País Vasco

Las cifras del 10-N refuerzan a Urkullu y obligan a PP y Cs a unirse para las elecciones vascas de 2020

El resultado de estas elecciones generales es positivo para el nacionalismo vasco, regular para las formaciones de izquierda y catastrófico para un centro derecha condenado a entenderse para sobrevivir

  • El lehendakari, Iñigo Urkullu (i), y el presidente del PP del País Vasco, Alfonso Alonso.

La lectura de las cifras del 10-N parece unívoca de cara a las elecciones vascas de 2020. El nacionalismo en general, y en especial el PNV, sale más que reforzado, las formaciones de izquierda se quedan como estaban y los partidos de centro derecha están condenados a entenderse si quieren tener alguna posibilidad. Este mismo lunes el líder del PP vasco, Alfonso Alonso, admitía que habrá que volver a intentar la alianza "Vascos Suman" junto a Ciudadanos.  

El Gobierno vasco que preside Íñigo Urkullu celebra con alborozo el resultado electoral. Porque el PNV se consolida como fuerza hegemónica y porque sus socios de gobierno del PSE continúan en tercera posición. De hecho, todo hace indicar que los peneuvistas no lograrán una mayoría absoluta -casi imposible en Euskadi- pero sí podrán elegir aliado para gobernar: seguir junto al PSE o arrimarse a Bildu. 

Las elecciones autonómicas vascas se celebrarán en 2020. Urkullu tiene en su mano manejar el calendario. En teoría, los comicios en Euskadi deben producirse en septiembre, pero en los últimos meses se da por hecho que el lehendakari las adelantará a la primavera.  

Hacia "Vascos Suman" pero sin Vox

En el centro derecha las cifras del 10-N se perciben como lo que son: una catástrofe. El recién renovado PP vasco gana votos pero sigue sin diputados vascos en el Congreso. Ciudadanos pierde dos tercios de su apoyo y pasa a una irrelevancia casi total. Y Vox calca sus cifras del 28-A pero sigue muy lejos de tener alguna opción para lograr parlamentarios autonómicos. 

Los números cantan. El centro derecha solo tendrá posibilidades de lograr un buen resultado en las vascas de 2020 si consigue tejer alianzas entre diferentes partidos. La fragmentación del voto ha sido nociva para ese espacio político en las dos elecciones generales, el 28-A y el 10-N, y la historia puede repetirse en las autonómicas del año próximo. 

Este mismo lunes Alfonso Alonso admitía esta situación y abogaba por buscar alianzas. "No sé qué va a ser de Ciudadanos en el futuro, pero estoy convencido de que sigue siendo necesario unir los votos del centro derecha en el País Vasco y lo seguiré intentando en el futuro". 

En todo caso, está claro que esa hipotética coalición de "Vascos Suman" no contará con Vox. En el PP vasco están seguros de que no conviene ni acercarse a una formación que, en palabras del propio Alonso este lunes, defiende "un discurso preconstitucional". No es un secreto, además, que en Ciudadanos tampoco verían con buenos ojos aliarse con la formación de Santiago Abascal

Bildu crece y la izquierda se mantiene

Más allá del gran ganador, el PNV, y los grandes perdedores, PP, Cs y Vox, el resultado de estas elecciones generales también refuerza a Bildu de cara a las autonómicas del próximo año. La coalición abertzale que lidera Arnaldo Otegi repite los cuatro escaños en Euskadi y aumenta sus votos. Aunque están lejos de pelearle la victoria a Urkullu en los comicios, se consolidan como segunda fuerza. 

En la izquierda, en cambio, las noticias no son demasiado buenas ni demasiado malas pensando en la cita con las urnas del año que viene. Porque el PSE mantiene los 4 diputados y queda reforzado como primer partido no nacionalista en Euskadi. Y porque Podemos, a pesar de perder un diputado por Vizcaya, también salva los muebles.  

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