País Vasco

Las dos almas del PP vasco: Alonso y Sémper frente a los partidarios de María San Gil

Alonso y los suyos recelan de un "Euskadi Suma", pero dirigentes cercanos a Génova abogan por explorar un acuerdo al menos con Cs, mientras unos y otros esperan la elaboración de las listas para el 10-N 

  • Pablo Casado (d) y Alfonso Alonso (c) en la clausura de la Convención del PP vasco.

La reciente convención del PP vasco fue más que convulsa por la batalla desatada con Génova. Pero lo cierto es que en las ponencias y debates no se escucharon voces críticas hacia la dirección que lidera Alfonso Alonso. En el cónclave celebrado en Vitoria todo fueron parabienes y celebraciones de ese nuevo "perfil propio" de los populares en el País Vasco. Pareció que existía una unidad sin fisuras. Sin embargo, sí existen militantes de peso y cercanos a Pablo Casado que discrepan del rumbo emprendido. 

El PP vasco está ahora mismo dividido en dos grandes familias. Por un lado, la dirección que encabezan el citado Alonso, Borja Sémper o Iñaki Oyarzábal, hacedores de la nueva estrategia, más centristas y 'sorayistas' confesos que defienden un "discurso adecuado al territorio" y un tono más amable. Por el otro lado, están los militantes que se ubican en una "derecha sin complejos", proclives a defender un discurso más duro contra el nacionalismo y más afines a las directrices procedentes de Génova, que se enorgullecen del legado de Carlos Iturgaiz, Jaime Mayor Oreja y María San Gil.

Los críticos no se organizan...por ahora

Entre este segundo grupo, que parece minoritario y que de momento no se ha organizado como corriente crítica, destacan las figuras de Íñigo Arcauz y Beatriz Fanjul, que en las generales del pasado 28-A fueron cabezas de lista por Guipúzcoa y Vizcaya, respectivamente. Su designación como candidatos fue una apuesta personal del propio Casado, que conoce bien el PP vasco y que desde su llegada a la presidencia del partido ha hecho lo posible por recuperar las esencias sangilistas sin enfrentarse directamente con quienes ahora lideran la formación en Euskadi. Un difícil equilibrio que cualquier día puede saltar por los aires.

Una reciente reunión entre Casado y Arcauz disparó las alarmas entre el sector dirigente. El cabeza de lista por Guipúzcoa es un enemigo de los actuales dirigentes porque considera que en su día fue purgado en el Ayuntamiento de San Sebastián para que Sémper se quedase con el control. Arcauz aboga sin ambages por "recuperar a María San Gil y su discurso". Representa esa línea dura de la que discrepan Alonso y su núcleo más cercano. 

Para la cita electoral del 10-N, todo hace indicar que Arcauz y Fanjul repetirán en sus puestos. Cuestión distinta es qué pasará en Álava, donde parece que Javier Maroto no volverá tras el fracaso del 28-A y tras su polémico paso al Senado. La confección de estas listas electorales se antoja decisiva porque puede convertirse en el enésimo choque entre las direcciones nacional y regional. En algunos círculos se ha especulado con la posibilidad de que Génova pretenda incluir a Rosa Díez, ex del PSOE y UPyD, tras su nítido acercamiento a Casado, pero fuentes del PP vasco tildan de "absolutamente imposible" esa opción. 

Las próximas autonómicas, decisivas

Pase lo que pase con las candidaturas, la gran batalla entre las familias del PP vasco se librará más adelante. La clave está en las próximas elecciones autonómicas, previstas para dentro de un año pero que podrían adelantarse a la primavera de 2020. En esos comicios Alonso y compañía se la juegan, porque pueden remontar los últimos resultados o continuar con el hundimiento.

En el sector de los críticos recuerdan que con Mayor Oreja el PP vasco superó los 320.000 votos en las autonómicas de 2001 y que con Iturgaiz y San Gil estuvo por encima de los 200.000. En las autonómicas de 2016, se quedó en 107.000. El resultado de las autonómicas de 2020 marcará el devenir del PP vasco, incluidas sus luchas internas. 

¿Habrá "Euskadi Suma"?

