Lo que era una lucha por la hegemonía entre la juventud de la izquierda abertzale se recrudece y cobra visos de convertirse en algo más grave. Compiten las juventudes de Sortu, heredero de Batasuna y matriz de Bildu, y los grupos de disidentes. Su batalla, que no es nueva, está en el momento de mayor tensión de los últimos años. Peleas y amenazas se han sucedido en los últimos días. Y en las Fuerzas de Seguridad hay preocupación por lo que pueda ocurrir durante las fiestas veraniegas entre las diversas facciones implicadas.
Básicamente en esta batalla detallada en su día por Vozpópuli se enfrentan Ernai, que es la organización juvenil de Sortu, y varios grupos de críticos donde destaca en los últimos tiempos por su fuerza Gazte Koordinadora Sozialista (GKS), movimiento de corte más obrerista e íntimamente relacionado con el sindicato estudiantil Ikasle Abertzaleak. Aunque también hay otros grupos implicados en la disputa.
La chispa mediática estalló diez días atrás, cuando jóvenes de diversos grupos de radicales abertzales protagonizaron una pelea en el casco viejo de San Sebastián. Parecía un hecho aislado, si bien todavía no ha quedado esclarecido. En todo caso, según van conociéndose detalles, algunos de ellos expuestos en los medios por los propios implicados, no parece que se trate de un acontecimiento tan aislado.
"Violencia" y "amenazas de muerte"
En síntesis, desde Ernai acusan a sus rivales de intentar erosionar a la izquierda abertzale mediante "violencia organizada". Y desde GKS aseguran que existe una "campaña" de sus oponentes que incluye "mentiras", "difamaciones" y hasta "amenazas de muerte". Estas acusaciones cruzadas evidencian una subida de tono en público que puede terminar en algo peor. Así lo temen los cuerpos policiales.
Existe preocupación en los cuerpos policiales por lo que pueda ocurrir en las fiestas de pueblos de este verano, porque de hecho ahí está el origen del conflicto más reciente
En especial preocupa lo que pueda ocurrir en las fiestas de pueblos venideras. Porque, de hecho, el enfrentamiento ha crecido en las últimas semanas precisamente a raíz de la pelea entre ambos grupos por ocupar el espacio público -con las famosas txosnas- en dichas festividades. Ahí está el origen del penúltimo conflicto entre las diversas facciones de jóvenes radicales.
Es el penúltimo enfrentamiento porque, en realidad, la lucha se libra desde hace varios años. Barrio a barrio. Pueblo a pueblo. En los institutos y en las universidades. Lo cierto es que en este ámbito juvenil las cosas han cambiado. Antes Ernai dominaba con claridad. Con el tiempo sus críticos están aumentando su fuerza, en parte gracias a un discurso más radical que incluye críticas a Sortu y Bildu por "socialdemócratas".
Nada mejor que la propia literalidad de lo que dicen unos y otros para entender el nivel del conflicto entre ellos y cómo esto afecta a Sortu y, por ende, Bildu. Así, por ejemplo, varios líderes de Gazte Koordinadora Sozialista publicaron un artículo en medios donde responsabilizan a Ernai de una campaña mediática que incluye “mentiras, difamaciones” y hasta “amenazas de muerte”. “Esta situación de intoxicación no es responsabilidad de una u otra persona, sino indicador de la apuesta política realizada por EH Bildu y Sortu". Uno de sus portavoces, Manex Gurrutxaga, decía en una entrevista que "la izquierda abertzale quiere negar nuestra existencia" mediante casos de "hostigamiento".
Por el contrario, desde las juventudes de Sortu apuntaban a GKS como responsable de "violencia organizada" en su contra. A juicio de varios portavoces de Ernai, los de los últimos días "no son los únicos ataques ocurridos en Euskal Herria" este año, porque sus oponentes "han dado el salto a la utilización de la violencia organizada" para dominar a otras facciones e imponer sus "particulares aspiraciones políticas".
La tensión es tal que hasta el Gobierno vasco se ha mojado al respecto. Su consejero y portavoz, Bingen Zupiria, afirmó esta semana, tras la reunión del Gabinete, que estos choques "están siendo objeto de vigilancia y persecución por parte de la Ertzaintza", pidió "a quienes estén involucrados en estas tensiones internas" que diriman la discusión "de forma pacífica y sin recurrir agresiones físicas ni a la violencia, que es algo que en la actividad política no debería tener lugar".
Sin embargo, como ya se ha dicho, la pelea no es nueva ni tiene visos de acabarse.
Pelosi
¡Unos demócratas estos chicos!...