El fiscal Manuel Moix abandona la jefatura de la Fiscalía Anticorrupción rodeado de escándalos y tras no haber podido 'sobrevivir' al ser el titular de una sociedad familiar radicada en el paraíso fiscal de Panamá. Su mandato, que apenas se ha prolongado durante sesenta días, ha estado marcado por la polémica desde un primer momento.
Fue propuesto por el fiscal General del Estado, José Manuel Maza, porque el Gobierno de Mariano Rajoy -asediado de graves casos de corrupción- quería "poner orden" y "controlar" el eslabón que durante los años de legislatura con mayoría absoluta se les escapaba: la Fiscalía Anticorrupción. A partir de ahí, la historia es conocida.
'Encontronazo' con los fiscales del caso Lezo a cuenta de los registros de la operación contra el ex presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, desaire con los fiscales del 3 por ciento, tramitó una denuncia de un imputado contra los fiscales del caso Pujol... todo menos sosiego en Anticorrupción.
Sin embargo, el hecho de que ocultara a Maza que tenía la titularidad de una sociedad en Panamá antes de ser nombrado jefe de dicha Fiscalía Especializada ha sido el detonante de su marcha. El fiscal general ha comparecido ante los medios de comunicación este jueves para defender que Moix no ha cometido ninguna ilegalidad. "No existen a mi juicio motivos para el cese del fiscal jefe Anticorrupción", ha señalado José Manuel Maza.