Driss Oukabir, detenido tras el atentado de Barcelona y Cambrils, no será juzgado por las 16 muertes que causó la célula yihadista de Ripoll. La principal prueba a su favor es una conversación con su hermano que obra en la parte aún bajo secreto del sumario. En ella se aprecia su negativa a participar en los planes del grupo y como su hermano -que acabó abatido por los Mossos d’Esquadra- le insta a que lea el Corán.
“No estás preparado, Driss”, le advirtió su hermano pequeño a las 23.44 horas del 16 de agosto de 2017. Faltaban apenas unas horas para que uno de los yihadistas arrollase a la multitud en la Rambla de Barcelona y los hermanos Driss y Moussa Oukabir intercambiaban mensajes a través de la red social Facebook. El primero había citado al segundo en un punto, pero no se había presentado y discutían entre ellos.
A esa hora, al filo de la medianoche, la casa de Alcanar que el grupo usaba como base logística ya había saltado por los aires al explosionar accidentalmente las bombas que tenían almacenadas para perpetrar un gran atentado. El cabecilla, el imán de Ripoll, yacía muerto bajo los escombros del edificio. En la célula estaban nerviosos, todo se precipitó.
"Seré yo el que se lo coma todo"
“Yo quiero hacer las cosas a mi manera y no hay manera. Que siempre igual tío”, le recriminó Driss a su hermano. Para entonces ya había prestado sus datos personales para alquilarle al grupo la furgoneta con la que horas después se perpetraría el ataque en la ciudad condal. Un plan B improvisado, según la investigación. “Y después seré yo el que se lo coma todo”, se quejó.
Las respuestas de su hermano Moussa trataban de impedir que Driss se echase atrás. A su juicio, lo que le estaba diciendo era “Shaitán” (diablo) y le instó a leer el Corán, concretamente la sura Anfal donde se justifican las acciones violentas contra los no creyentes. “Lee Anfal. Hazme caso. Que eso es la verdad”, zanjó el pequeño de los Oukabir, al que apenas le quedaban 24 horas de vida.
Al día siguiente, a las 9.53 horas, Moussa se puso en contacto con Mohamed Hichamy, uno de los cabecillas de la célula para decirle que su hermano Driss se lo había pensado y había decidido echarse atrás. “No está preparado", le informó.
Tres procesados
Las comunicaciones entre los terroristas forman parte de la investigación que el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu mantiene bajo secreto, pero ha decidido incluir este fragmento en el auto en el que este miércoles ha procesado a tres de los investigados. No obstante, les exonera del atentado del 17A.
La tesis del magistrado es que formaban parte del grupo y que tenían un plan de atentar mucho mayor del que finalmente se llevó a cabo, precipitado tras la explosión en Alcanar. En ese sentido, según el auto del magistrado, no hay indicios de que los procesados llegasen a tener una participación directa en los ataques.
Vozpópuli desveló la declaración de Oukabir ante el juez donde ya dijo que su hermano había experimentado un rápido proceso de radicalización bajo la influencia del grupo y del imán Abdelbaky Es Satty.