José Manuel García-Margallo acudía la mañana de este jueves a una entrevista televisiva donde era interpelado sobre los últimos acontecimientos que afectan al gobierno popular. Entre otras cosas, admitía que los exhaustivos procesos de investigación a que se sometía a los responsables de escándalos económicos en otros países (Reino Unido, Estados Unidos, Islandia, etc) no le dan ninguna envidia, ya que "España tiene poco que aprender en ese terreno". Pese a que su partido se ha mostrado desde el principio contrario a una comisión de investigación el el Congreso de los Diputados, el ministro confesaba no tener "el menor inconveniente en que se lleve a cabo".
Pero con un matiz, y es que sea paralelo al proceso judicial, ya que es éste ámbito el que mejor puede analizar todo lo ocurrido, los expedientes, la documentación, para encontrar a los verdaderos responsables de la situación, el paso de anunciar unos 300 euros de beneficios a cerca de 3.000 de pérdidas. En su opinión, en el Congreso se debe investigar pero en una dirección más general, analizando las causas que han llevado a esta crisis que está viviendo al sociedad.
El ministro hacía público el miércoles su pesar por la imputación de su amigo Rodrigo Rato en la denuncia interpuesta por UPyD por el caso Bankia, pero sólo en lo personal. "Desde el punto de vista de los ciudadanos estoy alegre porque la justicia se imparte por jueces en un procedimiento imparcial, y en un estado donde la presunción de inocencia prevalece hasta que haya una sentencia. Políticamente, me preocupa saber cómo ha funcionado el sistema, qué ha pasado para que se produzca esa situación. Y desde el punto de vista general, creo que una comisión en el Congreso o Senado se debía centrar en cuáles son las causas de la crisis", explicaba.
"No tengo ningún inconveniente en que se investigue en el Congreso, aunque de forma paralela al proceso judicial, porque creo que es cuestión de eficiencia"
Todavían no ha hablado con él proque estaba en una conferencia en El Escorial, pero asegura Margallo que lo hará, y le hará saber que 'la amistad y las relaciones personales no se modifican por estas cosas'. Pese a la imputación, el ministro pide cautela hasta ver qué depara la investigación, pero defiente que en la época de ministro de Rato existe un crecimiento económico sin precedentes. "Que esos años fueron un éxito es evidente. Que ahora esto sea un fracaso 'del mito' está aún por ver", defendía.
Más reuniones europeas
El responsable de Asuntos Exteriores admitía no conocer si el Gobierno tomaría en los próximos días algunas de las medidas sugeridas por Bruselas, como la subida del IVA o la bajada del sueldo a los funcionarios, pero recalcaba que eso eran meras recomendaciones. "Lo que de verdad interesa es que tengamos las cuentas ordenadas, y que se vea que somos un Gobierno serio que cumple, ha cumplido y va a cumplir con el objetivo de déficit fijado. A eso te obligan Bruselas y los mercados, y si no se cumple te cierran el grifo. Pero han creído en nosotros, y en los próximos días se tendrá una concreción de las medidas", declaraba el ministro.
Al ser preguntado por si creía que se cumpliría con el objetivo de déficit, Margallo afirmaba que a su Gobierno se le puede criticar por muchas cosas, pero no cuando dice que va a hacer algo, porque se sabe que lo hará. "En 6 meses hemos puesto en marcha un programa reformista de una magnitud sin precedentes. Me hubiese gustado poder tener más dinero para cosas que afectan a mi departamento, como la Cooperación, pero en esto, 'llorar sobre la leche derramada' tiene poco sentido, hay que intentar hacer más con lo que tenemos, que es menos", argumentaba en la entrevista.
"En los próximos días se concretarán nuevas medidas"
Defendiendo a Rajoy
También quiso el ministro de Exteriores romper una lanza a favor del presidente del Gobierno, de quien se había dicho que había logrado sus objetivos por el buen hacer de Mario Monti ante el resto de líderes europeos. Quiso aclarar que en el segundo debate quien llevó la voz cantante fue Rajoy, quien no se ha subido al carro de nadie sino que ha explicado la posición española de manera firme y clara, porque están seguros de que no van a defraudar.
De este modo hacía hincapié en que el presidente había conseguido sus objetivos primordiales para la ayuda solicitada. "La ‘ayuda financiera a la banca’ (no 'rescate' porque ésto lleva aparejado otras condiciones) será directa a los bancos. Se logra así que ese préstamo no sea un crédito prioritario, porque si no la gente no invertiría sabiendo que no tiene preferencia en el cobro. Y se logra también que ese fondo en Luxemburgo pueda invertir en deuda soberana para bajar los tipos de interés, que las instituciones europeas apuesten por España", explicaba.
Por último, y en la misma línea, decía una vez más que no creía que España necesitase una intervención de toda la economía al estilo de Irlanda, Portugal y Grecia, ya que ni se necesita ni es posible porque no hay fondos. "Yo apostaría por que nos han creído, no pensé que fueran a aceptar las cosas que han aceptado siendo ellos los acreedores, pero es una muestra de confianza absoluta en nuestra manera de hacer las cosas", sentenciaba Margallo.