Sólo el Partido Nacionalista Vasco (PNV) es capaz de algo así. Su ya legendario doble juego, con esas dos almas, una más separatista y otra más moderada, colaborando en la misma ambïguedad un día sí y otro día también. Así, los peneuvistas aprobaban este jueves junto a Bildu una moción de corte independentista que reclama el "derecho a decidir" al mismo tiempo que pactan junto a PSOE y Podemos una reforma del Estatuto de Gernika que limita y trata de encajar en la Constitución ese mismo "derecho a decidir".
En la política muchas veces las cosas no son lo que parecen. Y esto se agudiza si en 'lo que parece' está el PNV. Porque la realidad es que, más allá de las amargas quejas de la oposición, la moción aprobada este jueves en la Cámara de Vitoria no es más que un brindis al sol. Un texto reivindicativo, de cariz independentista, sí, pero sin efecto alguno desde el punto de vista jurídico o político.
Así, el acuerdo en este texto aprobado el jueves no acerca, en realidad, a PNV y Bildu, que siguen más alejados de lo que pudiera parecer. Compiten en nacionalismo. Muestran sus ganas de independizarse. En el caso de los peneuvistas, sin duda están pensando en las elecciones autonómicas de 2020. La estrategia, tan evidente como suena, es contentar a sus votantes que más ganas tienen de separarse de España y atraer a los desencantados con Arnaldo Otegi y los suyos.
Egibar, el ala más dura, pero que no manda
No fue casualidad. El encargado de defender la postura de PNV sobre la moción de marras fue Joseba Egibar, quién si no, el portavoz del grupo parlamentario y que representa al ala más soberanista del partido, a los mayores defensores del malogrado Plan Ibarretxe, a los más proclives, en suma, a pactar con Bildu lo que haga falta y plantar cara al Estado. Pero ese grupo no es el que manda en Sabin Etxea. Mandan el lehendakari, Íñigo Urkullu, el presidente del partido, Andoni Ortuzar, y el grupo de afines que en su día vencieron al propio Egibar en la competición por sustituir a Xavier Arzalluz cuando lo dejó.
Los componentes de ese grupo que tiene el control, por más que exageren su soberanismo, con frases como esa de Ortuzar -"españoles, ni por el forro"-, piensan en un Estatuto que reconozca a Euskadi simbólicamente como "nación vasca" pero que sobre todo aumente las competencias del Gobierno vasco -eso que llaman "el Concierto Político"-. Y, para conseguirlo, Urkullu y Ortuzar ansían un pacto con PSE, su actual socio de gobierno en País Vasco, y con Podemos.
Urkullu quiere pactar con PSOE y Podemos
Un pacto con las izquierdas "del Estado" que permitan lo de siempre: más dinero y más ventajas para la comunidad autónoma. Urkullu lleva meses defendiendo este acuerdo con las izquierdas como la opción mas ventajosa para el País Vasco. Aunque el PNV pactó con Bildu las bases del nuevo Estatuto, el lehendakari y los suyos saben que con Bildu de la mano y con una propuesta de máximos no pasarán el filtro de las Cortes.
En el PNV recuerdan bien el traumático Plan Ibarretxe. Y no quieren repetir los errores del pasado. Además, la coyuntura política en toda España, con un hipotético gobierno de coalición entre PSOE y Podemos, favorece más que nunca que el PNV pacte con ambos. No es casual que Podemos ya esté a punto de respaldar los Presupuestos de Urkullu. Para los que controlan el PNV, solo ese pacto a tres bandas da estabilidad a Euskadi y garantiza que el nuevo Estatuto salga adelante.
En este contexto, ¿qué es exactamente el "derecho a decidir" para el PNV? Si se mira la declaración aprobada este jueves en el Parlamento, parece que es el traído y llevado "derecho de autodeterminación". O sea, la posibilidad de independizarse del resto de España mediante un referéndum vinculante. Sin embargo, el propio Egibar, tan separatista de corazón, dijo en la tribuna que dicho derecho no podrá ejercerse "de manera unilateral". ¿Por qué?
El "derecho a decidir" y dos disposiciones clave
En el seno del grupo de expertos que ha trabajado durante 14 meses en un borrador de la reforma del Estatuto de Gernika, la voz cantante la ha llevado, como coordinador y redactor de la principal propuesta, el peneuvista Mikel Legarda, que además de jurista es diputado en el Congreso y, de hecho, es el número dos del grupo parlamentario, solo por detrás del portavoz, Aitor Esteban.
La propuesta de Legarda trata de incluir el "derecho a decidir" en el ordenamiento jurídico español. La base teórica que utiliza está en la disposición adicional primera de la Constitución y en la disposición final del Estatuto de Gernika. Con ambas en la mano, el PNV cree que puede articularse en el nuevo Estatuto un "derecho a decidir" pero "pactado con el Estado". Así lo defienden Ortuzar y compañía siempre que les entrevistan.
Más en concreto, la propuesta del PNV, ya desvelada por Vozpópuli, es incluir este asunto en una disposición adicional segunda del nuevo Estatuto que diga así: "La plena realización de los Derechos Históricos del Pueblo Vasco, como manifestación institucional de su autogobierno, se exterioriza a través del derecho a decidir de su ciudadanía libre y democráticamente expresado, siendo su ejercicio pactado con el Estado".
En Podemos aceptan esta propuesta, pero intentarán que se redacte de otra forma para ver si convencen al PSE. Pero Bildu discrepa radicalmente de esta posibilidad. El "derecho a decidir" por el que abogan Otegi y los suyos es unilateral, sin acuerdo alguno con el Estado. Confrontación, al estilo del procés catalán, y nada de pactar con el Gobierno central. Justo lo contrario que el PNV.
Porque, en suma, PNV y Bildu pactaron este jueves una moción por el "derecho a decidir". Pero ni en las formas ni en el fondo están de acuerdo en cómo articularlo. Porque, al menos por ahora, ambos son rivales políticos, no compañeros de viaje.