Otra vez se repite la coincidencia entre PNV y Bildu a cuenta del caso Pegasus. Ambas formaciones nacionalistas cuestionan el cambio al frente del CNI pero salvo cambio mayúsculo apoyarán al Gobierno de Pedro Sánchez durante lo que dure la legislatura. Consideran que la destitución de Paz Esteban no arregla el problema de fondo pero ni se plantean retirar el respaldo al Ejecutivo de PSOE y Podemos.
Tanto peneuvistas como bildutarras evitaron reclamar dimisiones la pasada semana. Y ahora creen que la decisión de Sánchez de sacrificar a la directora del CNI no resuelve la cuestión. No porque la salida de Paz Esteban no sea suficiente, sino porque a su juicio no sirve para aportar las explicaciones que restan sobre el espionaje con Pegasus.
Horas después de la comparecencia donde se anunció el cambio al frente del CNI llegaba la primera reacción del PNV mediante un comunicado. Los jeltzales decían que "no es momento de ceses y dimisiones" por el espionaje político realizado a través de la software Pegasus, sino de dar explicaciones al respecto para que no haya un "cierre en falso" del caso. "Debe aclararse todo lo que rodea a este asunto y las dimisiones o ceses vendrían, en su caso, después".
"No nos vendan la moto"
El diputado Jon Iñarritu, de Bildu, preguntaba al Gobierno este martes en el Congreso en un tono muy similar al de los peneuvistas. "¿Ustedes creen que así solucionan este escándalo? No nos vendan la moto con cortinas de humo. Actúen con altura y responsabilidad para reconstruir confianzas. Vendiendo motos no van a solucionar lo ocurrido, sino que lo empeorarán".
La realidad, declaraciones aparte, es que los dos partidos nacionalistas vascos se están convirtiendo en los socios más fieles de Sánchez. Porque no van tan lejos como ERC y Junts en el caso de Pegasus y porque ya salvaron con sus votos la aprobación del decreto para paliar la crisis económica derivada de la guerra de Ucrania. Sus propios portavoces admiten que por ahora no se plantean retirar el respaldo al Ejecutivo de coalición, pero, eso sí, reclaman a Sánchez que haga gestos para recuperar la confianza.
En el ánimo de PNV y Bildu pesan dos motivos para adoptar esta estrategia: por un lado, para ellos el Gobierno de Sánchez siempre será mejor que una hipotética alternativa de PP y Vox y, por otro lado, unas elecciones generales ahora cambiarían sus planes para las forales y municipales de 2023
Por la mañana de este martes, antes de conocerse la destitución de Paz Esteban, voces más que autorizadas de los dos partidos soberanistas vascos incidían en la misma idea: el Gobierno debe aguantar sin convocar elecciones generales y contará con su respaldo. Aunque para ello debe haber movimientos.
"Juega con fuego"
La más clara era la presidenta del PNV vizcaíno, Itxaso Atutxa, que expresaba el deseo del partido para que "el Gobierno aguante" y pueda "seguir trabajando" para "cumplir sus compromisos". Eso sí, advertía a Sánchez de que "está jugando con fuego, como si tuviera mayoría absoluta".
En una senda similar se posicionaba el coordinador general de Bildu, Arnaldo Otegi, que hablaba de "última oportunidad" para el Gobierno al tiempo que afirmaba que todavía "hay razones suficientes" para mantenerlo en el poder con sus votos.
Es evidente que en el ánimo de PNV y Bildu pesan dos motivos para adoptar esta estrategia tan parecida: por un lado, para ellos el Gobierno de Sánchez siempre será mejor que una hipotética alternativa de PP y Vox y, por otro lado, unas elecciones generales anticipadas complicarían sus planes, porque peneuvistas y abertzales están pensando en un calendario político donde lo más importante está en las elecciones municipales y forales de 2023.
