Diez años desde el final de ETA. Diez ediciones del Día de la Memoria. Y diez veces en que es imposible celebrar un acto que aúne a todos los partidos vascos y los colectivos de víctimas del terrorismo. Una división que se evidencia hasta en la forma en que hablan de lo que se conmemora. Unos hablan de "terrorismo" y otros prefieren referirse a "diversas violencias".
A modo de previa, este martes ya se celebró en el Ayuntamiento de Irún (Guipúzcoa) un primer acto organizado por la delegación del Gobierno y el Centro Memorial de Víctimas. Se recordaba a cuatro colectivos golpeados por el terror etarra: periodistas, políticos, jueces y empresarios. Acudieron representantes de todos salvo de EH Bildu.
Este miércoles el Parlamento vasco celebrará una ofrenda floral por el Día de la Memoria. Ni PP+Cs ni Vox acudirán, puesto que organizan actos alternativos en Vitoria y Bilbao, respectivamente. El propio Gobierno vasco celebra a través de Gogora un acto en San Sebastián que disgusta al Colectivo de Víctimas del Terrorismo (Covite), que denuncia que el Ejecutivo de PNV y PSE pretende "falsear el papel de la sociedad vasca" frente al terrorismo.
Ahora como hace diez años son diferentes los enfoques sobre a quién debe homenajearse en esta jornada. Desde PP, Cs y Vox reclaman que los actos se centren en las víctimas de ETA para no caer en "equiparaciones" con "otras violencias". Sin embargo, esa es la terminología del Gobierno vasco. Este mismo martes, sin ir más lejos, Bingen Zupiria, portavoz del Ejecutivo peneuvista y socialista, decía que "el Día de la Memoria es una excelente oportunidad para que todos nos pongamos en el pellejo de quienes fueron víctimas de la violencia o de sus familiares. Con las víctimas de todas las violencias y con todas y cada una de las víctimas".
La unidad, un espejismo
Lo que ocurre en esta edición no es novedoso pero sí sintomático. Solo veinte días atrás, con motivo del décimo aniversario del final de los atentados y a raíz del mensaje de Arnaldo Otegi a las víctimas, parecía que se abría paso la unidad entre la mayoría de formaciones políticas, ya que todos los partidos vascos, de nuevo a excepción de Bildu, firmaban un texto de condena al terrorismo en la Cámara de Vitoria. Pero fue un espejismo o eso parece. Porque ha vuelto la discordia en todo su esplendor.
Quizás el mejor exponente de esta división de partidos y asociaciones para relatar qué fue el terrorismo en Euskadi es el acto que organiza este miércoles en San Sebastián el propio Ejecutivo presidido por Íñigo Urkullu junto a la Diputación Foral de Guipúzcoa. Tal y como informa el Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos, Gogora, el lema para esta edición del Día de la Memoria es: "Bakearen alde egin zenuten guztioi, eskerrik asko! | A todas las personas que os comprometisteis con la paz, ¡gracias!".
Sin embargo, desde Covite denuncian que dicho acto “adultera el verdadero papel que tuvo la sociedad vasca en general ante el terrorismo etarra”. La asociación considera “un ejercicio de cinismo” homenajear a "unas pocas asociaciones pacifistas" que se opusieron al terrorismo etarra a la vez que ese reconocimiento se hace extensivo a la toda la sociedad vasca. A su juicio, este homenaje "falsea" el verdadero papel de la ciudadanía en el final del terrorismo.
"Fueron pocos los valientes"
“No se debe ignorar que, si el terrorismo de ETA duró tantos años, fue precisamente porque la resistencia social a él fue mínima en la gran mayoría de los casos. Fueron muy pocos los ciudadanos valientes que se opusieron a él”, denunció Consuelo Ordóñez, presidenta de este colectivo. “El objetivo del Gobierno vasco con este acto es caer en la autocomplacencia y ocultar dónde estuvo realmente la mayoría de la sociedad vasca mientras ETA mataba: o bien mirando para otro lado, o bien justificando los crímenes de ETA, o bien directamente colaborando con los terroristas”.
Asimismo, Covite criticaba que no se haya invitado a este acto de supuesto reconocimiento a la sociedad vasca que se enfrentó a ETA a representantes de plataformas ciudadanas como ¡Basta Ya! o el Foro de Ermua, que fueron decisivas en la respuesta cívica contra ETA. Tampoco se ha invitado a ningún representante del propio Covite, que es la asociación de víctimas del terrorismo más representativa en el País Vasco.