País Vasco

¿A quién sacó más el PNV? Los tres síes a González, Aznar y Sánchez no fueron gratis

Los diputados peneuvistas respaldarán con votos a favor la investidura del candidato del PSOE, algo que sólo hicieron dos veces en el pasado, en 1993 y en 1996. Este último acuerdo es el más amplio

  • Pedro Sánchez y Andoni Ortuzar

Han pasado 24 años desde que se produjo la histórica imagen de José María Aznar y Xabier Arzalluz en Génova 13 anunciando su acuerdo para la investidura del primero con los votos del partido del segundo. Tres años antes los diputados del PNV habían respaldado la investidura de Felipe González. Ahora, en la instantánea aparecen Pedro Sánchez y Andoni Ortuzar. Cambian las fechas y los nombres pero coinciden los votos peneuvistas afirmativos para investir al presidente del Gobierno. 

Lo más habitual desde el punto de vista histórico es que el PNV se abstenga en las investiduras. Es lo que ha hecho en la mayoría de las ocasiones. Sólo votó negativamente en 2000 contra el propio Aznar, pese a los acuerdos precedentes, y en 2016 contra Rajoy, pese a los acuerdos posteriores. Sólo tres síes del PNV en las votaciones de investidura: en 1993 a González, en 1996 a Aznar y en 2020 a Sánchez

Mucho se habla de cómo el PNV ha exprimido a los diferentes gobiernos. Todos han hecho concesiones al partido hegemónico en el País Vasco. Pero en el caso de las investiduras, ¿a quién ha arrancado más compromisos el PNV a cambio de su apoyo en la votación decisiva?

Apoyo a González "sin contrapartidas"

En realidad, González queda excluido de la respuesta. Porque si las hemerotecas no mienten, en 1993 los cinco diputados peneuvistas respaldaron al candidato del PSOE sin firmar acuerdo alguno. El entonces líder del PSOE, que ya llevaba 11 años gobernando, llegó a ofrecer a Arzalluz que entrase en el nuevo ejecutivo. Estuvo sobre la mesa que el PNV ocupase el Ministerio de Industria.

Al final, los jeltzales respaldaron la investidura de González "sin contrapartida alguna", en palabras de su líder de entonces, y quedó abierta la opción de que entrasen al Gobierno más adelante. Pero en los estertores del felipismo, regados por la corrupción y los crímenes de los GAL, esa opción no llegó a materializarse. Eso sí, el clima de entendimiento en Euskadi entre peneuvistas y socialistas era parecido al actual, ya que gobernaban juntos la comunidad.

El pacto con Aznar

¿Cuánto cedió Aznar al PNV? Las negociaciones entre el PP y el PNV en 1996 no fueron precisamente sencillas. Parece que ocurrieron en la prehistoria, si se tiene en cuenta que en ellas tomaron parte, amén de Aznar y Arzalluz, personajes como Mariano Rajoy, Juan José Ibarretxe, Jaime Mayor Oreja e Iñaki Anasagasti. Políticos que luego vivieron agrios enfrentamientos pero que se sentaron y acordaron en la mesa de negociación para que Aznar llegase el poder con los votos peneuvistas. 

Los acuerdos, a grandes rasgos, fueron una ampliación del Concierto Económico -Euskadi pasó a recaudar más impuestos, como el de las gasolinas y el del alcohol-, la transferencia al Gobierno vasco en materia de Formación Continua, la devolución a los partidos políticos del patrimonio que se había incautado durante la Guerra Civil y un compromiso para negociar más adelante el desarrollo del Estatuto de Gernika

Para el PNV fue un acuerdo importante. Por eso se cuenta que tras comprometer su apoyo al líder del PP, Arzalluz presumía de que "le he sacado a Aznar en 14 días más que a Felipe González en 14 años". Con el tiempo, las relaciones entre ambas formaciones empeoraron hasta límites insospechados y, por ejemplo, de desarrollar el Estatuto de Gernika nada de nada. 

El amplio pacto con Sánchez 

Vistos los antecedentes, parece claro que Sánchez es quien ha pagado un precio político más alto a cambio de los votos del PNV a su investidura. Desde el punto de vista numérico, el documento suscrito por el candidato y por el presidente peneuvista incluye 12 puntos entre los que se pueden contabilizar numerosas competencias que, si bien estaban acordadas de antemano, todavía tenían que materializarse. 

El documento, además, es ambiguo en uno de sus puntos claves, el tercero, ya que se refiere a la "negociación y traspaso a la CAV de las competencias estatutarias pendientes". Parece, a tenor de esa redacción, que se trata de todas las competencias pendientes. Entre ellas está una competencia que aparece en el Estatuto de Gernika y que es una histórica reivindicación del PNV: la gestión económica de la Seguridad Social. Con el tiempo se verá si dicha trasferencia llega o no. 

El pacto para investir a Sánchez como presidente del primer gobierno de coalición desde la Segunda República también es relevante en el ámbito de las infraestructuras. El punto quinto del acuerdo menciona el Tren de Alta Velocidad (TAV), una obra clave para el PNV y que lleva años estancada. La factura no será menor de 3.000 millones de euros

Con este acuerdo, el PNV se convierte en partido clave para la gobernabilidad. Porque se asegura en los puntos 1 y 9 ser un interlocutor privilegiado del Gobierno de PSOE y Podemos para todas las leyes, en general, y para la fiscalidad que tanto preocupa a los peneuvistas, en particular. 

El nuevo Estatuto, la clave

Pero el pacto entre PSOE y PNV va aún más allá desde el punto de vista simbólico. Porque, además del polémico impulso a la oficialidad de las selecciones vascas, que ha sido el punto más destacado estos días por los medios del País Vasco, está la verdadera clave de bóveda del asunto: la cuestión territorial que aparece en el cuarto punto del acuerdo.  

Porque es ahí donde se menciona explícitamente que se abordará "la negociación y el acuerdo del nuevo Estatuto de la CAV" en el marco del "reconocimiento de las identidades territoriales". Ese y no otro es el gran objetivo del PNV a medio plazo. Es el principal plan con el que Íñigo Urkullu se presentará a su reelección como lehendakari.

Por ello el jefe del Gobierno vasco decía en su mensaje navideño del 31 de diciembre que hay que "aunar esfuerzos" para "ensanchar el acuerdo" pactando "los que piensan diferente". Es decir, con PSE y Podemos pero no necesariamente con Bildu. El principal obstáculo es que el PNV quiere incluir el "derecho a decidir pactado con el Estado". Ortuzar y Urkullu creen que eso sólo se lo puede dar Sánchez. 

  

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