Sortu, el partido heredero de Batasuna y matriz de la coalición Bildu, renovará su dirección en un congreso que celebrará el próximo enero. Una de las personas que la formación de la izquierda abertzale baraja incluir en la ejecutiva es David Pla, el último jefe de ETA al que se conoce porque leyó el comunicado del "cese definitivo de la actividad armada" de 2011.
La posibilidad de que Pla acabe en la ejecutiva de Sortu pese a su pasado como jefe terrorista ni siquiera ha sido desmentida por la formación. El pasado domingo, durante una entrevista a la Cadena Ser, el propio Arkaitz Rodríguez, coordinador general de Sortu y que seguirá en el cargo tras el cónclave de enero, daba a entender que el asunto está sobre la mesa, después de que El Diario Vasco informase sobre dicha posibilidad. Ni desmintió ni negó ese extremo, sino que dejó la puerta abierta.
Rodríguez, que el pasado octubre leyó junto a Arnaldo Otegi el célebre mensaje dirigido a las víctimas de ETA, afirmaba en la citada entrevista que el ex líder etarra "haría una gran aportación y vendría a corroborar la apuesta de la izquierda abertzale por vías exclusivamente políticas y democráticas". "David ha sido una de las personas clave en la apertura del nuevo ciclo de este país; fue uno de los protagonistas de ese camino, contribuyó de forma determinante a quitar la violencia de ETA de la ecuación vasca de manera definitiva".
Tampoco sorprende en exceso que Pla pueda acabar colocado en la dirección de Sortu debido a que sus vínculos con la formación son evidentes. En septiembre de 2020, por ejemplo, el Colectivo de Víctimas del Terrorismo (Covite) denunciaba la participación de el exjefe etarra en una concentración de Sortu en Bilbao. Asimismo, en mayo de este año Navarra.com desvelaba que este condenado por terrorismo acude todos los días a la sede del partido en Pamplona.
Una larga carrera en Batasuna y ETA
Pese a su relativa juventud (Pamplona, 1975), Pla es ya un veterano en la izquierda abertzale. Lleva varias décadas de militancia política y terrorista a sus espaldas. Primero llegó a ser portavoz de Jarrai, la organización juvenil proetarra ya extinta. Fue candidato de Herri Batasuna en la capital navarra en las elecciones municipales de 1995, si bien en aquella ocasión no resultó elegido.
En julio del año 2000 Pla fue detenido en Zaragoza junto al también etarra Aitor Lorente. Encuadrados en el comando Aragón de ETA, ambos se habían dedicado a buscar y vigilar a objetivos contra los que atentar. Entre otras cosas habían seguido al entonces alcalde de la capital aragonesa, José Atares, del PP. En 2001 se celebró un juicio en la Audiencia Nacional. Contra lo habitual en estos casos, los dos acusados admitieron su pertenencia a ETA en un acuerdo con la Fiscalía. Por ello fueron condenados a seis años de cárcel.
Cuando llevaba cuatro años en libertad tras aquella condena, Pla fue arrestado en 2010 en el marco de una operación contra el frente de abogados de ETA. Al ser puesto en libertad por las autoridades galas, pasó a la clandestinidad y acabó liderando el aparato político de la organización terrorista. Dirigían ETA él mismo, Iratxe Sorzabal e Izaskun Lesaka. Los tres anunciaron encapuchados el "cese definitivo de la actividad armada" en octubre de 2011. Pla, sentado en medio, leyó la declaración.
Después de aquello, este veterano de ETA y Batasuna formó parte de la delegación de la organización terrorista que viajó a Oslo, donde gracias al cobijo del Gobierno noruego esperaron (sin éxito) sentarse a negociar con el Gobierno que presidía Mariano Rajoy. El propio Pla admitió esos hechos en un documental estrenado por el diario Naiz el pasado octubre, con motivo del décimo aniversario del fin de los atentados.
En septiembre de 2015 Pla y Sorzabal fueron arrestados en la Operación Pardines de la Guardia Civil y las autoridades francesas. Este pamplonés que quizás ahora entre en la ejecutiva de Sortu salió de la cárcel en abril de 2019 tras cumplir condena en Francia por pertenencia a ETA.
