El Partido Popular ha renovado sus cúpulas regionales en los congresos celebrados estas últimas semanas. Un vuelco en los cuadros directivos, un rejuvenecimiento en los líderes (de 52 años han pasado 47 de media) y un objetivo: preparar equipos potentes para recuperar el poder territorial perdido en las elecciones de 2015.
Mariano Rajoy alentó a los 3.000 altos cargos reunidos en el Congreso Nacional del pasado febrero a prepararse para dar la batalla en las municipales y autonómicas de 2019. Un mensaje claro y contundente. El PP bajó 11 puntos y perdió 2,5 millones de votos hace dos años. Pese a vencer en nueve comunidades, los pactos electorales les dejaron con tan sólo cuatro gobiernos autonómicos. Un cataclismo consecuencia de la crisis, la corrupción y la irrupción de las nuevas fuerzas en el tablero político. Y un anticipo de lo que ocurrió, eses después, en las generales del 20D.
Superada la fase de los congresos autonómicos y locales, con algunas incidencias mayúsculas como en Cantabria o Valencia, aún sin resolver, la dirección nacional se apresta a poner en marcha la elaboración de candidatos y equipos de cara a los nuevos comicios. Tras el verano, Fernando Maíllo, coordinador general de la formación, comenzará perfilar las líneas generales de lo que en el PP algunos denominan ya la 'operación rescate' o 'la reconquista'.
El objetivo prioritario es recuperar los gobiernos de aquellas plazas donde el PP logró una victoria en las últimas elecciones pero no lograron formar Gobierno. Hay tres nombres marcados en rojo en el mapa de los estrategas de Génova. Castilla la Mancha, Comunidad Valenciana y Aragón. Tres importantes batallas con interesantes perspectivas.
CASTILLA LA MANCHA. Dolores Cospedal venció pero no logró mantenerse en el poder. El acuerdo del PSOE con Podemos le desalojó de la presidencia de la Junta de Comunidades en beneficio de Emiliano García Page. Es una derrota en la hoja de servicios de una luchadora a quien le espeluzna perder. Obtuvo dos escaños más que su rival y ahora trataría de resarcirse y conseguir una mayoría suficiente para formar gobierno. Page no atraviesa por un momento pletórico. Sus pésimas relaciones con Podemos le han impedido hasta el momento, cerrar los presupuestos del año. Amaga con adelantar elecciones, algo que, en opinión de los populares, sería suicida.
Nadie sabe en Génova si Dolores Cospedal, que sigue siendo presidenta regional del partido, amén de secretaria general y ministra de Defensa, estaría tentada en volver a presentarse. Las encuestas le favorecen, pero significaría un retorno al pasado. En la dirección del PP no descartan esa posibilidad. "Con Cospedal en la cabecera de la lista, ganamos seguro y hasta lograríamos el gobierno", apuntan. Page, además tiene problemas en Ferraz puesto que se alineó desde el primer momento en contra de Pedro Sánchez y a favor de Susana Díaz, lo que también le provoca enormes dolores de cabeza.
ARAGÓN. El panorama guarda cierta relación con lo que ocurre en la región castellano-manchega. El PP ganó en la última cita electoral, donde había gobernado durante años bajo el mandato de la histórica Luisa Fernanda Rudi. El PSOE se hizo con el timón de la presidencia merced a un acuerdo con Podemos y otras fuerzas de izquierda. Javier Lambán, al igual que su homólogo Page, tiene serios problemas en su relación con Podemos, en especial con Pablo Echenique, diputado en las Cortes de Aragón amen de secretario de organización de Podemos y uno de los hombres fuertes del partido. Lambán y Echenique mantienen pulsos eternos y crecientes. Lambán, además, no forma parte del sector de Sánchez. Igual que Page, se decantó por la corriente susanista en el polémico congreso. Otro 'barón' del PSOE en la lista negra de Ferraz.
El problema del PP aragonés es que sus dirigentes regionales carecen del tirón y la fuerza de Rudi. El presidente electo en el reciente congreso es Luis María Beamonte, de perfil muy bajo. Más potencia tiene la secretaria general, Mar Vaquero, que sería una opción a considerar. Fernando Maíllo se ha desplazado este viernes a Zaragoza para tomar parte en la escuela de verano de la formación. Y, de paso, echar un vistazo a su tropa aragonesa de cara a la elaboración de las listas a partir de septiembre. Rajoy quiere 'reconquistar' Zaragoza. La debilidad del PSOE puede colaborar en el intento.
COMUNIDAD VALENCIANA. Bastión tradicional del PP que perdió, tanto a nivel regional como local, en los últimos comicios. El volcán de la corrupción resultó devastador. La recuperación está resultado dura, lenta y dolorosa. Isabel Bonig tomó el relevo de la vieja guardia, salpicada por los escándalos, y pugna desde hace un año por renovar una formación atravesada aún por los costurones de los escándalos, los procesos judiciales, los sobresaltos. La lucha entre las diferentes familias mantiene vivos rescoldos cainitas. Génova ha tenido que imponer unas gestoras para dirigir el partido en Valencia, tanto a nivel provincial como local.
Recuperar la Comunidad valenciana sería una victoria simbólica y moral de primera dimensión para el PP. No va a resultar fácil aunque también aquí puede ayudar el PSOE. El presidente de la Comunidad, Ximo Puig, está en la cuerda floja. Sus socios de Compromís le hostigan e incomodan sin darle tregua. En Ferraz, las huestes del 'nuevo PSOE' se la tienen jurada. Pedro Sánchez no le soporta. Ximo "esstá muy flojo, y dentro de unos meses, aún más", dicen en Génova, donde confían en recuperar a los abstencionistas que se dieron a la fuga en 2015.
Ciudadanos, fuerza rival, atraviesa también por momentos de convulsión interna. Cuatro de sus diputados regionales se han sublevado y la inestabilidad se expande por la organización. "Valencia tiene que volver a ser nuestra", se escucha en la dirección nacional de los populares. Isabel Bonig recuperó cien mil votos en las generales del 26-J. "Si superamos las disputas internas, hay posibilidades de recuperación", añaden. El panorama es difícil pero no imposible.
La batalla de Madrid
Además de estos tres 'puntos en rojo', en el mapa estratégico de Génova aparecen también otros objetivos. Andalucía sería uno de ellos. Susana Díaz, atraviesa los momentos más complicados de su vida política. Perdió el pulso con Sánchez y se lame ahora las heridas. Juan Manuel Moreno, el líder del PP en la región, carece aún del fuste suficiente para dar la campanada. "Todo es posible", comentan en la dirección nacional.
Recuperar el Ayuntamiento de Madrid aparece en el frontispicio de las obsesiones del PP. Tras la salida de Esperanza Aguirre como jefe de filas del equipo municipal, los populares se han quedado sin liderazgo. Martínez-Almeida, el nuevo portavoz, cumple con creces su cometido de interinazgo hasta que llegue el momento electoral. El fijo en todas las quinielas es Pablo Casado, vicesecretario general y uno de los activos más valorados del PP. "Si repite Carmena será complicado, tiene tirón y no se desgasta pese al desastre de su equipo y su gestión", comentan en el PP. Pablo tendría enormes posibilides", añade. Rajoy lo decidirá en su momento pero ya se trabaja en perfilar los equipos para ponerlos en marcha a primeros de año.