El Comité Ejecutivo del PP convocado para este próximo lunes despejará las dudas sobre el cabeza de lista del partido a las elecciones europeas. Mariano Rajoy había anunciado que no se producirían novedades hasta después del congreso del Partido Popular Europeo, que tendrá lugar este jueves y viernes en Dublín.
Los parlamentarios conservadores europeos celebran su gran cumbre antes de los comicios de mayo en la capital irlandesa para elaborar su programa y acordar el nombre de su candidato a presidir la Comisión. Merkel y Rajoy cenarán el jueves con el resto de los dirigentes presentes en el cónclave para acordar quién sustituirá a Durao Barroso al frente de la Comisión Europea. El exprimer ministro luxemburgués tiene todas las bazas a su favor, aunque siempre puede saltar la sorpresa.
Relevancia española
El Gobierno español, como se sabe, pugna por una comisaría económica de relevancia, en la que situaría al ministro de Agricultura Miguel Arias Cañete. También el titular de Economía, Luis de Guindos, figura entre los posibles aspirantes a la presidencia del Eurogrupo.
Quiere Rajoy recuperar fuerza política en Europa, donde España perdió potencia con el zapaterismo. El revés más duro fue la salida de José Manuel González Páramo del directorio del BCE, un revés de notables dimensiones en momentos muy delicados para la economía española.
El ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo y el secretario general del PP europeo, Antonio López-Istúriz han sido los encargados de negociar, sin estridencias, la recuperación para España de cargos de relevancia en la UE. La cena del jueves permitirá un intercambio de opiniones y criterios entre Merkel y Rajoy aunque en círculos diplomáticos españoles se da por hecho que buena parte de los puestos en juego están más o menos repartidos. En Moncloa se mantienen un severo hermitismo sobre el particular. En Génova se asegura que "todo está abierto", según confirmó este lunes el vicesecretario de los 'populares' González Pons.
Zozobra y suspense
Esta cita dublinesa ha condicionado el calendario del PP hasta el punto de mantener en vilo el nombre del cabeza de lista para los comicios de mayo. El PSOE ya designó hace semanas a Elena Valenciano, y el resto de las pequeñas formaciones que concurrirán a las urnas han hecho lo propio. Rajoy no quería dar ese paso hasta haber solventado de forma eficiente y tajante las dudas sobre nuestros futuros hombres en Europa.
El lunes, una vez concluído el Congreso europeo, cuyo programa puede sufrir algún tipo de alteraciones a la vista de los episodios que sacuden la crisis de Ucrania, en especial lo referido a la península de Crimea, quedarán despejadas las dudas que han llenado de zozobra algunos despachos de Génova y hasta de la Moncloa.
Cañete y otros espontáneos
Arias Cañete ha sido siempre el favorito en las quinielas, aunque en las últimas semanas han surgido algunos espontáneos, como el propio González Pons, una alternativa factible en el caso de que Rajoy opte por no mover a ningún ministro para evitar una crisis de Gobierno.
En el caso de que se cumplan los pronósticos, la salida del titular de Agricultura rumbo a Bruselas obligaría a Rajoy a llevar a cabo un reajuste de Gobierno, algo que siempre ha evitado. Se da por hecho que, ante esa coyuntura, el presidente optaría simplemente por sustituir al titular de la cartera afectada. Es decir, un movimiento circunscrito estrictamente a una sola pieza. No le agrada a Rajoy llevar a cabo cambios en sus equipos porque puede traducirse por inestabilidad y hasta por inseguridad.
Además, le agradaría reservarse la posibilidad de un reajuste de mayor calado para finales de año o principios del próximo en el caso de dotar de un nuevo impuslo a su gabinete de cara al crucial 2015, con elecciones municipales, autonómicas y generales. En el buen entendimiento de que, según el inquilino de la Moncloa, una crisis de Gobierno supone un desgaste por lo que no hay que prodigarlas.