Los jóvenes dirigentes del Partido Popular han introducido el tema de la corrupción en el cónclave sectorial que se celebra este fin de semana en Barcelona, según fuentes de la formación conservadora. La convención está centrada en la defensa de la unidad de España y las reformas institucionales, pero habrá alguna mesa en la que se abordará tan polémico asunto, que sacude poderosamente los cimientos del PP.
Andrea Levy y Javier Maroto, dos de los vicesecretarios del PP encargados de estas iniciativas, preparan, coordinados por Fernando Maíllo y con el apoyo del PP catalán, el encuentro de este fin de semana en Barcelona, que será inaugurado por Dolores Cospedal y clausurado por Mariano Rajoy y en el que también participará, por vez primera en esta serie de actos, la vicepresidenta en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría. Los escándalos sobre la lacra de la corrupción en el PP han provocado en los últimos días tensiones muy serias entre los ‘cachorros’ de Génova y la vicepresidenta del Gobierno. Rajoy tuvo que intervenir para atajar la trifulca interna.
La primera piedra de la batalla
La batalla arrancó en Moncloa, que lanzó severos reproches a los dirigentes del partido por olvidarse de recordar los esfuerzos legislativos impulsados desde el Gobierno en este asunto. Las palabras están bien, pero más importantes son los hechos, vino a concluir Sáenz de Santamaría en una rueda de prensa tras la celebración del Consejo de Ministros. La tensión continúa, pese a que el presidente del partido ha dado orden de alto el fuego. El compromiso es no hacer ruido, evitar declaraciones ofensivas y centrarse en los preparativos de una campaña electoral casi inminente.
La vicepresidenta llegó a declarar, medio en broma, que ella también es joven, en referencia a la brecha generacional que divide al PP
En algunos despachos de Génova se considera que todo lo que está ocurriendo se debe a que “Soraya está nerviosa”. Se ha entrado en una fase en la puede pasar de todo, no hay un horizonte definido y menudean los codazos para estar en la primera línea de salida de cara a un relevo en el partido. Dentro de esta disputa, la vicepresidenta llegó a declarar, medio en broma, que ella también es joven, en referencia a la brecha generacional que divide al PP.
El problema de Santamaría es que lleva muchos años en la cúspide, en el vértice del poder, con un despacho junto al de Rajoy. No tuvo cargo orgánico en el PP durante el largo e incómodo periodo de la tesorería de Bárcenas, pero se le identifica con los ocho años de Rajoy al frente del partido y del Gobierno.
Unidad de España
Los jóvenes dirigentes de Génova, sin embargo, pueden clamar sin complejos contra la corrupción y exigir 'una purga', porque están recién llegados a los altos despachos de su formación, vienen de fuera, apenas han pisado Génova y se les encargó, precisamente, trasladar a la opinión pública la imagen de la renovación. "Están aquí para ir a las teles", comentó un alto cargo de Moncloa.
Este sábado se hablará de la corrupción en la sesión de Barcelona. También de la unidad de España, en el feudo de Ciudadanos, para disputarle esa bandera que la fuerza naranja de Albert Rivera le ha arrebatado. Los estrategas de Génova han ideado estas conferencias sectoriales a fin de mantener activo al partido, ante la posible convocatoria de las elecciones generales a finales de junio. Ya se han celebrado dos, una en Madrid sobre el empleo y otra en Sevilla sobre servicios sociales, en la que Rajoy lanzó la idea de adelantar los horarios laborales a las seis de la tarde. La de Barcelona es la más ideológicas de las propuestas. También se celebrará una sobre reforma fiscal y financiación autonómica, que reunirá a las fuerzas de estructura regional del PP, y finalmente otra sobre Educación y valores.