De Valladolid a Madrid. Como Miguel Bernad y como Rodrigo Gavilán, el policía nacional de la escala básica, que ayudó a la abogada a entrar en los ambientes públicos del foro.
Virginia López Negrete, abogada, y actualmente acusación particular en el caso Nóos, tiene otra hermana relacionada con la Justicia. Se llama Elena, y fue jueza de lo contencioso-administrativo en Castilla y León para posteriormente pasar a un juzgado de Instrucción. Virginia llegó en esos tiempos castellanos a trabajar como comercial de Esabe Expres, empresa de seguridad hoy desaparecida.
Con Rodrigo Gavilán Del Pozo, sindicalista, logra entrar a ser comentarista en algunas emisoras de radio
Con Rodrigo Gavilán Del Pozo, sindicalista con mucha presencia en los medios, logró entrar a ser comentarista en algunas emisoras de radio. Trabajó entonces en Madrid, después de abandonar Valladolid, en temas de la Ley de Extranjería y en lo que va saliendo.
Miguel Bernad la presentaba en aquellos tiempos, además de como letrada, como jefe de Prensa, y se instaló en la calle Ferraz, en el modesto despacho del sindicato donde en ocasiones el secretario general se refería a ella como la responsable de los Servicios Jurídicos.
Curiosamente Manos Limpias no es una organización piramidal, por lo que no había una jefa o jefe de letrados. Sus abogados, en la mayor parte de los casos, no cobran salvo que ganen en costas. Sí que parece que en la última fase se hacían pagos a los letrados. Pero salvo que se conozcan ahora, no se abonaban grandes cantidades.
Miguel Bernad le encargó el caso Noos con Iñaki Urdangarín y ahí dio Virginia López Negrete el salto al estrellato. Chocó en Mallorca con Fernando Dalmau, hombre de confianza hasta entonces de Bernad, que desapareció del sindicato.
Primeros roces con Bernad
Acudía entonces a los corralillos de la prensa en Mallorca a hacer declaraciones "incluso marginando a Bernad", según llegaron a afirmar personas que conocían la situación. Protagonizó un incidente al introducir en la sala a Víctor Podo, que no es letrado. Esta circunstancia produjo los primeros roces con el secretario general de Manos Limpias.
Tras las primeras tensiones, Miguel Bernad decidió prescindir de ella. Paralelamente, las personas que asesoraban al secretario general le hicieron saber que el protagonismo de Virginia está dividiendo el grupo de colaboradores que apoya al sindicato. Posteriormente, sin embargo, le volvió a encargar la acusación en el caso Nóos.
La letrada abre un primer despacho en una calle cercana al Retiro
Fueron momentos difíciles, en los que abandonó el sindicato otra letrada, Montse Suárez, que llevó el asunto del ataque a la iglesia de la Complutense de Rita Maestre, la actual portavoz del Gobierno municipal de Ahora Madrid.
Suárez también participó en los inicios del caso ERE de Andalucía. Montse no sólo no se convirtió en la portavoz del sindicato, como parecía que iba a ser, sino que abandonó el grupo tras los desaires de Bernad en favor de López-Negrete.
En medio de esta batalla fueron cayendo también físicamente el presidente del sindicato, Francisco Giménez y el vicepresidente, que murieron con poco tiempo de distancia. Virginia López-Negrete con Luis Pineda, presidente de Ausbanc, participó en la causa judicial que llevó a Miguel Blesa a la cárcel por el asunto de Cajamadrid.
La letrada fue la encargada de llevar el tema en los tribunales y cada día consiguió ganarse más la confianza de Bernad. Entre tanto, una docena de colaboradores del secretario general fue abandonando la organización ante el protagonismo que fue adquiriendo ella y la llegada del apoyo de Luis Pineda.
Paralelamente la letrada abrió un primer despacho en una calle cercana al Retiro. Pero a los pocos meses se trasladó al Paseo de Recoletos, donde ya trabajaba como socio con el abogado Juan Gonzalo Ospina.
Luego se abrirían hasta seis oficinas más que ahora llaman consorciadas. Llamó mucho la atención su intervención en la junta de accionistas del BBVA donde dijo que era la abogada del caso Noos y que iban a solicitar la imputación de uno de los directivos de la entidad. Un testigo del caso Ausbanc/Manos Limpias declaró a los agentes de la UDEF que Luis Pineda y Virginia López Negrete trataron de imputar al directivo Antonio Ballabriga para extorsionar al banco, según publicó ABC.