España

Los enemigos de Pablo Iglesias rescatan su vídeo contra los "lúmpenes" para desactivarle

La grabación, en la que narra una experiencia con "gentuza de clase mucho más baja que la nuestra", vuelve a circular entre votantes de izquierdas. Mientras, el líder de Podemos, que ya pidió disculpas por su exabrupto, busca ahora apoyos en las fuerzas armadas y se reúne con la Asociación Unificada de Militares Españoles (AUME).

  • El politólogo y líder de Podemos, Pablo Iglesias, durante la presentación de esta plataforma.

La campaña iniciada por el politólogo Pablo Iglesias, excolaborador de IU, para alcanzar una “unidad popular” y concurrir a las próximas elecciones europeas incomoda a grupos de un espectro ideológico no muy lejano ante la pérdida de votos que podrían experimentar si finalmente Podemos se presenta el 25-M. Tal es el grado de inquietud que ha generado su irrupción, que dichos colectivos están midiendo al milímetro cada intervención del tertuliano y presentador de La Tuerka para afearle posibles salidas de tono. En esa estrategia de intentar desactivarle, acaban de volver a airear y a difundir entre votantes de izquierdas el vídeo en que Iglesias arremete contra “lúmpenes” (personas social y económicamente marginadas en ambientes urbanos).

La grabación, que circuló velozmente el pasado enero, está siendo propagada de nuevo entre el electorado más joven del espacio sociocomunista con el propósito de “desenmascarar” el “clasismo” del profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense. El contenido de la cinta se remonta a noviembre de 2013, fecha en que todavía no había sido presentado el proyecto electoral de Podemos. Entonces, Iglesias compartió tertulia con Nega, cantante de Los chikos del maíz, como autores del libro ¡Abajo el régimen! En un momento de la conversación, y al hilo de actuaciones violentas en manifestaciones, el politólogo se refirió a la dificultad que encuentran para participar en ellas quienes nunca se han visto envueltos en trifulcas.

Así, ofrece el siguiente relato: "Yo sólo me he roto un hueso una vez y me rompí un hueso por dar un puñetazo, y no di un puñetazo porque alguien de mi situación socioeconómica se vea muchas veces en esa situación, sino porque estábamos en un centro social, en El Laboratorio, y un grupo de lúmpenes, pues eso, gentuza de clase mucho más baja que la nuestra intentó robar una mesa de mezclas a unos raperos".

Acto seguido, Iglesias concluye la narración del episodio de este modo: “Los raperos querían romperles la boca, yo creo que con criterio normal; me robas la mesa de mezclas, te rompo la boca; y nos llamaron a los políticos universitarios para que calmáramos la situación y tuvimos que pegarnos con desastroso resultado; ganamos, pero éramos tres contra uno; yo me rompí un hueso, otro acabó con un corte en la córnea por una botella rota y estas cosas…”

Iglesias señala en su tesis doctoral que "Zapatero se ha convertido en un referente progresista mundial y en el representante de una forma de hacer política en Europa alternativa a los Estados Unidos"

El pasado 1 de febrero, Pablo Iglesias pidió disculpas y ofreció una versión edulcorada de los hechos que recordó en la tertulia. Por ejemplo, cambió el término “lúmpenes” por personas “en situación de riesgo social”. En aquella rectificación, publicada en un blog de Publico.es, admite que fue “arrogante al mezclar de manera muy desafortunada la terminología sociológica marxista con una pose irónica y provocadora para burlarme de las contradicciones de la izquierda”. Y añade: “Fui escasamente didáctico y un irresponsable por no ser consciente de que, al aceptar mi propia sobreexposición pública, no me puedo permitir ningún desliz como éste”. Otro exabrupto de tal calibre no ha llegado desde entonces, pero sus enemigos quieren estos días que el anterior no caiga en el olvido.

Asimismo, estos detractores, en mayor números tras el nacimiento de Podemos y su reclamo de primarias abiertas a Izquierda Unida, están difundiendo pasajes de su tesis doctoral como Multitud y acción colectiva postnacional: un estudio comparado de los desobedientes: de Italia a Madrid (2000-2005), dirigida por Heriberto Cairo Caro, catedrático de la Universidad Complutense. Uno de los textos divulgados es el que Iglesias dedica a cómo se fue gestando la victoria de José Luis Rodríguez Zapatero en las elecciones generales de 2004. Según el politólogo, las “movilizaciones contra la guerra de marzo de 2003, cuyas formas de acción colectiva más efectivas fueron aquellas experimentadas y desarrolladas por los activistas más radicales, demostraron la posibilidad de abrir un escenario político global no institucional”.

A su juicio, la “revuelta antigubernamental del 13 de marzo de 2004 que siguió a los atentados de Al Qaeda, quizá represente una de las mejores expresiones de las potencialidades de este repertorio postnacional en Europa”.  En este punto de la investigación, que fue concluida en 2008, Iglesias señala que Zapatero, a pesar de “no ser un líder carismático, de sus dificultades para hablar otros idiomas (cuestión de singular importancia a la hora de aparecer en medios de comunicación internacionales) y de haber mantenido las líneas generales de la política económica del anterior Gobierno, se ha convertido en un referente progresista mundial y en el representante de una forma de hacer política en Europa alternativa a los Estados Unidos”.

La distancia entre la élite y el pueblo

Entretanto, el líder de Podemos busca también apoyos entre las fuerzas armadas y ayer se reunió con el presidente de la Asociación Unificada de Militares Españoles (AUME), Jorge Bravo. Esta reunión, enmarcada en la ronda de contactos que la plataforma ha abierto con diversos actores sociales, entre los que ya se encuentran Red Ciudadana Partido X o Equo (también apuesta por primarias abiertas), sirvió para que los interlocutores dialogaran sobre “lo que debe ser un ejército en democracia”. Ambas partes mostraron su preocupación común por la “enorme distancia entre la minoría que toma las decisiones y el pueblo”.

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