País Vasco

Las grandes incógnitas de cada partido que resolverán las elecciones vascas

El PNV busca mantener su hegemonía con el tándem de Urkullu y Ortuzar. Bildu quiere crecer a costa de Podemos. El PSE busca reforzar su fuerza en el Gobierno. El PP y Podemos andan en luchas internas

  • Alfonso Alonso en la reciente Junta Directiva del PP vasco.

Las elecciones vascas del 5 de abril se antojan decisivas no sólo por cómo quedará el Parlamento vasco y por los posteriores pactos de gobierno, que por cierto parecen cantados, sino también por cómo afectarán al futuro de los principales partidos en liza. Esta cita con las urnas va a resolver algunas dudas estratégicas de las diferentes formaciones políticas del País Vasco.

El PNV y su hegemonía 'moderada' 

Tras el adelanto anunciado este lunes por el lehendakari, Íñigo Urkullu, el PNV activará su potente maquinaria electoral para intentar una gran victoria que refuerce su hegemonía. Los precedentes de las citas electorales de 2019 son halagüeños para los peneuvistas. En los próximos días Urkullu será ratificado como aspirante del partido.

Si las elecciones van bien para los jeltzales, parece obvio que Andoni Ortuzar también continuará como presidente del PNV. Así, el tándem que ha funcionado en los últimos tiempos aspira a perpetuarse otros cuatro años. Ahora mismo ni siquiera se percibe alguna discrepancia interna que pueda apuntar a enfrentamientos en el futuro. La "moderación" y la "estabilidad" que tanto remarcan Urkullu y Ortuzar parecen las apuestas de un partido que este año cumple 130 años de historia. 

Fieles a su histórica ambigüedad, los jeltzales amenazarán con la independencia, pero en realidad, como viene contando este diario, buscan un nuevo Estatuto de autonomía que amplíe el ya de por sí amplio autogobierno del País Vasco. Para ese camino, continuarán apostando por el entendimiento con el PSE y no por coquetear con EH Bildu. 

Bildu y su "normalización"

Hace unos días EH Bildu decidió apostar por Maddalen Iriarte como candidata a lehendakari en detrimento del aún inhabilitado Arnaldo Otegi. Dicha decisión es una declaración de intenciones de lo que pretenden los bildutarras: convertirse en la principal alternativa al PNV y seguir con el proceso de lo que llaman "normalización" con su presencia en las instituciones

Tanto en sus ponencias políticas como en sus declaraciones públicas, Bildu deja claro que aspira a aunar voluntades de izquierda y, para ello, sus dirigentes esperan hacerse con el espacio político que ocupa Podemos. Es su única forma de crecer para intentar, a largo plazo, superar al todopoderoso PNV. Afianzarse como segunda fuerza y buscar ese crecimiento es su gran reto en los comicios del 5 de abril. 

Eso sí, la coalición abertzale no tiene previsto abjurar de su pasado. Y, por ello, no renunciará a sus principales reclamaciones históricas: la autodeterminación y el acercamiento de los presos de ETA a cárceles vascas y navarras

El PSE y su fuerza en el Gobierno 

En el PSE las sensaciones son positivas y el entusiasmo es mayor que en el pasado. Han gobernado durante dos legislaturas junto al PNV y aspiran a seguir haciéndolo pero "con más fuerza" en el Ejecutivo. Así lo confirmó su propia secretaria general, Idoia Mendia, que fue elegida ya el pasado octubre como candidata a lehendakari sin oposición alguna.

Los resultados de las últimas generales y de las municipales y forales apuntan a un buen resultado el 5 de abril. Los socialistas vascos confían en que el efecto Sánchez vuelva a funcionar para seguir creciendo. Estratégicamente se esforzarán por crecer a costa de Podemos. 

Toda las encuestas, sin distinción, apuntan a que la fórmula gobernante de estos años, la coalición PNV-PSE, saldrá reforzada y alcanzará la mayoría absoluta que no ha tenido en la legislatura que agoniza. En cambio, pocos sondeos señalan que el PSE pueda conseguir disponer de votos suficientes para cambiar de aliados y buscar otras fórmulas de gobernabilidad.  

