La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, ha sido un referente para la formación de Pablo Iglesias como "motor del cambio". Sin embargo, la primera edil intenta marcar distancias con Podemos y asegura el vínculo con la formación morada "es muy ligero, casi inexistente, porque cuando yo acepté liderar una candidatura popular fue porque se trataba de una candidatura de grupos en los que no había partidos". A continuación recuerda en la entrevista concedida al periódico argentino La Nación que "Podemos apoyó mi candidatura y lo agradecí, pero siempre dije que era independiente y que no recibo ni órdenes ni sugerencias de nadie”, asegura.
“Los partidos como tales están acabando porque no tiene sentido que la democracia hoy se organice por estructuras tan absolutas que te definen todo"
Ante la pregunta de si esa afirmación significa que no participara en la campaña electoral para las generales, la primera edil responde: “Claro que no, entre otras cosas, porque he dicho que no soy una persona política, he aceptado exclusivamente porque era necesario para la gestión municipal y me ha parecido que podía ayudar a la gente joven a llegar a la política, pero yo no tengo ninguna ambición ni me considero una politóloga para decir lo que hay que hacer. No voy a tener ninguna participación en la política general”.
Sobre su concepción de la política, Carmena asegura que “los partidos como tales están acabando porque no tiene sentido que la democracia hoy se organice por estructuras tan absolutas que te definen todo”. Pero ante la cuestión de cómo podría llevarse a cabo tal idea, explica que “lo primero es ver cómo los ciudadanos pueden llegar a establecer estructuras de representación por problemas y no por ideologías". Esta afirmación consiste, según Carmena en "ver qué queremos solucionar o mejorar, y ahí de pronto podemos encontrar una fragmentación de ideas que a veces se encuentran y a veces se enfrentan". Con esta forma de proceder, Carmena asegura que sería posible superar "esa estructura de partidismo cerrado que enfrenta tanto a las sociedades y genera odio y distanciamiento”.
Cuando le preguntan sobre si teme que el establishment termine devorándosela, la alcaldesa responde rotundamente que no. "No me da miedo. Cuando uno tiene 71 años, no te preocupa nada que te cercenen el futuro porque ya no tienes futuro... Yo voy a estar cuatro años en el ayuntamiento y ni un día más, porque mi vida no es esto: quiero volver después a mi deliciosa vida de jubilada", remata.
