El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, no ha querido aludir a nuestra de nuevo disparada prima de riesgo o al interés del pago de la deuda y, mucho menos, al papel que cree que debe jugar el BCE, pero, en cambio, ha hecho un juego de palabras para avisar que el Gobierno "hará todo lo posible para que Europa haga todo lo posible" para superar la crisis económica.
Una expresión, sin duda críptica, pero que trasluce la pasión que viene ejerciendo el Ejecutivo para que el Banco Central Europeo actúe sobre la deuda soberana de los estados acosados por los mercados.
Durante la inauguración de la sede en Madrid del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha insistido en que también nuestro país "hará todo lo posible" por superar la actual situación, aunque esta vez no ha dicho nada sobre futuras reformas y esfuerzos, en la línea de su discurso del pasado lunes durante la Junta Directiva Nacional de su partido.
Ha recordado además que España es la quinta economía de la UE y la cuarta de la zona euro, que juega un papel importante en las instituciones europeas, comparte una moneda única y mantiene importantes vínculos comerciales y de inversión con los 27 países de la UE. También se ha referido a los vínculos históricos y económicos con Iberoamérica, donde somos uno de los principales socios inversores. Esto convierte a nuestro país "en una plataforma única para impulsar la relaciones económicas y de amistad".
Rajoy ha hecho estas declaraciones durante la inauguración de la sede para Europa e Israel del Banco Interamericano de Desarrollo, que ha estado ubicado durante treinta años en París. Acompañado de los ministros Economía, Luis de Guindos, y de Energía, José Manuel Soria, así como de la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, que es la que ha cedido el edificio, el presidente del Gobierno no ha querido ser más explícito sobre la situación.