"Como no acuerden con Irene Montero la reforma de la Ley del 'sólo sí es sí' el martes 7 de marzo -el Congreso vota la toma en consideración de la proposición de ley del PSOE- vamos al desastre al día siguiente, en la manifestación del 8-M"; con el riesgo añadido, añade la fuente consultada, de que lleguen a producirse situaciones de tensión en las calles entre las dos almas del feminismo español.

Quien así habla para Vozpópuli es una veterana feminista conocedora de lo que se cuece en La Moncloa y Ferraz, consciente de la delicada situación por la cual atraviesan el Gobierno y su partido en este primer trimestre de 2023, que las revelaciones del caso 'Mediador' y las juergas con prostitutas del ya ex diputado canario Bernardo Fuentes Curbelo, alias 'Tito Berni', han acabado de rematar.

Los nervios en el seno del Grupo parlamentario Socialista y en las sedes están a flor de piel por lo que pueda pasar el 8-M, pero también por lo que se considera una gestión "mejorable" del escándalo protagonizado por Curbelo. Ya hay parlamentarios que piden "un paso al frente" a los cinco diputados que han reconocido ante la dirección haber ido alguna vez de cena con él, para que no recaiga sobre todos la sospecha instalada en buena parte de la opinión pública; en este sentido, cuando se pregunta a cualquiera dentro del PSOE admite sin ambages que también vendría bien para rebajar la presión a la que están sometidos un acuerdo con Podemos que desactive el conflicto del 'sí es sí'.

Sánchez se 'apropia' de la Ley de Paridad

La mejor prueba de ese nerviosismo pudo verse este sábado. IreneMontero y Ione Belarra contraprogramaron el acto organizado por los socialistas en la Casa de Campo con Sánchez y el ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero al objeto de no dejar a Podemos y al Ministerio de Igualdad todo el protagonismo de la semana del 8-M; allí el presidente del Gobierno anunció por sorpresa una nueva Ley de Paridad -en teoría competencia de Montero- a fin de obligar a los partidos a elaborar listas cremallera de candidatos y candidatas intercalados, así como obligar a que los consejos de administración y los jurados sean al 50%, con el mismo número de hombres que de mujeres.

Lo que más llamó la atención fue que el inquilino de La Moncloa pasó de puntillas sobre la pelea por la Ley del 'sólo sí es sí' -“nos unen más cosas de las que nos separan”-, probablemente para no entorpecer cualquier posibilidad de acuerdo parlamentario in extremis en las próximas 48 horas; mientras, Zapatero se desgañitaba en recalcar el "balance imbatible" de su partido en materia de derechos sociales e igualdad.

Según el expresidente socialista, con las medidas aprobadas por "el gobierno más feminista del mundo" y "más social de la historia" española, ocurrirá "como siempre, como con las leyes de derechos que son del PSOE" y a los que el PP presenta "recursos ante el Tribunal Constitucional para hacer el ridículo" como con el caso de la Ley del aborto con el que, "no sé si ha sido más ridículo o hipócrita"… Y, como su sucesor, también ignoró el conflicto con Podemos, con el que hasta hace no tantos meses compartía estrategia y hasta actos públicos en apoyo de las tesis de Irene Montero.

El presidente no quiere la paz con Podemos a cualquier precio y, menos aún, que el remedio sea peor que la enfermedad: su línea roja es que los morados acepten la vuelta de subtipos penales de agresión con violencia y sin ella, como recomiendan los juristas.

Y no es que la Proposición de ley del PSOE para acabar con la alarma social provocada por el goteo de rebajas de pena a 726 violadores y más de 70 excarcelaciones vaya a ser rechazada, no; De hecho, aunque Podemos acabe votando el martes en contra seguirá su tramitación parlamentaria, gracias a la abstención del PP. Pero, políticamente, quedar en manos de Alberto Núñez Feijóo en asunto tan sensible sus electorados dejaría al PSOE y a los morados - La Moncloa y Ferraz sostienen que "Podemos también va a pagar esto" - muy malparados a dos meses de elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo.

Por ello van a intentar evitar, hasta el minuto antes de la votación, esa imagen de debilidad y ruptura de facto de la coalición, pero no a cualquier precio; menos aún, que el remedio sea peor que la enfermedad: la línea roja de Pedro Sánchez es que los morados acepten la vuelta de subtipos penales de agresión con violencia y sin ella, como recomiendan todos los expertos juristas.

El jefe del Ejecutivo lo volvió a repetir la última vez que ha hablado de este asunto, el viernes en Helsinki, cuando dijo que "hay un sentir mayoritario en los grupos parlamentarios" de que hay apoyar la "modificación técnica" del Código Penal que propone el Grupo Socialista para calmar a una España alarmada. Pero Podemos se niega a apoyarla, como demuestran las declaraciones efectuadas por su portavoz parlamentario, Pablo Echenique, el mismo viernes minutos antes que Sánchez en la capital finlandesa:

El problema es que esa foto de la división del Gobierno en un asunto tan capital para el feminismo se va a producir un día antes de la manifestación del 8-M, si un acuerdo de última hora no lo remedia; y la evolución de los acontecimientos durante los últimos días apunta a los socialistas como los grandes señalados de la marcha, sobre todo después de que los organizadores se hayan puesto del lado de los morados en su rechazo a volver al "Código Penal de La Manada".

Destacados socialistas creen que Yolanda Díaz debe ejercer la autoridad que se le presupone en su bloque de izquierda porque es en situaciones como estas "donde se prueban los liderazgos"

El contencioso no es fácil de desatascar por las posiciones tan enquistadas de inicio, aunque se hayan empleado a fondo los ministros de Presidencia, Félix Bolaños, y Justicia, Pilar Llop, con la propia Montero y la secretaria general de Podemos, Ione Belarra; la mediación de la secretaria de igualdad del PSOE, Andrea Fernández, que es una de las diputadas señaladas en falso por Antonio Navarro Tacoronte, socio del 'Tito Berni', como participante en alguna cena con el ya ex diputado y empresarios, también ha intervenido a lo largo de estas semanas.

"Andrea estaba mediando entre Llop y Montero para llegar a un acuerdo, pero con esta movida del 'Tito Berni', a saber", señala con pesar una fuente del sector feminista del PSOE conocedora de las conversaciones. Fernández, que ha anunciado querellas contra los medios de comunicación y periodistas que la han vinculado, fue la única de los oradores en la Casa de Campo que se refirió a Tito Berni este sábado en su intervención: España, dijo, “sigue trufada de pisos, clubes y esquinas donde las mujeres son prostituidas. Nos quedan desafíos pendientes”.

Tanto Pedro Sánchez como el núcleo duro del PSOE esperan antes del martes una intervención de la vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, que en toda esta polémica ha intentado ejercer también de mediadora como Andrea Fernández aunque sin llegar en ningún momento a desautorizar la posición de Podemos y de Irene Montero. A este respecto, no son pocos los dirigentes socialistas que creen que Díaz debe ejercer en las próximas 48 horas la autoridad que se le presupone en ese bloque a su izquierda, para llegar a un acuerdo en la Ley del 'solo sí es sí', porque en situaciones como estas "es donde se prueban los liderazgos".

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