Un grupo de veteranos dirigentes y antiguos altos cargos del Partido Popular, no vinculados precisamente al aznarismo, han transmitido en forma muy discreta a gente muy próxima a Rajoy, la necesidad imperiosa de proceder a un cambio en la cúpula del partido.
Algunos de ellos todavía ocupan cargos de segundo nivel en la Administración, otros los han ocupado hasta no hace mucho tiempo. Viejos militantes del PP, muchos de ellos con simpatía y excelente relación con Rajoy, mantienen reuniones frecuentes para repasar la situación política y, al tiempo, comentar las incidencias por las que atraviesa su formación. No aspiran a nada ni pretenden interferir en la marcha de su equipo. Pero están preocupados y así lo han transmitido de forma sutil a algunos interlocutores con relativo peso en el partido.
El presidente, una rémora
Coinciden en la idea de que la figura de Mariano Rajoy, a quien estiman, valoran y respetan, se ha convertido en una rémora, ha dejado de ser un activo y actúa como un elemento de disuasión del voto de sus simpatizantes de siempre. Según comentan, muchos de los militantes más tradicionales consideran que el actual panorama, tan complicado, precisa de un liderazgo distinto, quizás más potente y, sin duda, orientado hacia ámbitos netamente ideológicos. La temen a Ciudadanos y piensan que el relevo se impone también en el PP.
Se refieren por ejemplo a las palabras de Núñez Feijóo, quien invocaba días atrás la necesidad de abrir "una seria reflexión" en el caso de que las urnas arrojen un resultado muy calamitoso el 24-M. "Sin Rajoy seguramente estaríamos ahora por lo menos diez puntos arriba en los sondeos", comentaba uno de ellos. No es el presidente de la misma opinión ya que este mismo lunes anunció que ni va a hacer cambios en el partido, sea cual fuere el resultado de las municipales, y que él mismo no ha pensado en dejar paso a algún sustituto, y que está decidido a presentarse a las generales. Algo que jamás ha dudado y que cada día tiene más claro, según se comenta en Presidencia.
No creen que Soraya Sáenz de Santamaría sea la persona para ocupar este puesto, por más que en algunos círculos haya trascendido esta posibilidad. La vicepresidenta es pieza fundamental en Moncloa pero en el partido se la observa como alguien muy poco implicado con la trayectoria y la historia del PP. "Una cosa es renovar y otra que se ponga al frente un recién llegado". Feijóo es quien despierta más simpatías para encarnar este papel. Lo que tienen claro, y así se lo han transmitido a alguien muy próximo al propio presidente, es que las elecciones les van a ir muy mal y que incluso está en juego la continuidad al frente del Gobierno de la Nación en el caso de que no se haga algo, "pronto y bien".
El peligro es Ciudadanos
No se muestran apocalípticos pero sí se confía en que finalmente la evolución de Ciudadanos, el principal rival electoral del PP, pierda algo del fuelle del que goza en estos momentos. "De aquí a las generales pueden pasar muchas cosas, y al igual que Podemos está cayendo, a lo mejor el partido de Rivera también experimenta un lento declinar"; exponen.
Por el momento, sin embargo, Ciudadanos no muestra señal alguna de un retroceso, al menos en las encuestas. Pero las urnas son otra cosa. Lo que tienen claro es que sin Rajoy, el PP se encontraría ahora en una situación mucho menos comprometida. Habría sido imprescindible que el propio presidente hubiera encarado y dirigido su sucesión hace ya tiempo. La corrupción, en opinión de este grupo de veteranos, ha hecho demasiado daño y es muy posible que ya no haya tiempo suficiente como para recuperarse. "Lo de Bárcenas, las tarjetas black, Rato y todo lo demás dejan demasiado poso en el ánimo de nuestro votante, que ya no se fía de nosotros". Ese es su diagnóstico. Así lo han transmitido.
