La importante cartera de Energía y Cambio Climático de la UE, asignada a España este miércoles, puede quedarse sin comisario al frente a partir del próximo 22 de octubre. No hay dudas sobre quién será el cabeza de turco, en caso de que el Parlamento Europeo certifique tal rechazo: el español Miguel Arias Cañete. Los comentarios machistas vertidos por el exministro de Agricultura tras su debate con la candidata del PSOE, Elena Valenciano, y a pocos días de las elecciones comunitarias de mayo ("si haces un abuso de superioridad intelectual parece que eres un machista acorralando a una mujer indefensa", llegó a decir), pesan más que sus relaciones con la industria petrolera. Especialmente en el duro trámite que es el Parlamento Europeo, donde Cañete se someterá a una batería de preguntas capaces de alterar la flema de hasta el más inquebrantable de los ajedrecistas profesionales.
Aunque nadie lo ha dicho en abierto, la campaña anti-Cañete se da por descontada en los otros dos grandes aliados del PPE, los socialistas (S&D) y los liberales (Alde) europeos. Así lo aseguran fuentes del PSOE en Bruselas, las cuales tratan de convencer a sus colegas de escaño para que impugnen al hombre de Mariano Rajoy.
"Vamos a examinar escrupulosamente a cada uno de los 27 comisarios", han dicho escuetamente los socialistas en un comunicado. "Solo daremos nuestro respaldo al equipo de Juncker si los nombramientos están basados en la voluntad de promover los valores fundamentales de la Unión Europea". Y en privado, una fuente este grupo añade algo que atañe al exministro español de Agricultura: "Uno de esos valores es, por supuesto, la igualdad de sexos".
Los partidos españoles votarán en su gran mayoría, cuando no todos, contra las opciones de Cañete. E incluso diputados del Partido Popular Europeo (ninguno del PP español) se plantean rechazar al español por sus lastimosas declaraciones, según ha podido confirmar 'Vozpópuli'. Y no hay que olvidar sus vínculos con el sector petrolero, ira de ecologistas e izquierdistas comunitarios. Ambos escenarios dibujan a Arias Cañete como la víctima perfecta.
La suerte de Juncker
No sería la primera vez que ocurre algo así: en 2004, el Parlamento Europeo rechazó la candidatura del italiano Rocco Buttiglione, del mismo partido que Berlusconi, tras unas declaraciones homófobas. Y en 2010, la candidata designada por Bulgaria para la Comisión Barroso II, Rumania Jeleva, no pasó el examen parlamentario, acusada de falta de transparencia en su declaración de intereses y de no estar preparada para asumir el cargo.
Los partidos españoles votarán en su gran mayoría, cuando no todos, contra las opciones de Cañete
Tan grande fue la presión de la Eurocámara que Jeleva rompió a llorar a puerta cerrada antes de retirarse. Casi cinco años después, la crisis se ha expandido por todo el continente hasta el punto de corroer las mismas instituciones, donde anida un núcleo duro de euroescépticos, ultraderechistas y fachas. Por eso, el test para la Comisión Juncker se antoja más difícil.
Si la sustitución de Cañete significaría un duro golpe para el Gobierno de Rajoy, no lo sería tanto para la Comisión Europea presidida por el luxemburgués Jean-Claude Juncker. Necesitado de mujeres para conformar un Ejecutivo más paritario, el rechazo obligaría al mandatario español a buscar entre sus filas a una mujer para ocupar esta cartera. Además, Juncker y los eurófilos tendrían más munición para vender la copla de que "las instituciones comunitarias funcionan". Un lavado de imagen que reforzaría la fe en Europa. A costa de Cañete, claro.