La Atención Primaria se encuentra al borde del colapso. Por un lado, urge dar respuesta a los pacientes contagiados de coronavirus y, por otro, los médicos también tienen que atender a todos los enfermos crónicos que han estado confinados sin un seguimiento estrecho durante el estado de alarma.
No hay tiempo. Las citas telefónicas generan problemas y las colas en los centros de salud empiezan a ser kilométricas. Aunque la mayoría de usuarios espera su turno sin perder la paciencia, varios sindicatos del sector sanitario denuncian un aumento de las agresiones verbales y físicas hacia los profesionales.
Este cóctel molotov está provocando que muchos médicos, desesperados por el caos de la gestión sanitaria, se planteen la prejubilación. Aunque ello implique grandes pérdidas de poder adquisitivo.
Teniendo en cuenta que actualmente el 40% de los profesionales en activo tiene más de 55 años, la situación comienza a ser preocupante. La 'fuga' de médicos jóvenes podría extenderse a los mayores por la vía de las jubilaciones.
Anular prórrogas, adelantar jubilaciones...
"Las cargas de trabajo se han incrementado de una forma tremenda y cada vez son más los facultativos que deciden prejubilarse", explica Vicente Matas, portavoz de Atención Primaria en la Organización Médica Colegial (OMC).
Y denuncia que los pacientes son testigos de la demora en atenderles y que hay quienes lo pagan con el médico que tienen delante: "Las agresiones también van en aumento".
Según Matas, a estas dificultades para ejercer la profesión hay que sumar la "enorme incertidumbre" que existe entre los sanitarios por los cambios que puedan darse en términos de pensiones. "Algunos prefieren jubilarse antes, si es que reúnen los requisitos para ello, y no arriesgarse a encontrarse con condiciones nuevas".
Fuentes de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) apuntan que si antes muchos médicos, cuando estaban próximos a la edad de jubilación, preguntaban si podían continuar trabajando unos años más, ahora preguntan cuándo pueden hacerlo. Cuanto antes.
Los sindicatos están detectando un aumento en las consultas sobre cómo anular las prórrogas que muchos tenían para seguir trabajando y otros se interesan sobre cómo pueden adelantar sus jubilaciones.
Aunque no existen datos oficiales que reflejen cuánto están aumentando las prejubilaciones con respecto a años anteriores, los médicos consultados aseguran que los casos se están dando en todas las comunidades autónomas.
Consecuencias del "hartazgo y desánimo"
La delegación CESM en Galicia sostiene que el volumen de trabajo se ha multiplicado con la pandemia: consultas telefónicas, presenciales, programadas, a demanda, preferentes, urgentes, pruebas de coronavirus, rastreo y seguimiento de los casos sin reforzar servicios o sustituir a profesionales...
"Consecuencias de este hartazgo y desánimo son las prejubilaciones a las que se acogen los facultativos que pueden, porque no están dispuestos a padecer un sufrimiento ingrato y emocionalmente devastador; el desistimiento de quienes pensaban ampliar su vida laboral más allá de los 65 años, y la huida de los residentes a otras comunidades o países en los que sí se les reconoce su cualificación, más allá de aplausos y buenas palabras", señala el sindicato en Galicia.
Desde Castilla y León, la asociación de médicos de familia y comunitarios SOCALEMFYC ha advertido que ya se ha entrado en la primera gran ola de prejubilaciones y que en algunas provincias de la región pueden llegar al 20%.
SOCALEMFYC denuncia la falta de personal y la falta de descanso de los que están, un problema que se vio agravado "por los recortes vinculados a la anterior crisis financiera, tanto en consultas de Atención Primaria, atención continuada, urgencias hospitalarias y emergencias".