La Agencia Estatal de Meteorología ha dado por finalizado a primera hora de la tarde el aviso de riesgo importante (naranja) por oleaje en Canarias, aunque se mantiene el aviso de riesgo (amarillo) hasta el lunes por la mañana, un temporal que no ha dejado daños personales pero que ha obligado a la evacuación de viviendas en el norte de Tenerife.
El temporal marítimo, que afecta al archipiélago desde el sábado con olas de hasta 6 metros y que ha llevado al Gobierno de Canarias a declarar la situación de alerta, ha provocado cuantiosos daños aún por evaluar, sobre todo en la costa norte de Tenerife, donde se han producido evacuaciones de vecinos y se ha limitado el acceso a viviendas en las costas de Garachico y Tacoronte.
El temporal marítimo, que afecta al archipiélago desde el sábado con olas de hasta 6 metros y que ha llevado al Gobierno de Canarias a declarar la situación de alerta
En la costa de Tacoronte, también al norte de la isla, el oleaje rompió cristales de los dos primeros pisos de un edificio en Mesa del Mar construido al borde del mar, lo que obligó a evacuar varias viviendas desde las 22:50 horas. En ese edificio muchas de las viviendas son segundas residencias y se evacuó o impidió el acceso a 67 de las que dan al mar, hasta la cuarta planta.
#FMACanarias Así está impactando el oleaje en Mesa del Mar, Tacoronte, hoy. @ManuelArtilesA @VictorBritoG @Jose_Deniz @NaoVeraHdez pic.twitter.com/IX6Sk0Xt8S
— Mírame TV (@mirametvcom) November 18, 2018
En Garachico, a lo largo de la noche del sábado al domingo, fueron evacuadas de sus casas un total de 39 personas a causa del fuerte oleaje, que llegó a romper el balcón de una tercera planta.
La primera evacuación en Garachico se produjo hacia las 22:00 horas, en un edificio situado en la calle Esteban Pons, donde los bomberos ayudaron a 24 personas a abandonarlo al entrar dentro el oleaje, que afectó al ascensor.
En el segundo edificio afectado de Garachico, en la calle Tomé Cano, quince personas fueron evacuadas por los bomberos hacia las dos de la madrugada, después de que el oleaje llegara a romper un balcón de una tercera planta.