El PP y la última oportunidad de Alonso

La batalla vivida entre el PP vasco y Génova para elegir candidato a Alfonso Alonso no es baladí ni casual. En los últimos días se habló mucho de una posible candidatura de Rosa Díez. Y ese nombre es solo uno de los que se barajó, porque también sonaron otros como el de Bea Fanjul y Maite Pagazaurtundúa como posibles sustitutos del líder de PP vasco. Finalmente, no hay golpe de timón de Génova y Alonso es el elegido

Sin embargo, esa elección no apaga la pelea interna. Las dudas de la dirección nacional han molestado sobremanera en el partido en Euskadi, cuyos miembros ya dejaron claro que querían a Alonso al frente de la candidatura. Uno de los motivos es que solo hace unos meses que comandó la renovación del tono y el discurso del PP vasco. Una renovación que está en juego en estas elecciones.

El exalcalde de Vitoria y exministro está ante su última oportunidad política en Euskadi. Si el resultado del PP es aceptable, la vía elegida por Alonso y los suyos hace unos meses puede mantenerse. Si hay otra hecatombe en las urnas, Alonso tendrá que irse y el PP vasco tendrá que reinventarse otra vez y virar de rumbo

Otras dudas de Cs y Vox 

La otra gran duda para el centro derecha está en la posible coalición 'Vascos Suman' entre PP y Ciudadanos. Vozpópuli ya informó de que ambas formaciones exploran esa posibilidad por necesidades mutuas. Que Cs Euskadi apuesta por esta opción está aún más claro después de la oferta pública de Inés Arrimadas para confluir con el PP.

En el caso de los populares, también parecen abogar por esta alianza, pero todo se decidirá en Madrid. Es una decisión que también dependerá de los posibles pactos en Galicia y Cataluña. La formación naranja, dirigida en Euskadi por Luis Gordillo, se juega casi su existencia en estas elecciones autonómicas. Si 'Vascos Suman' no sale adelante, lo más probable es que Ciudadanos vuelva a quedarse en la irrelevancia total, sin cargo alguno en todo el País Vasco

En tercer lugar, Vox no tiene nada que perder en estas elecciones y, según los sondeos, también tiene poco que ganar. A su raquítico apoyo ciudadano y a su falta de implantación en la comunidad hay que sumar, además, que PP y Cs no quieren a los de Santiago Abascal como socios de su hipotética alianza constitucionalista. Pero Vox es la tercera fuerza política del Congreso de los Diputados y sus líderes van a intentar hacerse con el espacio que históricamente ha ocupado el PP.  

Podemos, su división y sus enemigos

En Podemos tampoco se sabe quién liderará la candidatura. Sí se sabe que será una candidata, porque en liza están dos listas lideradas por mujeres: Rosa Martínez encabeza la candidatura amparada por la dirección regional y Miren Gorrotxategi capitanea la lista avalada por la dirección nacional. 

Salvo que haya un acuerdo de última hora para alumbrar una candidatura conjunta, habrá primarias entre las facciones de Podemos. La pelea no será baladí. Martínez cuenta con el apoyo del secretario general de Euskadi, Lander Martínez, y de sus compañeros de dirección. Gorrotxategi tiene el respaldo explícito de los tres diputados podemistas en el Congreso (Pilar Garrido, Roberto Uriarte y Juantxo López de Uralde) y, según ella misma dijo, también avala su lista el propio Pablo Iglesias

Estas primarias fratricidas marcarán el rumbo de Podemos. Pero sólo temporalmente. Porque será en las urnas donde se decidirá si la estrategia de los podemistas, que acaban de salvar los últimos Presupuestos de Urkullu, funciona en una comunidad donde siempre recibe más votos en las generales que en las autonómicas. Ya se ha dicho que tanto Bildu como el PSOE aspiran a crecer gracias a hacerse con el espacio de Podemos. El 5 de abril se verá si lo logran y, con ello, se resolverá la incógnita del futuro de los morados.

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