El objetivo era que pudieran “comprobar el funcionamiento” del recinto en “un evento de estas características” y así animarles a que lo arrendasen para sus espectáculos. Así se recoge en un relato del suceso realizado por el director de seguridad de la empresa municipal, Rafael Pastor Martín, que ha sido incorporado al polémico informe del Ayuntamiento de lo acaecido que hizo público el pasado jueves la alcaldesa, Ana Botella. El alto cargo municipal no identifica en ningún momento a dichos visitantes que, finalmente, y termina reconociendo que se marchó a las tres de la madrugada, junto a otros dos responsables de seguridad del recinto, al conocer que como mucho acudiría uno de los empresarios.
El director de Seguridad de la empresa municipal califica en su informe de “ambiente normal” el botellón multitudinario en un aparcamiento.
En dicho relato, el alto cargo del MEyC detalla que el 31 de octubre acudió sobre las ocho de la tarde al Recinto Ferial de la Casa de Campo, donde se encuentra el Madrid Arena, con el único fin de “acompañar” a dichos visitantes. Durante varias horas, y mientras esperaba la llegada de los invitados, recorrió las instalaciones exteriores del recinto junto al coordinador de seguridad, incluido el aparcamiento del recinto, donde comprobó “un gran número de vehículos” junto a los que grupos de jóvenes escuchaban música y bebían. “El ambiente es normal”, asegura sobre la escena que vio en el lugar. Tras encontrarse con “unos compañeros” que habían acudido al concierto como público, Rafael Pastor accedió al interior del recinto sobre la una y media de la madrugada, cuando sólo “la mitad” de la pista estaba ocupada por jóvenes.
En el pabellón permaneció hasta cerca de las 3 de la madrugada, cuando se dirigió “al coordinador de Proyectos de Operaciones [del MEyC] con el fin de tener información sobre los promotores que visitarían el Pabellón Madrid-Arena”. Supuestamente, éste le comunicó que los invitados no iban finalmente a aparecer o que, como mucho, lo haría uno. En ese momento, Rafael Pastor decidió marcharse “para casa” porque pensaba salir de viaje al día siguiente. Antes de irse, volvió a asomarse al espacio central del recinto, donde descubre que “la cota 0”, es decir, la pista, estaba ya entonces "prácticamente llena”, mientras que en las gradas había "espacios muy vacíos” y se podía circular con normalidad en “la entrada de calle, ropero y zona vip”.
Hora y cuarto después de abandonar el recinto, recibió una llamada de un responsable de la empresa de seguridad en el que le apremiaba a que volviera al pabellón porque “lo que puede estar pasando en el interior del Arena debe ser muy gordo”. A su llegada al recinto, Pastor vio como el SAMUR atendía a una de las jóvenes heridas. Poco después, comparecía ante los agentes del Cuerpo Nacional de la Policía en su condición de director de Seguridad y Emergencias del MEyC.
El promotor desaconseja parar el concierto
Rafael Pastor Martín no fue el único miembro de Madrid Espacios y Congresos que abandonó el recinto una hora antes de la avalancha: junto con el director de Seguridad, marcharon Francisco del Amo López, coordinador de Operaciones, y José Rodríguez Caamaño, coordinador jefe de Seguridad. “…no observando anomalía alguna, nos despedimos del promotor informándole que se queda el técnico de turno de noche, José Ruiz, y que quedamos operativos con el teléfono abierto”, relata Francisco del Amo. Antes, a las 23.30, Rodríguez Caamaño constata tras detallar los tres puntos de acceso al pabellón, vigilado por diez personas y cuatro patrullas de la Policía Municipal, que “dada la multitud existente, el personal de seguridad era insuficiente”.
Se van las tres de la mañana. Según el informe de Rodríguez Caamaño, a esa hora “no existió ningún aviso de alarma ni de superación del aforo del recinto por parte de la empresa organizadora”. Sin más informes que “la realización de botellones en el perímetro exterior del recinto”, así como de algunos jóvenes que trataban de colarse, parten los dos cargos de MEyC.
La Policía Nacional pretendió parar el evento y desalojar el pabellón, pero el promotor se lo desaconsejó: “Sería mejor dejarlo continuar, hay casi 10.000 personas.”
“A las 4:10 aproximadamente recibo una llamada del promotor [Miguel Ángel Flores] anunciándome que creía tener dos personas en el centro médico que habían fallecido”, escribe Del Amo. Sin constancia de que Rodríguez Caañamo se personara en el Madrid Arena luego de la tragedia, Francisco del Amo llega a las 4:20. Sorprendentemente, éste cuenta que Miguel Ángel Flores desaconsejó cancelar el festival una vez conocidas las dos muertes.
Escribe del Amo: “El oficial de Policía Nacional que mandaba la operativa de policía pretende parar el evento y desalojar la instalación; el promotor le informa que sería mejor dejar continuar el evento ya que en la instalación había casi 10.000 personas. Y que podría dar lugar a tumultos, avalanchas y desorden. Acuerda con el oficial de mando que se procederá al encendido de las luces a las 06.00 h como estaba previsto…”.