"Es el peor momento del partido en 25 años", comenta un dirigente con despacho en la calle Génova ante la situación que se ha creado con el "escándalo Bárcenas" y los papeles publicados por El País, que tocan el corazón, no sólo del partido en el Gobierno, sino al Gobierno mismo. Las distintas fuentes consultadas ayer por Vozpópuli, en la víspera de una reunión extraordinaria del comité ejecutivo popular, destacan que la gravedad reside en que las sombras de la sospecha alcanzan a Mariano Rajoy, el mismo que hoy tiene la responsabilidad de intentar exorcizar esas sombras de duda para asegurar la estabilidad de su Ejecutivo y la imagen de un país que ayer fue noticia en toda la prensa internacional y hasta en las principales cadenas del mundo, desde la BBC a la CNN pasando por Al-Jazeera.
"Si todo ésto hubiera pasado en el partido de Albacete, lo disuelves y ya está", comenta otro alto cargo genovés respeto al margen de maniobra, estrecho, que tiene la cúpula dirigente del PP salvo que se autoinmolen. Porque una vez que la estrategia se basa en negar la autenticidad y veracidad de los papeles publicados, no ha lugar a dimisiones, renuncias o apartamientos, salvo defender la honorabilidad de toda una organización profundamente cuestionada en la que comienzan a arreciar las presiones desde la periferia. Y no sólo eso. Si el PP tuviera garantías de que lo publicado el jueves y el viernes por El País fuera todo, comenzarían a construir a partir de esas cenizas una estrategia, pero la incógnita de "no saber lo que hay", de ignorar la existencia de nuevos asientos contables o cualquier otro documento, "sea cierto o no", comenta otro dirigente, les hace ir a ciegas.
El resto de la organización del partido ha ido tragando la información revelada el jueves como si ingiriera aceite de ricino. Desde las organizaciones regionales arrecian las presiones para que hoy se haga un esfuerzo clarificador en torno a las cuentas y a las retribuciones que ha pagado Génova de modo que los ciudadanos dejen de sospechar sobre la limpieza de su cuartel general a sabiendas que "es muy difícil cambiar las percepciones", dice, en este caso, un ex alto cargo de la sede nacional de los populares. La única vía posible sea quizá esa especie de "streptease" económico, del que informó este medio, esto es, abrir el partido en canal para dar a conocer sus ingresos, gastos, propiedades, hipotecas, cuentas corrientes, declaraciones de la renta y remuneración de cargos, información ésta última que nunca han hecho pública y que, quizá, sea el momento de hacerlo.
El presidente del Gobierno, afectado profundamente por la situación, ha comentado en su entorno que "soy una persona honrada"
De hecho, Génova trabajó en el día de ayer en parte de las conclusiones de la investigación interna abierta hace quince días al objeto de adelantar parte de su contenido así como en la posibilidad de poner sobre la mesa medidas "anticorrupción" con la mirada puesta en la Ley de Financiación de partidos. También cuentan, dicen, con el "plus de credibilidad del presidente del Gobierno", que estos días aciados para él, más que tranquilo, profundamente afectado, ha comentado a su entorno que "soy una persona honrada". Hoy deberá defender dicha honorabilidad y no limitarse a reclamar unidad a los suyos. Eso fue hace quince días. Ahora no son pocos los barones territoriales que exigen "celeridad y contundencia" en las explicaciones, como ayer hizo el presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, que apeló a colaborar de pleno con la justicia sin soslayar la información publicada en El País dado que "se soporta en algo material".
Para el presidente de la Xunta gallega y uno de los hombres de confianza de Rajoy, Alberto Núñez Feijóo, el PP "necesita dar explicaciones en este momento". "Investigar más, auditar más y dar las explicaciones que los ciudadanos requieran", dijo como receta para salir del laberinto en que se encuentra su formación política. Casi unas declaraciones calcadas a las del presidente de la Junta de Extremadura, José Antonio Monago, para quien "tiene que haber máxima transparencia en este momento y se tienen que dar todas las explicaciones que se tengan que dar". Los tres coincidieron ayer en Fitur, donde todo el interés periodístico estaba centrado en el momento crítico por el que pasa el PP.
Puestos a ser claros, una de las personas citadas en los papeles de Bárcenas y que, según los mismos, más cobró de la supuesta "caja b" del PP, Javier Arenas, expresó su disponibilidad a enseñar todas las declaraciones del IRPF que se le soliciten porque no tiene nada "que ocultar" y en ellas se hacen constar todas las retribuciones que ha percibido. En declaraciones a Europa Press, dijo que van a defender con todas las consecuencias la "transparencia del partido y la honorabilidad de sus dirigentes". "Las cuentas del PP están limpias y así lo vamos a demostrar", según Arenas, en un ejercicio "de transparencia que jamás ningún partido haya hecho en democracia".
Arenas es uno de los que ha pasado por el despacho de la tesorera del PP, Carmen Navarro, para hacer una declaración jurada sobre sus bienes que, en todo caso, no tiene valor jurídico. También lo ha hecho María Dolores de Cospedal, Carlos Floriano y Esteban González Pons, amen de dos de los trabajadores más antiguos de esa casa, ambos diputados. Se trata del coordinador de Organización, Juan Carlos Vera, y del secretario ejecutivo de política autonómica, Juan José Matarí, que han coincidido con todos los equipos que han trabajado en Génova en los últimos treinta años. Pendientes están de hacerlo otras dos personas citadas en los papeles de Bárcenas: Jaime Mayor Oreja y Ángel Acebes, este último coordinador del partido entre los años 1996 y 1999, y secretario general entre 2004 y 2008. Acebes espera una llamada de Cospedal para "personarse" en el despacho de Navarro.
Y es que a estas alturas, Génova es consciente de que a Rajoy, que hablará en abierto a los medios de comunicación pero al que la prensa no podrá preguntar, no le basta sólo con palabras o petición a la ciudadanía de actos de fe.