Una de las dudas de cara al 10-N es si el PP vasco apostará o no por un "Euskadi Suma" junto a otros partidos de centroderecha. La dirección autonómica no quiere. Los Alonso, Sémper u Oyarzábal consideran que la idea que defiende Génova de articular pactos con Ciudadanos y Vox es un error. Sin embargo, el propio Casado defendió esta fórmula el pasado fin de semana durante la convulsa convención del PP vasco. Se avecina, por tanto, otro choque entre ambas partes.  

Los principales dirigentes del PP vasco están convencidos de que con su "perfil propio" y su nuevo rumbo pueden recuperar el terreno perdido. Consideran asimismo que Ciudadanos ni siquiera está a favor del pacto y afirman que no quieren ni oír hablar de un acuerdo con Vox. Ni contemplan esta última posibilidad. Sin embargo, esta opinión no es la única que existe en el PP vasco, ya que algunos dirigentes más afines a Génova sí opinan que el pacto debe al menos explorarse y, si se puede, llevarse a cabo. 

La tesis de Casado

"Con un pacto hubiéramos logrado un escaño por Álava y otro por Vizcaya en las generales del 28 de abril, ahí están los números". Casado se refería así a la opción de una alianza electoral entre PP, Ciudadanos y Vox en Euskadi, donde en las últimas generales la derecha se quedó sin representación en el Congreso a causa de su fragmentación

Ante el rostro serio de Alonso y sus más estrechos colaboradores, Casado abogaba por esta coalición tal y como lleva defendiendo la creación de una "España Suma" en todo el territorio nacional. Arguyó que "el pacto es más útil en los lugares donde Vox y Ciudadanos no lograron escaños". Es decir, lugares como Euskadi. 

Recuperar votantes del PNV

Justo lo contrario creen los líderes del renovado PP vasco. Ellos defienden que no tiene que haber acuerdos con esos partidos que ni siquiera tienen representación. En una entrevista con este diario, Sémper decía que "la situación electoral del PP de Euskadi no se resuelve con ese tipo de coaliciones, sino ofreciendo un alternativa creíble y contundente al nacionalismo hegemónico". 

Porque en el núcleo dirigente de los populares vascos están convencidos de que los malos resultados del 28-A y el 26-J traen causa precisamente de la derechización del PP nacional. Opinan que sus votantes se han pasado al PNV y están seguros de que para recuperarlos el tono y la estrategia tienen que estar alejados de las posiciones de Ciudadanos y, sobre todo, de Vox

Los números cantan...¿y pacto solo con Cs? 

No hay una posición monolítica en el PP vasco, en todo caso. Algunos de sus líderes, los más 'casadistas', han pedido públicamente al menos explorar la vía de las alianzas. Los números son los que son y, como dijo Casado, un "Euskadi Suma" podría lograr dos escaños, uno por Álava y otro por Vizcaya. El caso alavés es el más claro. Allí, el 28-A la irrupción de Vox (5.587 votos) y el apoyo a Ciudadanos (7.039) provocaron que el PP perdiera un escaño que ganó Bildu por tan solo 384 votos.

Esas cifras demuestran que el PP vasco podría lograr representación aunque se aliase solo con uno de sus dos potenciales socios. El posible pacto con Ciudadanos sí es más probable. El propio Alonso lanzó una tímida oferta al partido naranja antes del 28-A (solo un día antes de que se cerrase el plazo para aliarse). En Cs saben que si van solos a las urnas tienen complicadísimo, por no decir imposible, lograr diputados por Euskadi. Es una situación muy similar a la de Navarra, donde "Navarra Suma" tampoco incluye a Vox.

Ese hipotético pacto, con la marca "Euskadi Suma", parece chocar con los intereses del PP vasco por marcar su propio perfil. Pero las cifras mandan. En todo caso, las diferencias entre Alonso y los suyos con Casado siguen a flor de piel, sobre todo tras el choque con Cayetana Álvarez de Toledo que eclipsó el cónclave de los populares vascos. Las posibles coaliciones pueden ser un capítulo más de lucha interna. Y, haya pacto o no, el desencuentro puede agravarse cuando se sepa qué ocurre con las listas electorales. Porque, como se ha dicho, seguramente los candidatos serán esos sangilistas que esperan su momento. 

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