La Coordinadora 25-S, convocante de la manifestación del sábado 29 de marzo, cree que la falta de personas de fuera de Madrid restará fuerza a la protesta “Jaque a la monarquía” convocada en Neptuno a las 19 horas. Pero tienen esperanza de que “por otras experiencias, el apoyo principal a la convocatoria parta de Madrid”.
La Policía cree que la convocatoria se ha movido poco durante los últimos días, pero temen que durante el sábado se llame por las redes sociales a los activistas que participaron el pasado 22-M y se puedan producir incidentes.
La experiencia dice que en pocos minutos los activistas pueden movilizar a cientos de personas con sus móviles. La Coordinadora no ha comunicado a la Delegación del Gobierno la concentración, por lo tanto se trata de una convocatoria ilegal que será disuelta.
La Policía considera, por la información que ha venido recopilando, que pueden acudir a la convocatoria grupos de diversa procedencia, pero especialmente militantes de Izquierda Castellana, grupos antifascistas, y la Coordinadora 25-S.
La Delegación del Gobierno tiene previsto poner en marcha “un dispositivo adecuado” y no quiso concretar cuántos agentes trabajarán esa tarde. La manifestación está prevista a las 19 horas, y horas más tarde se juega en el Santiago Bernabéu, en La Castellana, un partido de fútbol entre el Real Madrid y el Rayo Vallecano. Hay dos grupos policiales previstos, el que vigilará la protesta y el que acudirá al estadio, donde se suelen producir incidentes con los hinchas radicales del Rayo.
"Secuestrado" en la cárcel
Por otra parte, este viernes la Asamblea contra la Represión de Carabanchel, formada por amigos de Miguel, el único detenido del 22-M, exigió su liberación y que termine “el secuestro” al que está sometido en una cárcel madrileña. Los amigos y vecinos de este joven de 21 años leyeron un manifiesto en un encuentro con la Comisión Jurídica de las Marchas de la Dignidad.
Miembros de esta comisión indicaron que los incidentes fueron provocados por la Policía cuando, “sin motivo alguno racional”, miembros de la UIP “irrumpieron” en la Plaza de Colón y atacaron a las personas que estaban en el lugar de forma “tranquila y pacífica”.
Creen que en la marcha participaron dos millones de personas y lo que se produjo fue una actuación contra el conjunto de los manifestantes dentro de un plan preconcebido para criminalizar a las miles de personas que participaron en la protesta.